V e i n t i n u e v e

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En capitulos anteriores...

— Te amo, Katherine.

Me rindo.

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—  Te amo, Katherine.

Sonrío, pero no digo nada. Tan solo cierro mis ojos y dejo un dulce beso en su clavícula.

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— ¡Oh, maldita sea! — escucho una voz horrorizada

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— ¡Oh, maldita sea! — escucho una voz horrorizada. —. Tengo que borrar esas imágenes de mi cabeza.

Una carcajada.

— Lo siento por tus virginales ojos, pero es así como nos crearon hermano.

— ¡Cállate! Vas a crearme un trauma.

Te amo, Katherine.

Abro los ojos.

He escuchado su voz, estoy segura. Jamás podría confundirme. Ha sido él.

Lo primero que veo en cuanto vuelvo de mi inconsciencia, es el rostro de Hadriel con los ojos muy abiertos y una mueca de asco. De mi hijo, Hadriel. Dios... ¿Es cierto? ¿Los mellizos son mis hijos? ¿Nuestros hijos? ¿Es normal que esté tan contenta de saberlo? ¿Es normal que quiera ahorcar a Suryan por no habérmelo dicho? ¿Es normal sentirme incómoda porque mis hijos han hecho bromas subidas de tono conmigo?

— Bienvenida al mundo real, madre — saluda el rubio platino, jocoso. —. Y respondiendo a tus preguntas; sí, a todo. Es normal — se encoge de hombros sonriendo tan abiertamente que mi estómago hace una pirueta extraña. De repente, tengo ganas de vomitar. —, ¿quien no estaría contenta con tenerme como hijo?

Sonrío aunque no tengo ganas. Tengo muchos sentimientos encontrados ahora mismo. Al contrario de lo que Adán pretendía al soltarme semejante bomba, estoy feliz sabiendo la noticia, pero aún así, tengo el corazón en un puño. Quiero salir de aquí cuanto antes. Tenemos que salvar a Suryan. Él no puede ser condenado. 

Trago saliva con dificultad. 

Lo que he escuchado sonaba como una despedida. Suryan no puede morir. No voy a permitirlo.

— ¿Donde está Loryan? — pregunto, y me alarmo cuando me percato de que no está junto a su hermano.  Hadriel enarca una ceja. — ¿Hadriel, donde está? ¿Está herido? ¡¿DÓNDE DEMONIOS ESTÁ MI HIJO?!

Se escucha una carcajada. Miro en esa dirección.

— Estoy aquí, mamá — está acostado en el suelo, por eso no lo había visto. —. Tranquila, sé que no es momento para irme de putas. Me he abstenido de hacerlo.

Hadriel ríe y yo lo fulmino con la mirada. Por muchas ganas que tenga de soltar una carcajada, ahora soy madre, tengo que madurar. 

— Tranquila, estamos bien con cómo eres. No nos hemos desviado mas de lo que se esperaba — Loryan se yergue y con sus manos ahueca una de las mías. —. Siempre has sido así. Sabemos que todo esto es un jodida locura descomunal, pero también te amamos con esa intensidad.

Suryan ©  || [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora