prólogo

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Pov. Adabella

Era muy divertido ver a maxi correr por todo el parque persiguiendo a ese pobre niño, si ya se, debería estar detrás maxi deteniéndolo y evitar que ocurra algún accidente, pero mi risa no me dejaba correr y detenerlo.

Cuando vi que una madre muy enojada se dirigía hacia mí con un niño llorando en brazos y su rodilla raspada silbé para que maxi se dirigiera hacia donde yo estaba.

- ¡Maxi ven!

Cuando Maxi llego hasta mi le puse su collar y me dirigí lo más rápido a la salida del parque evitando a la madre y lo que fuera que era lo que me iba a decir.

Cuando llegue a mi departamento le quite la correa a Maxi y le serví agua y comida, cuando lo deje comiendo me dirigí hacia el baño para darme una buena, larga y relajante ducha, antes de siquiera tocar el agua escuche el sonido de mi celular anunciando una llamada entrante.

-Acuérdate de que mañana empiezan tus clases de boxeo a las 10

-Hola Annette ¿cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar

-Déjate de bobadas y mas bien prepárate mentalmente para 6 meses de clases de boxeo

-Sabes que te odio por esta estúpida apuesta y más me odio a mí por perderla.

-Bueno ya deja de quejarte y más bien ven a mi casa te tengo que contar algo- cuando termina de decir eso cuelga sin esperar respuesta, será grosera.

Maldita apuesta.

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