Capítulo 52

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Comencé a ser consciente de mi anatomía a medida que el aroma dulce y varonil de Sousuke invadía mis fosas nasales. Sin abrir aún mis párpados y siendo consciente de las sábanas que me envolvían descubrí que no estaba en mi casa y que el olor, pese a ser el suyo, no provenía de su cuerpo sino de sus pertenencias. Estaba en casa de Sousuke, seguramente en su habitación. Por un segundo iluso pensé que todo había sido un sueño. Que nunca me marché a escondidas y nunca me mintió, que nunca ocurrió lo que había acontecido apenas unas horas atrás. Pero el dolor no se había desvanecido. ¿En qué momento había venido Sousuke a por mí? ¿O quizá he vuelto a soñar con él? ¿Con sus besos?

Entonces, quería volver a dormir y amarlo como si nada hubiera pasado.

Sin embargo, la madera suavemente rozada del suelo me hizo estar alerta. Quise hacerme el dormido, ya que no quería hablar justo ahora pero no escuché pasos en la habitación, ni la puerta volver a cerrarse ¿acaso me observaba desde la entrada? ¿sabía que estaba fingiendo? Rendido, abrí mis ojos para encararle.

—Misaki...

Sus ojos rubí brillaron con su sonrisa y su mano pequeña y delicada vino a posarse en mi frente, no sin antes apartar mi pelo.

—Ya no tienes fiebre Mako-chan, te recuperas rápido.

¿Fiebre? Eso explicaría algunas cosas ¿estuve delirando?

—¿Cómo te sientes? —pregunté de pronto.

El niño parpadeó confuso.

—Bien... ¿A qué te refieres?

No sabía hasta que punto le habían contado a Misaki, ni qué pensaba de su tía, o de lo que sea que hubiera ocurrido con ella. ¿Hasta dónde le habría dicho Sousuke? Este niño aún era todo un misterio para mí.

—Quiero decir... ¿Cómo te encuentras con los Yamazaki? —dije sin pensar mucho en otra excusa.

—Oh. —pareció caer en la cuenta y de un saltó se sentó en la cama para contarme. —Pues el abuelo es genial. Me llevó a patinar y a veces él es quien me lleva a nadar. Además me cuenta historias muy chulas y divertidas. Nana hace una comida riquísima y siempre me regala chocolate a escondidas. Y papá es... Buah. —los orbes del niño brillaron aún más si podían.

Sentí una punzada en el corazón y bajé la vista apartándola de aquellos ojos ilusionados.

—¿Mako-chan? —susurró.

—Sí, Sousuke es indescriptible.

Hice el amago de formar una sonrisa, aunque fue a medias.

—¿Sigues enfadado con él? —preguntó preocupado.

No sabía qué contestarle. Estaba molesto con Sousuke, por supuesto, pero también estaba muy aliviado de estar de nuevo cerca de él. Tenía sentimientos encontrados.

—¿Entonces no vas a vivir aquí?

—¿Qué?

—Papá quiere que lo hagas. Lo dijo antes.

No me dio tiempo de digerir esas palabras.

—¡Misaki! —nos sobresaltamos y el chico bajó de pronto al suelo. —Te dije que no molestaras. —la voz de Sousuke era como el gruñido de un lobo herido, lo que me estremeció aún más.

Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora