Me erguí con mi pelusilla entre las manos mientras seguía perdido entre trajes de chaqueta alejándose, todos ellos altivos pero sin una muestra de que alguno se regodeara con un "quiero esto limpio y de vuelta". Lo miré un segundo antes de que una mano en mi hombro me incitase a girarme.
-Haru.- me sentí aliviado de ver el rostro de mi amigo. Pero mi idea cambió cuando lo vi elegantemente enchaquetado con un traje de un azul muy oscuro, casi negro y una corbata granate con un caleidoscópico dibujo. Mi idea de colocarme unos jeans y un jersey me estaba avergonzado. Arrugué el pañuelo molesto y rápidamente lo metí en el bolsillo de mi abrigo.- ¿Q-qué haces así?
-Tenía una cosa de esas de trabajo.- se aflojó el nudo de la corbata y desabrochó el primer botón. No parecía muy feliz de haber estado con sus compañeros. Se quedó mirando la dirección que había tomado aquel grupo de pingüinos.
-¿Por qué no me has dicho que me pusiera... no sé, elegante?- No necesitaba preguntar el porqué de no haberse ido como ellos, mi amigo no es la simpatía en persona precisamente, y además su gesto decía que estaba pasando un rato incómodo y no quería verles más por hoy.
Terminó por quitarse la corbata y guardarsela en un bolsillo del largo abrigo, desabrochó su americana y se deshizo de un botón más. Dándose a si mismo un aspecto un poco más informal.
-Ya estás más acorde. ¿Ahora podemos largarnos de aquí? No soporto este lugar un rato más.- me desconcertaron sus palabras.
El Clap&Clark's constaba de una pequeña terraza en la entrada y una sala interior enorme. Tanto la terraza como el interior estaban decorados alegremente. En el exterior una hilera de bombillas acompañadas por una enredadera iluminaba unas mesas blancas con forja y unos manteles de lo más originales. El interior tenía un papel de pared con motivos victorianos y las mesas de forja aquí eran negras y estaban acompañadas de sillones de distintos estilos. El buen ambiente estaba en el aire y ese toque de glam captaba la atención de múltiples clases de personas, desde jóvenes estudiantes universitarios a gente de negocios. Creí recordar que era nuestro lugar favorito. Al menos, las últimas veces que salimos. Así que supuse por la no muy buena cara de mi mejor amigo que el rato que había pasado allí con la gente del trabajo no hubo de ser del todo agradable.
-¿Ha ocurrido algo Haru?
-Vamos.- dijo ladeando la cabeza al frente sin contestar a mi pregunta.
¿Por qué le haría caso de salir esa maldita noche? Después del extraño encuentro, Haru me llevó a casa para que pudiera cambiarme el jersey sucio y así también dejar a mi nuevo compañero de piso en casa. Era lo mejor para poder entrar en cualquier garito sin problemas con grandullones de seguridad. Y hablando de garitos y grandullones. Donde más musculados y enormes eran los guardias de seguridad, allí me llevó mi querido amigo. No podía evitar mirarles con temor ¡Me sacaban una cabeza y yo ya soy enorme! ¡¿y quién en su sano jucio usa gafas de sol por la noche?! Esos tipos estaban hechos para dar miedo y por lo que a mi respecta lo lograron. Pero tampoco me tranquilizó entrar en el lugar. No habíamos elegido el local más acogedor. Era un sitio demasiado oscuro, lleno de luces de neón y gente demasiado borracha en la pista de baile. Conocía mil locales con mejor música y gente más refinada. Quizá refinada no era la palabra, pero al menos con más clase.
-¿Lo de siempre?- Haru afirmó al camarero con un sólo gesto sobrio. Mi boca se desencajó al instante.
-¿¡Pero cuántas veces has venido a este antro!?- para el camarero no fue plato de buen gusto que yo mostrase tanto desprecio hacia el lugar. Se me dibujó una sonrisa de disculpas que no le complació.
-Sólo un par de veces.- se encogió de hombros. Y recibió con gusto el cóctel que le habían preparado.
-Con un par de veces no...
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Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]
Fanfiction¿Habéis leído "Cincuenta sombras de Grey"? Pues olvidad a Ana, mi nombre es Makoto Tachibana y esta es mi historia.