Capítulo 30 La tercera prueba.

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La tercera prueba se acercaba, ya era junio y la emoción se sentía en los pasillos y el nerviosismo en el castillo, faltaba poco para última prueba

En un aula vacía que McGonagall había tenido la amabilidad de darnos, Ron, Hermione, Harry y yo estábamos mientra ellos estudiaban para algún examen mientras Harry y yo practicábamos hechizos de defensa.

-Muerto.-dije cuando logré pasar su escudo mágico con un hechizo aturdidor

-Si sigues haciendo eso un día ya no despertará-me prendió Hermione después de que mi hermano cayera desmayado por décima vez en una hora

Me encogí de hombros.

-No es mi culpa que sea tan malo con los escudos.

-No es que yo sea malo,- murmuró Harry desde el piso- es que tú eres demasiado buena y te aprovechas de mí.

Sonreí y en lugar de ayudarlo a levantarse, me recosté junto a él.

-No todos podemos ser buenos en todo.-le recordé- A ti se te da mejor atacar y a mi defender, cosas de la vida con las que tendremos que lidiar, amigo.

-Me siento culpable teniendo su atención,-habló mi hermano ignorando mi comentario- deberían aprovechar para estudiar.

Nuestros amigos pusieron los ojos en blanco.

-Por Merlín, Harry, no es como que Hermione ni yo fuéramos a reprobar si no estudiamos en la biblioteca o en la sala común, además, es relajante ver como caes desmayado cada que tu hermana abre la boca.

-Vaya, Ron, gracias.

Hermione, que estaba tan concentrada que apenas y escuchaba nuestra conversación se acercó a mí con su pergamino en la mano.

-¿Le entiendes lo que dice aquí?- me preguntó señalando el tercer párrafo

-Sí, dice que si quieres comprobar si algo está bien escrito no le preguntes a la disléxica.- respondí sin levantarme del piso, quedándome dormida poco a poco.

-Triste, pero cierto- estuvo de acuerdo mi amiga.

Uno de los últimos pensamientos que tuve antes de quedarme dormida, fue caer en la cuenta que después de todo, una de las pocas ventajas que tenía el Torneo de los tres (cinco) magos era estar exentos de los exámenes finales, y con un terrible presentimiento comiendo mis entrañas, me quedé dormida.

***

Un mal presentimiento. Eso era todo lo que sentía desde que desperté aquella tarde después de la pequeña siesta que había tomado junto con mi hermano, era un sentimiento que ambos compartíamos pero no sabíamos exactamente lo que significaba, si era algo de que preocuparse o una simple paranoia que se presentaba frente a una situación de vida o muerte. Algo me decía que lo descubriríamos tarde.

Así que a pesar de que el día de la prueba había llegado, no sabía lo que significaba y si algo había aprendido con ser semidiosa (además del hecho de pelear y muchas cosas más) era sobre seguir tus instintos, estaba pensando en eso durante el desayuno cuando un recuerdo llegó a mi como rayo divino: la noche que había soñado con la muerte de Cedric se había reprimido como todos mis malos sueños y experiencias. ¿Y si era eso? ¿Y si era eso lo que me tenía en vela por las noches?

Me levante de la mesa sobresaltada.

No, me dije, él no.

-¿Lily, qué pasa?- preguntó mi hermano sin alterarse, ya estaba más que acostumbrado a mis reacciones inesperadas.

Los mellizos Potter y el Cáliz de Fuego. (Cuarta Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora