Suryan © || [Sin Editar]

D i e c i n u e v e

En capitulos anteriores... (Sigo sin poder con esto xD😂 )

Dios, tenerla tan cerca y no comérmela a besos me está matando.

-No sé que es lo que esperas para besarme entonces.

Espera, ¿qué?

Escucho su risotada y siento su mano posarse en mi nuca.

Abro los ojos en demasía al ver sus intenciones.

Su boca busca la mía y yo...

Pierdo el control.

No podía esperar hasta el miercoles 😂❤️

¡ IMPORTANTE !

El capitulo contiene escenas explícitas y lenguaje fuerte. El aviso está dado, si no te sientes cómodo leyendo te sugiero que leas hasta que veas (###) ya que será desde ahí donde empiece y si lees es bajo tu responsabilidad.

Y si siguen leyendo pues...

Sujétense las bragas we 😂

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Veo que mi vida se escapa frente a mis ojos. Los recuerdos en mi cabeza son solo fracciones, fragmentos rotos. Mi cabeza esta confusa pero en este tiempo he aprendido a cargar el peso de llevar un sentimiento tan grande que me atrae peligrosamente al hombre divino que me no hace más que intentar que lo recuerde, que le dé una oportunidad, que caiga ante su juego. Que lo ame.

Al hombre que me idolatra incluso más que a su propio Dios.

Me obligo a olvidar las imágenes de Suryan a mi lado, durmiendo pareciendo el ser más vulnerable o amándome con un terrible desenfreno, siendo tierno y cariñoso o pícaro y socarrón ... pero los recuerdos no se extinguen.

Mi alma parece estar enfadada conmigo, el corazón me traiciona cuando estoy frente a él y ya no quiere ser mi compañero, sino el suyo. Mi cabeza lucha contra mi por seguir en la indiferencia.

Es como estar en un túnel con dos cruces pero sin un atisbo de luz cerca de tu alcance. No sabes donde tirar y te estrellas justo en el vértice donde se separan. Ahí te quedas, ahí te estancas porque no tienes idea de hacia donde dirigirte. Hasta que te arriesgas a tomar un camino. Hasta que tu misma decides que tienes que explorar lo que sea que haya al final del terreno que has elegido.

Apreciar lo que se tiene es tarea difícil cuando tienes por sentado que jamás te faltará.

Guarda un parecido al comportamiento de los niños pequeños, sabes que por el echo de quitarle un juguete que antes apenas sabía de su existencia después va a querer tenerlo.

Eso es exactamente lo que yo he experimentado. Una muy rara experiencia si se me permite decir.

No sé como explicar siquiera la manera en la que me sentí cuando mi mente procesó todo lo que había visto.

Fue como si de repente un gran peso se posara encima de mi pecho quitándome todas las opciones que tenía para respirar, un nudo se instaló en mi garganta, el estómago se me hizo un puño y los ojos se me llenaron de lágrimas.

La sensación de pérdida fue tan horrible que grité con todas mis fuerzas, como si así el vacío que se estaba formando dentro de mi se disipara.