Epílogo

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¿Papá?

Me encantan los niños pero no lo había planteado si quiera y aún así Misaki me veía a la altura y podía decirlo con tanta naturalidad.

-Hay cosas que aún no hemos hablado, Mako. Y ya te he dicho que aún estás débil, no quiero que vayas a casa solo. -Sousuke deslizó sus dedos por mi mejilla tentándome a aceptar la petición de ambos.

-Haru vive al lado. -protesté.

-El doctor dijo que aún podías sentir mareos. No llegarás a llamar a tiempo a Haru si de pronto te desplomas.

No podía rebatir eso. En verdad, Sousuke tenía razón, al menos durante unos días debería estar acompañado por si volvían los mareos y no era conveniente irme solo a casa como pretendía. Misaki también me insistía con la mirada, se agarraba de la camiseta del pijama y me ponía ojos de cachorrito. Oh Dios, no podía resistirme a eso...

-Está bien. -acepté.

Volví a entrar en la casa y padre e hijo chocaron sus manos con complicidad. Entre ambos me tomaron del brazo para llevarme de nuevo adentro.

Tuvimos una pequeña charla trivial sobre natación mientras cenábamos lo que Nana nos había preparado. Al parecer, Misaki era todo un experto en el tema por lo que se le veía entusiasmado y era agradable escucharle hablar con esa soltura. En un momento, Sou nos dejó a solas para buscarme un pijama y darse una ducha.

Yo seguí escuchando al pequeño, que al parecer todo lo que había aprendido comenzó por la lectura de un manga. Después se aficionó y leyó libros sobre natación y otros deportes, de esos, pasó a todo tipo de lectura. Era una relación extraña pero muy divertida.

Entusiasmado, subió a su cuarto a enseñarme el que estaba leyendo ahora y sonreí al ver el ejemplar de El Principito. Me pareció una obra totalmente adecuada y adaptada a él y a ese mundo maravilloso que merecía Misaki.

-Tienes una voz muy bonita, Mako-chan. -me dijo y seguidamente me pidió que leyera para él.

Leímos un capítulo y cuando terminó pidió por otro. Seguí canturreando palabras mientras acariciaba su pelo y me detuve cuando vi que en algún momento cayó dormido con su mejilla sobre mi pecho y una respiración lenta y tranquila.

Quisiera ser un buen pilar para él, pensé.

-Eres un gran padre. -pareció responder a mi pensamiento y no pude evitar sonrojarme por seriedad en su voz y porque me observaba con tan solo una toalla alrededor de la cintura desde el marco de la puerta.

-Creo que él es un niño que se da a querer pronto. Ya tiene un buen padre, yo me conformo con su aprecio.

Sousuke tragó saliva y se sentó a mi lado. Limpió una mota de comida de la mejilla del niño y le observó orgulloso.

-Pero él ya te eligió. -sus ojos se movieron directo a los míos. -Makoto... Misaki no es mi hijo biológico. Y tampoco el de Rose.

Un gran peso se fue de mis hombros y me sentí aliviado. Mi corazón respirando de nuevo y el pecho sintiéndose liviano. Pero también culpabilidad, de que una parte de mí le molestara que fuera hijo de ambos. De ella sobre todo. Así podía sentirlo más mío, era egoísta pero satisfactorio. Balbuceé sílabas sin sentido mientras digería aquello y sollocé.

-Perdóname, pequeño. -besé su frente y a la vez Sousuke observó como las gotas resbalaban de mi mejilla. -Creí que... Ah... No sabía nada. Incluso pensé que... -zarandeé mi cabeza sacando todos los pensamientos que me hicieron dudar de Sousuke y me limpié las lágrimas en mis muñecas.

Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora