capítulo 10

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Despierto por el calor tan abrumador que siento, cuando trato de moverme para salir de la cama siento como hay un brazo enzima de mi abdomen y unas piernas enroscadas con las mías, volteo la cabeza para ver quien está al lado mío y me sorprendo cuando veo a Nikolaos plácidamente dormido, hay un momento de confusión donde no entiendo por qué esta en mí misma cama y como si se tratara de prender un bombillo todo se aclara en mi mente y recuerdo el cómo ayer Nikolaos me trajo a su casa, me cago hasta su habitación y al momento de irse yo le retuve la mano y le dije que se quedara.

Quito su mano de mi abdomen y desenredo las piernas para poder salir de la cama, Nikolaos dice algo que no alcanzo a entender y se voltea para volver a dormir, busco mis zapatos y cuando los encuentro debajo de la cama los cojo y salgo silenciosamente de la habitación. En la sala me siento en unos de los muebles para ponérmelos, veo en el centro de mesa las llaves de mi auto y también las cojo para salir de su apartamento. Pero... justo cuando iba a salir pienso en nuestro encuentro en el baño y no en el beso, si no lo que él me dijo, en como siempre huyo y eso hago en este momento. Tengo miedo de que despierte y que me pregunte cosas que en este momento no quiero recordar.

Sierro la puerta tratando de hacer el menor ruido posible, me quito los zapatos nuevamente, dejo las llaves en el centro de mesa y me dirijo  a la habitación donde se encuentra un aun dormido  Nikolaos, me acuesto en la cama y le doy la espalda decida a dormir un rato más.

-Pensé que ya te habías ido

-Si... yo pensé que tú estabas dormido

-Me desperté antes que tú, pero quería ver qué harías esta vez - Me volteo para ver su espalda antes de que él se voltee y los dos quedemos de frente

-Gracias por lo de ayer- él se queda un momento en silencio, mirándome muy fijamente

-No tienes nada que agradecer, lo haría por cualquiera- auch, eso dolió, aunque no sé muy bien porque

-Igual gracias, supongo que entonces como ya estas despierto y viste que no hui, me voy

-O.... puedes quedarte y desayunar, pero te advierto que mis desayunos consisten en cereal, la cocina y yo no nos llevamos muy bien- debo de admitir que el que él me haya invitado a quedarme más tiempo en su casa hizo que algo en mi bailara de felicidad

-Si claro, me encantaría- carraspeo un poco para mermar la euforia que se nota en mi voz- si no te molesta yo puedo hacer el desayuno.

-Desde que no incendies mi cocina no hay ningún inconveniente

Nos paramos casi al mismo tiempo de la cama, mientras él se pone sus sandalias yo voy saliendo de la habitación y me dirijo hacia la cocina para poder preparar el desayuno. Cuando estoy en la cocina voy en busca de la comida para servírsela a maxi, esperen yo no estoy en mi casa. ¡o por Dios! ¡MAXI! Voy rápidamente a la sala para ponerme los zapatos nuevamente, coger las llaves.

- ¿A dónde vas?

-Lo lamento, pero se me olvido por completo mi perro, tengo que irme ya a mi casa no sé si todavía tenga comida de la que le deje desde ayer antes de irme para la universidad.

Él asiente con la cabeza antes de irse nuevamente hacia su pieza, mierda si pudiera le explicaría bien las cosas para que no piense que son una farsa, pero en este momento lo primordial es llegar a casa y ver a maxi.

Voy corriendo hasta el estacionamiento y busco con la mirada mi auto, corro hacia el cuándo lo veo y me monto en el puesto de piloto.

Llego rápidamente a mi casa, estaciono el auto y voy corriendo hacia el elevador para poder llegar lo más rápido a mi apartamento, cuando ya estoy en mi puerta abriéndola me encuentro con la gran sorpresa de que dentro de mi apartamento esta Ann dormida en el sofá.

Voy hacia donde esta ella y la observo en silencio, cuando de repente ella abre los ojos asustándonos a las dos lo que ocasiona que ella estrelle un cojín en mi cara.

- ¡¿Pero qué mierda Adabella?! ¿me quieres matar del susto?

- ¡¿Yo?! ¡tú eres la que me quiere matar con ese cojín!

-Deja de ser exagerada

-Bueno no importa ¿Qué haces acá?

- ¿Cómo que que hago acá? Tú me escribiste anoche diciéndome que viniera a cuidar a maxi, que luego me explicarías porque no podías hablar

- ¿Qué? Yo no hice eso   

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