Tatuajes En La Piel

capitulo 5

Mañana me arrepentiré de esto, pero hoy culpare al alcohol.

Sonaba una canción muy movida, me metí a la pista en un lugar donde Nikolaos me podría ver y empecé a moverme sensualmente, cuando Nikolaos dejo de besarse con la castaña sus ojos se conectaron con los míos mientras yo bailaba para él.

Al ver que trataba de provocarlo empezó a caminar hacia mí, muy lentamente, como cuando un león va a cazar a su presa. Al llegar hasta mí me tomo de la cintura y empezó a bailar conmigo, haciendo que la temperatura subiera aún más.

Su cara se acercó a la mía, pero cuando estábamos a punto de besarnos la luz de la casa se fue y sirenas de policía empezaron a sonar haciendo que todo el mundo se descontrolara, empujándonos.

Nikolaos tomo mi mano y corrimos fuera de la casa. El saco las llaves de su pantalón y desactivo la alarma del que supongo es su auto.

Soltó mi mano y me monte en el auto mientras él lo rodeaba y se montaba en puesto del piloto. Arranco a toda velocidad alejándose lo que más pudiera de la casa, yo me mantenía en silencio sin entender nada.

Pasados unos minutos ya no soportaba la curiosidad.

- ¿Qué fue lo que paso?

-llego la policía, seguramente tenían drogas y algún vecino llamo.

-Okay- al ver que entramos por unas calles desconocidas acabe por darme cuenta que él ni siquiera sabía dónde vivía como para llevarme a mi casa- y ¿Dónde me llevas?

-A mi casa

- ¿Y por qué?

-Porque estoy cansado, tomado y voy manejando. Debo detenerme lo más pronto posible

-Me puedes dejar acá, se cómo llegar a casa- si claro, como no

-No te voy a dejar a las 2 de la madrugada en la calle. No soy tan idiota.

-Enserio, se cuidarme sola y se cómo llegar a mi casa, ni siquiera esta tan lejos- ni siquiera tengo la más mínima idea de donde estoy.

-Ya te dije que no. Me estás dando dolor de cabeza, cállate ¿sí?

-Está bien...- el resto del viaje lo pasamos en silencio hasta su casa.

Se que es un poco irresponsable ir a la casa de un desconocido, pero, estoy borracha y cansada, además de que tengo protección. Siempre llevo un espray de pimienta en mi bolso. Hablando de bolsos... ¡mierda, mi bolso!, ¿Dónde está? Ahora que lo pienso lo deje en el auto de Ann con mi celular y todo.

-Mierda- susurro mientras golpeo mi frente con mi mano

- ¿Qué paso?

-Nada, solo que deje mi bolso en el carro de una amiga.

-Toma-me tiende su celular y yo lo miro sin comprender- para que le llames a tu amiga

-Oh, gracias- tomo el celular y desbloqueo la pantalla, marco el número de Ann. Cuando va para el tercer tono contesta.

- ¿Quién es?

-Hola Ann, soy Adabella

- ¡Bella! ¿Dónde estás? Te busque por todas partes, te llame a tu celular, pero estaba en mi carro.

-Estoy bien Ann, voy de camino a casa de un... amigo, voy algo borracha y las llaves de mi apartamento también están en tu carro.

-Ah, okay. Hablamos mañana.

-Si tranquila, hablamos mañana-poco después de terminar la llamada Nikolaos detiene el carro frente a un edificio. Él se baja y espera a que yo lo haga para activarle la alarma.

Entramos al edificio y saca las llaves para abrir la portería, ya adentro esperamos el elevador.

Ya en el piso 18 nos detenemos en el apartamento 185 y él lo abra para dejarme pasar y luego el entrar y cerrarla.

El desaparece unos segundos y cuando regresa viene con una camisa y un bóxer que me tiende.

Cuando tengo la ropa de él puesta salgo del baño donde me estaba cambiando y al pasar por una de las habitaciones que hay al lado de estas veo como él está ahí.

Carraspeo para llamar su atención y cuando me mira su mirada se va oscureciendo mientras hace un recorrido de arriba-abajo quedándose en mis piernas. Nuevamente.

-Oye, ¿Dónde dormiré?

-Acá-contesta mientras sus ojos se apartan de mi cuerpo

- ¿Y tú?

-En la del lado.

-Ok, buenas noche- el sale de la habitación y cuando yo estaba a punto de empezar a caminar hacia la cama siento como alguien está parado detrás de mí.

Al voltear veo que es Nikolaos mirando fijamente mis labios y ya sabía lo que iba hacer y aunque una parte de mi lo deseara otra, la más racional me detenía.

Cuando se acercó más a mi cara mi batalla interna termino. Ya había escogido.