I n t e r l u d i o

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Hadriel POV'S

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Hadriel POV'S

Cada noche tengo el mismo sueño. Cada noche se repite. Puede que a veces haya una nueva escena en la pantalla que es mi jodido subconsciente en ese momento, pequeños cambios, pero siempre es con la misma persona, siempre me encuentro con el mismo argumento y siempre acabo teniendo los mismo pensamientos.

Evidentemente, sabiendo esto y no sé si es por molestia o masoquismo, cada día deseo que llegue el momento de ir a la cama, deseo que acabe otro día más para seguir soñando y comparar el sueño de ese día con los anteriores. Deseo reencontrarme con ese pequeño confuso momento de ver a alguien tan hermoso y delicado, y no saber quién es, ni de dónde mi creativa mente se inspiró para crear semejante criatura.

Aunque siempre se me presente la triste realidad de que es solo un sueño. Un acto simbólico e imaginario. Algo tan irreal como los dragones.

Irónico, teniendo en cuenta que soy un serafín y es a mí a quien algunos humanos toman por irreal.

Sin embargo, ese es un dato que sinceramente no me importa. Al fin y al cabo, dependen de nosotros y he de reconocer que a veces me divierto torturándolos un poco al dejarlos retorcerse en el agujero en el que ellos mismos se meten por insensatos.

En fin, es un pequeño vicio que debo superar. Lo reconozco.

Sonrío recordando el último sueño.

En la escena ella, acercándose mostrándome cuán linda puede ser una sonrisa de labios cerrados y cuan sensual puede ser que te miren a través de unas largas pestañas. Después llega el momento que más me emociona, el momento mágico y del cual no me avergüenza decir que no gozo conocer. El beso.

Es curioso que mi corazón aletee con el recuerdo de una simple imagen.

Con la cabeza apoyada sobre la almohada, mi fiel compañera. Esa que me conoce mejor que yo mismo, pienso. ¿Y si existiera esa chica? ¿Me atrevería a ponerme en peligro por ella? ¿Tendría el valor que tiene Suryan al desafiar al Empírio por Katy? ¿Sería capaz de estar decidido a perder mi divinidad? ¿Mis poderes? ¿Mis alas?

¿Sabría lo que es el amor?

Quiero a mi mellizo, adoro a Suryan y amo a Katy con toda mi alma, pero son amores distintos. Son lazos que por mucho que todo cielo rabie por extinguir, son lazos familiares. Lazos humanos. Lazos que en mi mundo no deberían de existir y solo el amor fraternal hacia toda criatura se debería experimentar.

¿Cuántas veces se puede soñar con algo que en la realidad te niegas a tener?

No me engaño. Millones. Más de las que puedo contar hasta ahora. Y siempre me digo lo mismo: que sueño más jodidamente raro he tenido.

Pero no es que sea raro, es lo que, aunque me resulte realmente molesto, quiero.

El cerebro solo hace hueco a lo que queremos. Si alguien aparece por mi mente inquieta mientras duermo no sé si eso sea una buena señal. Lo único importante y que malditamente me preocupa en toda esta historia es que lo quiero. La quiero.
 
Pero esto es lo bonito de la imaginación. Que nos da el gusto de soñar lo que queramos, ya sea imposible. Porque lo que es posible se alcanza en la realidad, no es necesario imaginarlo. Pero aquello difícil de alcanzar es lo que debemos imaginar. Y no es para que seamos más idiotas por ello, sino para saber, al menos de manera imaginaria cómo hubiera sido. Qué hubiera ocurrido. O mejor dicho, cómo quisieras que fuera.

Una vez que duermes, tu mente te descubre todo aquello que deseas. Porque no hay músculo más inquieto que el cerebro y éste, continuamente está imaginando lo que cree que verdaderamente te haría feliz. Es cierto que en ocasiones tenemos sueños raros y abstractos, imposibles de querer eso que soñamos y pensamos que nuestro cerebro se fuma algo antes de dormir y tiene alucinaciones. O quizás no y solo soy yo divagando.

Maldita sea, estoy delirando.

Me remuevo entre las sábanas cuando escucho una serie de golpes, maldiciones y seguidamente a Suryan gritando como energúmeno mi nombre y el de Loryan.

Oigo pasos apresurados de varias personas corriendo por los pasillos. Llego a discernir la voz de Jace hablando y a Vivíane dar instrucciones de rastreo.

Mi puerta se abre de un solo tirón y mi mellizo de ojos verdes aparece por ella con ojos desorbitados y pálido como las paredes que me rodean.

Me incorporo, mostrando las palmas de mis manos hacia él.

— Juro que esta vez soy inocente.

Niega con la cabeza.

— Se la ha llevado.

¡¿QUÉ MIERDA... ?!

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Bueno queridas/os, no es capítulo pero es una pequeña parte para conocer lo que pasa por la mente de nuestro querido Hadriel.

¿Qué pensáis?

Graciias por leer y votar.

~Mary.

Suryan ©  || [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora