D i e c i o c h o

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En capitulos anteriores...

Él corazón me late a mil por hora y siento como quiere salir de mi caja torácica con cada bombardeo.

No puede ser, es imposible.

Miro de nuevo los ojos de los mellizos y su mirada me lo confirma.

Lo han visto, lo saben igual que yo.

Suryan morirá.

*Especial Suryan Pov's*

Disfruten del capítulo en recompensa por la espera de la semana pasada ❤️

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Tengo más años de los que me gustaría recordar. Y de los que a mas de uno les costaría admitir.

Antes de la luz y la oscuridad, antes del cielo y la tierra, antes del mar y la arena,antes de todo lo que ya existe, fui creado junto a mis hermanos. Mis verdaderos hermanos con los que he convivido millones de años adorando, exaltando, obedeciendo y honrando al Todopoderoso.

No Loryan y Hadriel. Ellos... ellos vinieron mucho, muchísimo después... 

Miguel, no es mi verdadero padre, creo que no hace falta decir el minúsculo detalle de que los ángeles no pueden procrear. Pero si fue quien me enseñó todo lo que sé, quien se encargó de mi instrucción y de que ascendiera poco a poco, hasta ser dichoso de ver de primera mano lo mas bello que ha creado El Creador.

Al hombre. Bueno, en mi caso mi atención no estaba dirigida hacia la persona de Adán. 

Yo estuve delante cuando Adán respiró por primera vez, y cuando de su costilla nació Eva.

Y fui bendecido con poder ser el protector absoluto de La Estrella. Su guardián. Mi Estrella.

Sonrío recordando esos tiempos. Los tiempos en los que yo era un verdadero serafín sin malicia alguna, sin pensamientos pecaminosos e inocencia y nobleza supurando por cada poro de mi piel sin cicatrices marcadas por pecados de los que hasta ahora no me arrepiento.

Por ese entonces mi único objetivo era hacer mi trabajo lo mejor que podía para que El Padre se sintiera orgulloso de mi.

Recuerdo estar paseando por El Edén con mis ocho alas al descubierto, en ese entonces no había necesidad de esconderlas y disfrutaba de la caricia sutil que el viento les proporcionaba. A mi lado se encontraba una sonriente y muy desnuda Eva, gracias a que ella no tenia el conocimiento de lo que era el pudor, lujuria o picardía, nos resultaba de lo mas normal. Yo no lo la miraba con lascivia o algún pensamiento fuera de lo fraternal.

Teníamos una relación que ahora se catalogaría como "mejores amigos". Me contaba lo que hacia en el día en mi ausencia, lo que aprendía, como se sentía... incluso las faenas con Adán. 

Chasqueo la lengua porque de repente me encuentro molesto y sacudo la cabeza para borrar esas imágenes de mi cerebro. 

Suspiro y me apoyo con los antebrazos en la barandilla. Me encuentro en la azotea tomando un poco de aire. Después de la inquietante reunión que tuve con el Empírio hace dos semanas me encuentro mas irritable de lo normal.

Necesito pensar, necesito tranquilizarme.

Cierro los ojos mientras recuerdos vienen a mi sin razón. 

— Padre dijo que podíamos comer de todo árbol del jardín menos de ese porque ciertamente moriríamos — dijo señalando el árbol de la ciencia del bien y del mal. 

Suryan ©  || [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora