Suryan © || [Sin Editar]

N u e v e

En capitulos anteriores.... (Ok, no xD)

Despierto gritando, con la respiración agitada, el corazón a punto de colapsar y dos manos sujetándome al sofá.

Vivíane y Alexia me miran preocupadas, Ashton y Jace están arrodillados también frente a mi.

Me he quedado dormida esperando a que el ángel llegase.

-¿Donde está Suryan?

Ninguno me responde.

-Estoy aquí, nena. - pretende ser gracioso pero la cara que tiene y los ojos con los que me mira me dejan al claro que ha podido ver todo lo que he soñado.

No temas, ya estoy aquí.

Su voz en mi mente provoca una especie de alivio indescriptible dentro de mi caja torácica.

Si, ya estas aquí.

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Me reprendo a mi misma y Suryan sonríe arrogante al leer mi mente y darse cuenta de la tranquilidad que me abunda cada vez que lo tengo delante.

Pongo los ojos en blanco y mis ojos enfocan al rubio de rodillas frente a mi que me mira angustiado, sus manos descansan en mis rodillas y veo como traga saliva varias veces antes de hablar.

-¿Que estabas soñando?- pregunta acunando mi rostro entre sus manos.

Abro la boca para relatar mi extraña y curiosamente real película ilusoria, pero la abro aun más al ver como las manos de mi querido amigo son arrancadas con brusquedad de mi rostro, y como su cuerpo colisiona brutalmente con una pared, incrustándose ligeramente y marcando su silueta en ella.

Intercalo miradas con los templarios restantes esperando que salga en su ayuda alguno de ellos, pero están tan o más petrificados que yo ante tal escena.

El ser alado sin alas presenciales, se dirige con paso amenazante hacia Jace que se le nota un tanto indiferente sacudiendo su ropa de pequeños escombros. ¿ Es que no ha sentido ni un poquito de dolor? Al percibir la cercanía de Suryan se tensa, cuadra los hombros y levanta la barbilla haciendo así que su altura sea notoria, pero lejos de ser una pose intimidante, se asemeja a un acto de respeto por su parte.

Es como un soldado frente a su capitán y aunque me disguste aceptarlo, es justamente así.

Mis ojos se abren en sobremanera, el corazón me palpita frenético y siento el pulso en mis sienes.

-¡Katy!

Salto del sofá y me zafo del agarre que Alexia intenta ejercer en mi muñeca para alcanzar a Suryan a tiempo. Antes de que sus dedos se cierren en la garganta de Jace, tomo su brazo y tiro de él a sabiendas de que no lo moveré un ápice, pero parece que el ángel atiende mi llamada de atención, relaja su postura para mirarme un segundo y después vuelve a desparramar su inexplicable cólera por cada poro de su cuerpo.

No me he dado cuenta que Jace tiene agarrada la mano de Suryan y levemente inclinada hacia un lado, me quedo embobada pensando cómo ha sido posible no percatarme ni siquiera de que se ha movido, pero recuerdo que es un templario y descarto toda acción lógica que pueda llegar a pensar.

Suryan, sin molestarse y sin saber tampoco cómo, hace que Jace se agarre la yugular él mismo y luche por conseguir aire en sus pulmones.

-¡Suryan!- grito consiguiendo que me mire y Jace caiga al suelo de rodillas respirando con dificultad.

- No vuelvas a tocarla - escupe con verdadera ira tiñendo su voz. -. No pienso repetírtelo Jace, no te quiero cerca de ella... Obedece o la próxima vez, te mataré.