Capítulo 28

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Acostumbrarme a mi nueva vida no es fácil.

Los cambios bruscos son constantes al igual que las emociones.

He decidido darle una nueva oportunidad. Tampoco es que me quedara de otra.

La felicidad de Neón al escucharme decirlo fue demasiada, que al besarme lo hizo con tanta emoción, que casi me mata de asfixia al no querer separarse de mi.

En realidad exagero un poco, pero no puedo negar que logró desorientarme.

Y cuando mi mano acariciaba su rostro, él cerraba sus ojos y sonreía manteniéndose relajado con mi toque.

No puedo negar que una pequeña paz se instaló en mi y fue ahí cuando pude comprender un poco a Neón.

Él es un bruto, que no sabe como comportarse cuando está conmigo.

La rabia, el enojo y la tristeza fueron borrados de mi ser al escuchar mi primer gemido al sentir mis pechos siendo mimados por su boca.

En ese momento todas sus palabras pasaron por mi mente y comprendí algo.

"¿Sabes cuanto he buscado la oportunidad de estar a solas contigo? No me gusta que corras de mi"

"Nos casaremos, tendremos muchos hijos y nunca te separaras de mi"

"¿Por qué te decepciono? ¿Sabes cuanto sufro esperándote? ¡Para luego ver que el imbécil de mi hermano se haya fijado en ti!"

"¡Pero sí te pone felíz el que Rafael lo haga, corres de mi para ir a sus brazos! Me frustra, me siento jodidamente frustrado el que no me mires a mi"

Neón está loco por mi.
Y yo estoy loca por darle una oportunidad.

Sentirlo suspirar liberando con ello todo el estrés de su cuerpo al él besarme tranquilamente fue algo relajante para mi, los dos estuvimos en todo el tiempo con una actitud desafiante e intolerable y eso hizo que el estrés se acumule en nuestro cuerpo y que con el mínimo error nos lanzaramos todas clases de palabras para nada educada.

Aunque Neón siempre haya sido de esa manera, mi actitud cambio radicalmente de relajada a alterada al no saber como actuar en el momento.

Ya advirtió mi padre a Neón "Tenla paciencia" pero él rapidamente lo olvidó cuando los problemas comenzaron.

Milos.

Él desató los celos de Neón. Pude notar por momentos en que él trataba de contenerse para no levantar su mano en contra mía.

Incluso me advertía en que no lo desobedeciera.

Pero su ira se desató al ser "pillada" con Milos en el baño.

Y lo peor pasó esa noche.

Al día siguiente Neón cambió drásticamente su actitud manteniéndose distante conmigo, y nuevamente tarde en comprender el porqué de su alejamiento.

Sentía vergüenza al haberme lastimado.

Tampoco hice algo para acercarme a él, claro, me mantuve en cama por más de un día atormentandome con el suceso.

Lance un pequeño grito de dolor al sentir una fuerte mordida en mi pezón izquierdo y al observarlo pude notar su mirada fulminante.

-Si estás pensando en Rafael, será mejor que te detengas.

Ignorando sus palabras, mordi mis labios al ver un pequeño tatuaje escondido en su cadera, dirigí mi mano tocandola suavemente pero él tomó mi mano y la dirigió a su miembro.

-Es esto lo que precisa de tu atención- Susurro sobre mis labios para volver a besarme.

Luego de tanto tiempo volví a sentir su miembro sobre mi mano, esta vez pude hacerlo con mucha más libertad y seguridad, siendo ésta la causante de que me la pasará durante noches complaciendome a mí misma en mi habitación.

Las manos de Neón se mantenían apretadas sobre mi cadera dejándome unas marcas ligeramente rosadas pero sin ser dolorosas, su respiración por momentos aumentaba al yo acelerar mis caricias y luego disminuirla divirtiendome un poco de su tortura.

-Eres más malvada que yo, mujer- Habló roncamente sacando mi mano de su miembro y penetrandome rápida y bruscamente haciendo de que nuevamente soltara otro grito de dolor.

Él controla el ritmo dominando por completo el acto, inútilmente trato de empujarlo sintiendo ser llenada intensamente, pero él afirma su agarre e ignora mis quejidos dejándome en claro de que no tendrá compasión.

Mi conciencia me susurra "No luches", de que él es un hombre que sólo sabe dominar y que como tal debo demostrar sumisión.

Luchando contra eso, poco a poco dejo de resistirme dejando mi brazo recostado por la cama y aceptando por fin el dominio de Neón en mi.

-Te amo tanto ¿Sabes?

Fueron sus palabras luego de entregarle mi pureza, y la incomodidad en mi fue catastrófica.

No sentí absolutamente nada más que placer y al acabar una ola de arrepentimientos atacó a mi corazón.

"Perra, perra"

Podía escuchar los gritos de Rafael en mi mente.

Pude notar que él espero una respuesta, pero al sólo obtener mi silencio, beso mis labios suavemente reconfortandose de esa manera.

-Si mi mujer desea joyas de las más preciosas se la daré, si mi mujer desea ropas de las más finas se la complacere, pero si mi mujer desea que me coloque de rodillas ante ella y que prometa sumisión es ahí cuando me negaré.

Vuelve a hablar Neón, demostrando el claro dominio que él aún tiene sobre mi, más yo sin querer volver a romper la armonía, asiento con la cabeza dando tregua a sus palabras.

-¿Pero sabes que si está dispuesto a ser dominado por ti? Mi pene- Había susurrado sin sentir la más mínima vergüenza.

La calma llegó por un momento en nuestras vidas, eran las palabras y acciones que tomábamos lo que haría el que nos mantuvieramos juntos o separados, literalmente.

De algo estoy segura. Nunca perdonare el que me haya hecho perder una mano. Por momentos me la paso mirando mi brazo derecho vendado, acariciandola. Y Neón simplemente desvía la mirada e ignora mi sufrir.

Mi corazón me susurra.
No amaré a un hombre como él.

El Pecado De Ser MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora