Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]

Capítulo 40

—Queremos conocerle oficialmente.— respondió mamá con entusiasmo.

—¡¿Qué?! O sea... quiero decir...

Estupendo. Estaban felices porque tenía novio. Y Sousuke no es mi... ¡agh, soy estúpido! Justo ahora que debo mantener la distancia con él se me ocurre decirles esta barbaridad. Que alguien me pase una pistola, todo será más rápido.

—No agobies al chico, lo traerá en su momento.— papá me guiñó un ojo con complicidad. Dibujé una sonrisa totalmente falsa intentando mostrarle algo de gratitud, pero papá, no puedo traerle así como así.

—Oniichan ¿por qué no nos hablaste de él antes? Está claro que deben llevar un tiempo para tratarse así. — preguntó Ran con una pose detestivesca.

¿Un tiempo? Ni siquiera eso. Habían sido apenas dos meses. Dos meses que habían puesto patas arriba mi monótona vida. Dos meses en los que había conseguido confiar en alguien sin apenas pensar en el pasado. Poco tiempo para todo lo que yo sentía dentro. Con Sousuke siempre había sido como si le conociera de antes, más bien, como si mi corazón hubiera estado esperando por él.

—¡Ran! ¡No le molestes! ¡También tienes novia!

—¡Oye, no es mi novia! ¡Y a ti también te gusta una chica de clase!

—Cállate.

El color del rostro de Ren se transformó por completo. Ambos se inmiscuyeron en una disputa en la que ya no se entendía a ninguno.

—¿Estás preocupado por la prensa? — ignorô mamá ignoró a los gemelos mientras seguían haciendo berrinches y discutiendo entre ellos.

—Sí. Sousuke dice que lo mantendrá bajo control pero aún así temo que esto le perjudique a él o a la editorial.

—Al menos, háblanos un poco de él. Quiero saber sobre quién se ha ganado el corazón de mi hijo.— nsistió papá con petición sonriente mientras rascaba su nuca. Papá era quien más me sorprendió. Al principio, era un tanto reacio para hablar de ciertas cosas pero que ahora preguntase interesado por mis sentimientos por otro chico era un gran alivio.

Sonreí aunque apenas sabía cómo contestarle. Realmente había acertado con que Sousuke se había alojado en mi corazón y su presencia se sentía como si un pétalo de rosa se deslizara por mi piel. Fresco, suave y con una delicada fragancia. Así era él y sin embargo, me costó demasiado describirle, no encontraba las palabras a su altura.

—Es gentil, protector, ilusionado. Siempre me abraza cuando me ve perdido y nunca deja que... — otro par de lágrimas huyeron rápidas por mis mejillas. Sorbí mi nariz y las limpie en mis muñecas. — Jamás deja que me hunda.

Maldición, maldición y maldición. Una vez mis narices se topaban contra un gran muro: estaba en verdad muy enamorado de él.

—Se le ve tierno. — dijo Ren y a eso, reí aún con la respiración sofocada. Creo que sí lo viera no pensaría lo mismo.

—En la empresa decían que siempre andaba serio y parecía un tiburón en una cueva esperando a su presa.

—¿Lo es?

Sí, quizás sí. Yo era la presa por la que tanto había esperado.

—Quizá. Un poco frente a los demás pero no es una mala persona. — defendí rápidamente.

Quizá no porque mi familia quisiera que mi familia lo viera desde el mismo punto que yo, sino más bien porque no quería que ellos se preocuparan. No iba a sufrir de nuevo, Sousuke no era así.

—¿Estás asustado?

—Sí, pero no es como aquella vez. — me sentí obligado a aclarar. — Confío en él.