capítulo 15

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Realmente me cabrea que él me haya dejado sola en la pista de baile luego de besarnos, y más me enoja saber que huyo después de decirme a mi cobarde por huir siempre. 

Salgo rápidamente de ahí y vuelvo a la barra improvisada para poder respirar tranquilamente sin toda la gente a mi alrededor sofocándome. 

Me armo un shot el cual me tomo de un solo trago. Volteo para tener una buena panorámica de todos y tratar de encontrar a Nikolaos, pero parece como si se hubiese esfumado. 

-Hola muñeca ¿Por qué tan sola? - cuando volteo a ver quién me habla me encuentro con un chico guapo, aunque no tanto como Nikolaos 

-Bueno... creo que me han botado- cada vez el chico (el cual no sé quién es y que, aunque esta guapo no confió en el) se acerca más a mi haciendo que retroceda todo lo posible. 

- ¿Quién podría botar a tan hermosa criatura? Si quieres podríamos divertirnos, te ayudare a olvidar a ese estúpido que te boto- si antes desconfiaba de él ahora sí que más. El desconocido coge un mechón de mi pelo y justo cuando estoy a punto de decirle que es momento de que se vaya, una tercera voz aparece en escena. 

-Deberías soltar eso si no quieres quedarte sin mano. 

Blanqueo los ojos cuando reconozco la voz, es increíble cómo se va y vuelve para amenazar a alguien que está coqueteando conmigo como si tuviera el derecho. 

El chico mira detrás mío e inmediatamente suelta mi cabello y prácticamente sale corriendo, volteo para darle la cara a Nikolaos y poder reclamarle. Cuando estoy a punto de hablar el me interrumpe. 

- ¿Por qué dejas que se te acerque se esa forma? - me lo dice mirándome como si me quisiese matar-por eso ese mal nacido trato de violarte, no te haces respetar. 

Lo miro sin poder creer lo que ha dicho. Es un idiota, es increíble hacer que recuerde lo que sucedió con el profesor solamente porque está enojado.
Mi enojo es tanto que nubla mi vista y mi razón y solamente me doy cuenta de que he hecho cuando mi mano pica y la mejilla de Nikolaos empieza a ponerse roja. Doy vuelta y empiezo a caminar hacia donde están nuestras carpas. 

Cuando llego hasta donde están no entro, sino que me siendo en la arena hasta donde solamente el agua toca las puntas de mis pies, me quedo un rato mirando hacia la oscuridad del horizonte donde el negro del cielo se fusiona con la oscuridad del mar. 

-Lo lamento, no fue mi intención herirte- me sobresalto al escuchar la voz del Nikolaos más sin embargo no volteo a verlo- Quiero disculparme, pero el que tú me ignores no ayuda mucho. 

-¿Qué quieres que te diga? No importa, está bien, te disculpo, etc. Pero el problema es que si importa, importa mucho, crees que me encanta lo que ese bastardo trato de hacerme, que me lo merecía. No, no lo creo 

-Se que no te lo mereces, nadie lo merece pero es que no se porque me enojo tanto ver como ese tipo te comía con la mirada y tu no hacías nada. ¡Él solo te quería llevar a la cama y después botarte como basura! 

-¡Crees que no lo sabia, estaba a punto de mandarlo a la mierda hasta que tu tenias que llegar! - me paro para quedar a mejor altura- ¡Y tu no tienes ningún derecho de reclamarme nada cuando, primero no somos nada, y segundo si tu pudieras me llevarías a TÚ cama y me echarías de ella nada mas acabar! 

Nos quedamos un rato mirándonos en silencio, los dos queriendonos matar con al mirada, hasta que él relaja su ceño y baja la mirada dando un paso hacia atrás. Me quedo confundida por su cambio de actitud que desprende tristeza, hasta que sus hombros se empiezan a sacudir dándome a entender que no estaba tiste sino por él contrario algo que dije le causa mucha gracia para reírse como lo esta haciendo en este momento. 

-¡¿De que mierda te ríes?! 

Nikolaos trata de regular su respiración para poder hablarme pero siempre termina riéndose sin poderse contener. 

-Es que... ¿Quién a dicho que te quiero llevar a mi cama? 

Su respuesta es como una cachetada en mi cara y por un momento me quedo en blanco sin saber que responderle, pero como mi orgullo es igual o mas grande que toda Europa me niego a quedarme callada por mas tiempo 

-Es obvio que quieres, siempre noto algo- digo mientras dirijo mi mirada hacia su entrepierna para hacer mas referencia- cuando bailamos o me besas 

-Cariño ya hasta te imaginas cosas de las ganas que me tienes. 

-No te mientas, sabes que mueres por descubrir que hay debajo de mi ropa, así sea solo para ver. 

-¿Quieres apostar? 

-¿Tienes ganas de perder? 

- Si yo gano, ósea que tu aceptes que mueres por mi, tu tendrás que hacer cualquier cosa que yo diga por todo un día. Sin restricción. 

-Pero si yo gano, ósea tu aceptas que no eres capas de resistirte hacia a mi, tendrás que hacer lo que yo diga por 24 horas completas

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