Capítulo 13

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-Al fin mejoras. No hemos podido volver a la piscina.- era domingo por la tarde y al fin mi fiebre y la tos decidió marcharse.

-Podías haber ido sin mí, Haru.- reí mientras él hacía un bufido.- Si quieres iremos mañana después del trabajo.- sus ojos brillaron con entusiasmo. La piscina era de esas pocas cosas que hacían reaccionar a Haru.

-Mañana conduzco yo.- obviamente, yo había dejado mi coche el viernes en los aparcamientos de la empresa.

Convencido por mi mejoría y por la decisión tomada pudo volver a casa. Y digo "pudo" porque el pobrecillo se pasó todo el fin de semana conmigo, cuidando tanto a Seda (que no se separaba de mi lado) como a mí. Prácticamente pasamos del viernes al domingo encerrados. Haru sólo se ausentó por una hora que utilizó en ir a comprar algunos medicamentos y productos para hacer la cena.

Nagisa, vino también a visitarme pero por poco tiempo, pues estaba muy ocupado en su nuevo proyecto. Se le veía muy entusiasmado con la obra que había conseguido llegar a sus manos. El autor era un chico de su misma edad, al que había conocido por casualidad. Al parecer era un poco inseguro, pero el pequeño rubio nos enseñó el trabajo que estaban logrando y parecía un gran manuscrito. Podía llegar a ser una obra impresionante si ambos seguían así. Ya tenía curiosidad por conocer al gran Ryugazaki porque mi entusiasmado amigo no paraba de hablar de él. Y curiosamente, pensando en él, recibí su llamada.

-Mako-chan te encuentras mejor.

-Sí, Nagi. Desde la mañana ya no me ha vuelto a dar fiebre.

Estupendo! Verás te llamo por algo. Es muy urgente.- La seriedad de sus palabras me alertó al momento.

-¿Ha ocurrido algo?

-Es Haru-chan.

-¿Haru? ¿Le ha pasado algo? Pero si acaba de marcharse.

-¡Subió algo al blog el otro día! ¡Lo acabo de ver ahora mismo!

-Pero eso es fantástico Nag~

-¡No! ¡No lo es, léelo!

Sin descolgar la llamada, fui a por mi portátil mientras informaba a Nagisa de lo que iba haciendo para que supiera que seguía del otro lado de la línea. Encendí el ordenador y directamente entré en la página de Haru. Había dos nuevas entradas. La primera, un nuevo texto que volvía a salirse de lo establecido, de lo que él solía escribir. Era un texto un tanto enigmático titulado Edición de mí y más que uno de sus textos sobre la libertad o el mar, parecía una descripción poética de lo que hacemos los editores en nuestro trabajo. Al final, justo antes de la firma terminaba con casi el mismo título del texto:

Tu edición de mí

¿Pero por qué Tu edición de mí? A pesar de encontrar extraño su trabajo, obvié esos párrafos y leí la siguiente entrada.

-¿Mako-chan?- me quedé frío y tardé en reaccionar.

-Esto... No... Acaba de estar aquí y no me ha dicho nada.

-... Dale tiempo.

-¿Tiempo? Lleva todo el fin de semana conmigo... Él no se ha tomado el suficiente para tomar esta decisión y yo debo dárselo, por supuesto. ¡¿Por qué dejará el blog?! Ni siquiera dice el porqué claramente.

-Te lo explicará. Sólo te lo explicará a ti. Por eso te llamé, creí que sabías algo.

-Te diré si averigüo lo que le ocurre.

Al colgarle a Nagisa tuve la terrible tentación de aporrear la puerta de Haru y pedirle explicaciones como una madre enfurecida. Quizá lo de Mamakoto no me venía tan mal. Pero no lo hice, después de todo yo solía tener mucha paciencia con Haru y mi estrés, aún acumulado, no iba a hacer que yo también comenzara a tener comportamientos extraños. Así que intenté relajarme y dejar esa conversación para un momento en el que estuviera menos irritado.

Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora