Capítulo 24

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-Blanco y... gris.

-¿Como... Grey?- susurró él como si hubiera leído mi mente.- ¿Estás seguro de que quieres que esa sea tu palabra de seguridad?

-Sí.- afirmé decididamente.- No quiero que pienses que te veo un sustituto de una historia que quiero vivir.  Quiero mi propia historia. Y tampoco quiero ser Anastasia.

-Ah...- soltó un suspiro tendido en el tiempo y dejó su cabeza alzar al oscuro cielo. Me miró de soslayo, sonrió y subió las escaleras hasta mi departamento desde ellas volvió de nuevo la vista a mi.- No te pareces a ella. Me gustas más. De hecho, ella no me gusta. De hecho, tú me encantas.

Quité mi vista de su mirada endiabladamente sensual y dirigí mis pupilas directamente hasta los escalones bajo mis pies. Estaba tan nervioso... Pero me alegraba escuchar eso. Un sentimiento cálido y hogareño se estableció en mi corazón. Me esperó y caminamos hasta la puerta.

-Estoy en esto porque tú a mi ta-también me...

-Bien,- me interrumpió redirigiendo mi barbilla a sus ojos de menta.- comenzaba a pensar que te gustaba porque te recordaba a Grey. - se acercó hasta mí apoyando una de sus manos en mi costado y se inclinó muy lentamente consiguiendo que mi cuerpo se impacientara por que me tocase. Quiero su boca, deseo tanto besarle. Sus dientes fueron los únicos en rozarme, mordió levemente el lóbulo de mi oreja. Me estremecí e instintivamente puse las manos sobre su pecho.- Sólo tendrá ojos para mí, mi dulce, dulce Tachibana.

-Señor Yamazaki, debe...- su mano rozó sutilmente la cremallera de mis pantalones provocando en mi piel un cosquilleo que desembocó en mi estómago.- uhm- cerré mis párpados para evitar verle sobre mí, sin embargo eso no sirvió de mucho. Quería dejarlo hacer, tocarlo hasta perder la razón, pero él ha estado sin comer, incluso durmiendo mal y teniendo algunas actitudes que me preocupaban cuanto menos; quería que al menos esta noche comiera en buenas condiciones. Además debíamos entrar en la casa antes de que alguien pudiera vernos.- debemos cenar algo, usted ha estado débil estos días.- reclamé. Se detuvo un momento sorprendido por que le descubrí pero acabó por mostrar una expresión divertida.

-La única debilidad son estas manzanas apetitosas que no dejan de sonrojarse dulcemente.- mordió mi mejilla para dejar claro a que se refería y otro sonido se escapó de mi garganta. Un instante después se separó de mí. Me observó lascivo y aprisionó sus labios con esos interesantes colmillos mientras de fondo se escuchaba mi respiración un poco sofocada. Carraspeé intentando relajarla.

-Debería hacer algo nutritivo para cenar.- murmuré tímidamente. Acabó por separase de mi y con un gesto de su mano me indicó que abriera la puerta. Ingresamos, y al cerrar, me acercó de nuevo a él.

La comisura de su labio se elevó dejándome ver una sonrisa curvada, atrevida y peligrosa a la misma vez que sus pupilas aumentaron su oscuridad. Sousuke tenía una idea. Una mala idea como hacerme una felación en la piscina. La sangre me subió a la cabeza sin remedio.

-Primero, voy a castigarle por todas las normas que incumpliste. Ha sido un chico muy desobediente, Tachibana. ¿Sabe cuántos castigos tienes acumulados?

-Le llamé por su nombre tres veces.- contesté.

-Exacto. ¿Y?

-¿Y? - pregunté retraído y me avergoncé al no recordar si había hecho algo más.

-Además, ese mismo día me bajó la vista una vez, no crea que no me di cuenta. Y hoy lo hizo de nuevo. Eso son cinco castigos.

Sentí mi corazón comenzar a agolparse fuertemente contra mi pecho. Era tan fuerte y tal la velocidad que creí que Sousuke podía escucharlo perfectamente. Estaba en blanco, no supe qué contestar.

Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora