Me acerco al ventanal de la habitación y contemplo el enorme patio que rodea al palacio.
Lo que menos hice fue dormir.
En todo momento rondó por mi mente los sucesos ocurridos en el día anterior.
Y hasta ahora, no me arrepiento en nada por mi decisión.
Coloco mi mano sobre mi panza y la acaricio lentamente; aún ni siquiera puede notarse el crecimiento en ella, pero es inevitable el no acariciarla. Estoy tratando de prepararme mentalmente para lo que la vida decida poner en mi camino, estoy segura de que si es una niña será mucho más complicado todo.
De alguna u otra forma, haré que mi niña sea feliz.
Sin embargo, si es un varón, el padre siente el mayor orgullo al tenerlo, ya que la mayoría de las veces las mujeres son consideradas "inservibles" por el padre y que el casarlas es una manera efectiva de "deshacerse" de ella.
Es por eso que los padres están tan desesperados en casarnos.
Miro de reojo hacia la puerta al escuchar pasos acercándose a la habitación, mi cuerpo se tensa al saber que es Neón quien ya ha vuelto.
Miro nuevamente el patio y me mantengo quieta, escuchando la puerta ser abierta y cerrada suavemente sintiendo sus pasos acercándose lentamente, posicionandose detrás mío.
Mi respiración se acelera notablemente al sentir sus manos posicionandose en mi cadera, apegando mi cuerpo completamente a su pecho.
-¿Has dormido bien?- Pregunta en un susurro y yo trago saliva tratando de disimular mis nervios.
-Lo he hecho.
-¿Te sientes bien para salir esta noche?
Yo ladeo mi cabeza mirándolo sorprendida.
-¿A dónde?
-¿Sabes que he hecho ayer durante toda la noche?- Frunzo el ceño al ser ignorada- Me he masturbado pensandote- Susurra sonriente y yo lo observo avergonzada por sus palabras.
¿Qué ni siquiera tiene pudor este hombre?
Bueno, no es que yo no lo haya hecho nunca, pero es un tema realmente vergonzoso para mi.
-¿Y sabes qué quiero justo ahora?- Niego, sospechando de sus palabras- Quiero que me la-
-¡Ay por Dios, Neón! ¡Ten algo de vergüenza!
-¿Por qué lo tendría estando con mi esposa?
Su esposa. Sonrío ligeramente al darme cuenta de algo.
Neón no se ha enterado.
Mis nervios se disipan y mi cuerpo vuelve a notarse relajado.
He cometido tantas estupideces en mi vida, pero la estupidez más grande sería el haberme ido con Milos.
Y ahí me pregunto ¿Hubiera sido capaz de aceptar su oferta si tan sólo no me hubiera pedido el que abortara?
Observo a Neón quién sonriente comienza a despojarme de mi vestido tirandola al suelo. Miro al techo y me mantengo quieta al sentir sus labios besar mi cuello, él trata de que corresponda a sus toques tomando mi mano y colocandola a su cuello.
De besos tranquilos pasan a ser chupones fuertes a mi cuello, ladeo mi cabeza y cierro los ojos sin emitir absoluta queja.
-¿Has matado a la mujer?-Pregunto en un susurro manteniendo los ojos cerrados.
Neón al escuchar mis palabras se detiene por unos segundos, respirando tranquilamente.
De un momento a otro toma mi brazo bruscamente y me empuja haciendo que caiga de espaldas a la cama mientras él comienza a despojarse de su ropa.
-¿Serias capaz de cambiar?- Pregunto suplicante, tratando de que Neón responda a mis preguntas.
Neón me observa seriamente, ya habiéndose despojado de su camisa.
-Eider, no pierdas tu tiempo tratando de hacerlo.
-¿Y tu promesa qué?
-Yo sólo te he prometido en no volver a tocar a otras mujeres y lastimarte a ti ¿Qué más esperas de mi? ¿Qué por amarte cambie completamente conviertiendome en un hombre bueno?- Habla sarcástico- Desde antes he sido un hijo de puta y así lo seré siempre.
-¿Y así dices amarme?
-Eider... ¿Qué es lo que te pasa nuevamente?- Pregunta frustrado.
-¿Por qué no te enamoras de otra mujer?
-Si deseas que me enamore de otra mujer, desde un principio no deberías de haber existido para que lo haga- Me observa notablemente enojado- Y si tú no te enamoras de mi, entonces lo único que te queda es acostumbrarte.
(Kara Sevda)
Pienso nuevamente.
¿Sería capaz de abandonarlo si tuviera la mínima oportunidad?
Lo haría.
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El Pecado De Ser Mujer
Non-Fiction"Quiero casarme con el hombre que amo". Pensaba desde pequeña, sabiendo los límites que tendría, aún así, decidí no rendirme. "Quiero casarme con Rafael". Pensaba luego al ser mayor y darme cuenta de que nunca podría casarme con el hombre que amara...
