El Pecado De Ser Mujer

Prólogo.

Madre...

Mi madre murió al parir a su tercer hijo, murió junto a mi hermano.

¿Cuál fue la causa de su muerte?

Hemorragia post-parto.

Al parir, fue ayudada por dos vecinas, ambas eran inexpertas, pero no había de otra. Teníamos prohibido ser auxiliadas por nuestro sexo contrario -el varón- la ley manda de que otro hombre, que no sea esposo o familiar de sangre, la toque.
A excepción de que el esposo dé el consentimiento para que la mujer sea llevada al hospital, puede hacerlo, solo que tales casos son muy raros, debido a las creencias.

Ella no debería de ser tocada si no es su esposo.

Como lo fue con mamá. Su esposo se negó a llevarla a un hospital.

Miramos impotentes a mi madre desfallecer, supliqué a mi padre por piedad.

Él ni si quiera me miró.

Mi madre fue desposada a los dieciocho, cuando ya tenía la edad para casarse, mi padre a los cuarenta.

¿Ella fue feliz?

Quién sabe...

¿Cómo ser feliz al ser obligada a casarse con un viejo, tener hijos e incluso vivir como una sumisa?

Aún así mi madre nunca nos hizo faltar el amor que los hijos precisan tener. Fue la mejor madre.

¿Mi padre amaba a mi madre?

Claro, si él mismo la eligió como esposa aún si él le doblegaba de edad a ella.

¿Mi madre amaba a mi padre?

Nunca lo amó.

¿Cómo lo sé?

Aunque ella tratara de ocultar a mi padre y hermano, yo podía notarlo perfectamente.
Las noches en las que mi padre no se encontraba, mamá siempre lloraba. Cuando la veía así inevitablemente, la tristeza me invadía al no poder hacer más que quedarme callada viéndola.

Y yo sé que mi madre, jamás logró ser feliz.

Los días junto a ella eran dichosos para mí. Me demostraba más cariño a mí que a mi hermano.
Mi hermano mayor, como todo varón libre y venturoso, no convivía la mayor parte de sus días con mi madre como lo hacía yo.

Siempre mimandome a cada momento, temiendo de que en algún momento nos separemos.
Y lo temible ocurrió.

Amé tanto a mi madre.

Entonces, quedamos solo tres.

Mi padre de sesenta y cinco años. Mi hermano mayor de veinte.
Y yo, de diecisiete.

Ahora estando a tan solo tres meses de cumplir la mayoría de edad, seré desposada formando una familia.

Una nueva etapa en mi vida se aproxima y negándome a tener el mismo destino que mi madre, lucharé para conseguir la tan preciada libertad.

Antes De Que Empiece La Historia, Más Adelante, Aclarare Algunas Cosas Para Que No Se Pierdan.

¡Créanme Que Esta Historia Me Hará Trabajar Mucho!

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