Suryan © || [Sin Editar]

T r e c e Y C a t o r c e

En capitulos anteriores...

Veo como aquel dije parece querer grabarse en lo más profundo de mi alma.

Despierto, grito y miro mis manos.

Están limpias.

Estoy viva.

Sólo ha sido un sueño.

Por ahora...

*Especial Suryan Pov's*
Vale la pena la espera, ¿O no?😂

Ahora si, disfruten del capítulo. ❤️

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Aquí estoy, observando los atisbos de sus pesadillas y velando por ella sin que se percate. Temiendo cada segundo en el que estoy a su lado, porque cada maldita partícula de mi cuerpo pide que mande todo a la mierda y que me la lleve lejos, que la aparte de este mundo, que muera en mi celestial vida para acompañarla en la suya.

Pero es un plan con demasiadas lagunas. Una de ellas es que moriría algún día, ella seguiría viva mientras mis restos se quedarían sepultados bajo tierra y solo tendria el placer de observarla.

En compañía del Hades, ya que se me negaría la entrada al paraíso al desechar voluntariamente mi divinidad.

Otra laguna sería el que me permitieran desechar mi dichosa divinidad...

-Suryan...

Sonrío inconscientemente.

Llevo el peso de cada historia de cada vida sobre mi espalda, mi cuerpo se ha convertido en un libro de aventuras que cuenta las hazañas de esta chica atrevida. De mi chica atrevida.

Pero ella no recuerda nada.

Y no sabría si alegrarme por ello o dejar que me inunde el dolor. ¡Mierda que si duele!

Es tan lejana pero tan posible de alcanzar a la vez... cuando sus ojos del color de la plata vagan en mi dirección, solo siento la necesidad de ahogarme en ellos y nadar sin rumbo alguno entre sus dimensiones.

Una de sus sonrisas puede hacer tambalear todo mi maldito universo, aunque en el suyo yo no sea más que un jodido agujero negro.

De momento.

Ellos podrán manipularme; lo hacen porque saben que el amor es el mayor poder que a uno se le puede otorgar. Para mi desgracia, a un ángel se le prohíbe enamorarse de una mortal.

Más, si aquella mortal es la mismísima Estrella.

Aún más, si eres su guardián.

Ellos nunca podrán sentir la alegría que yo siento al verla venir. No conocerán la inocencia y la pureza con la que la sueño al dormir. Tampoco sabrán lo que es desear acariciar su piel sólo por el hecho de sentir un placentero hormigueo en la punta de los dedos.

No sentirán jamás las ganas de decapitar a alguien por el simple hecho de mirarla.

-Suryan...

Tengo que despertarla, sus pesadillas cada vez van a peor.

Cada día se acerca más la verdad.

La observo de nuevo. Acaricio su larga melena como solía hacerlo tiempo atrás. Sé que le gusta que le toquen el pelo, como también sé que tiene cosquillas en la palma de la mano.

Suspiro.

Lo que duele no es el dolor en sí.

Me gustaría que esto que tanto duele fuese lo que me oprime el pecho y me desgarra las vísceras y el corazón.