A pesar de interrumpir mi descanso, el sonido de la alarma no me pareció nada desagradable. Repetir esto cada día sería mi nuevo sueño en la vida.
Despertar siendo rodeado por los fuertes brazos de Sousuke era recordarme a mí mismo que la realidad, a veces, es más maravillosa que los paraísos de Morfeo. Sentir su boca esparciendo tímidos besos por mi rostro tras callar al despertador era dulzura, miel sobre mi alma. Una última carica inesperada de su pulgar sobre mis labios sonrientes. Su voz atronadora aunque susurrante melodía de las musas.
-Quédate un rato más iré a hacer el desayuno.-ofreció.
Poco a poco se separó de mí y se sentó en el borde de la cama en buscaba de sus zapatillas.
Abrí los ojos perezoso y observé mientras cada uno de los montículos que formaban los músculos de su espalda se movían hipnotizándome. Los rocé con las yemas de mis dedos comprobando un vez más que era real. Que había dormido abrazado a este magnífico dios griego, como diría Anastasia.
Sousuke dio media vuelta a mi tacto y retraje al instante mi mano a la vez que se encendían mis mejillas.
-T-te ayudaré.- tartamudeé.
Con una deliciosa sonrisa se enderezó y me ayudó a salir de la cama. Y es que realmente necesitaba ayuda.
No me había percatado del dolor, no sólo de mi trasero, sino de todo mi cuerpo. En ede primer momento de moverme sentí mis brazos y piernas cansados y sin fuerzas. La primera reacción de Sousuke fue agarrar el teléfono y marcarle a Rin para decirle que no iría a trabaja. Me enfadé. Y hasta después de un berrinche, y no convencido, detuvo su intento. Sí, quizá mi cuerpo estaba afligido, pero no iba a pasarme todo el día en la cama. No soy un aprovechado. No quiero disfrutar de privilegios sin ganármelos. Y mucho menos, cuando la razón de mi baja hubiese sido tirarme al jefe.
Reí para mí mismo por ese pensamiento.
-¿Qué? ¿Tan pronto se pasó el enojo? - interrogó divertido mientras atraía mi cintura hasta él y dejaba un beso en mi mejilla.
-No. Y para de besarme. Tenemos prisa, entramos en dos horas y aún tenemos que ir a mi casa.- me sostuve de su cintura y caminé apoyado en él.
Sousuke simplemente se carcajeó de mi falsa irritación y me llevó hasta la cocina. Allí, apenas me dejó preparar nada. En poco tiempo preparó unos cafés y unas tostadas. Sirvió zumo de naranja y me ofreció fruta. Esto era demasiado para mí, apenas me tomo un café y una par galletas al levantar.
La energía de Sousuke no sólo irradiaba en la rapidez con la que sirvió el desayuno. Su sonrisa parecía especial. Incluso su tono de voz derrochaba felicidad. ¿Es mi imaginación o está incluso más guapo despeinado, sin camiseta y con esos pantalones de algodón cayéndoles de la cadera?
Mmm.
No sé. Tras cambiarse para la oficina lo dudé. Definitivamente Sousuke estaba despampanante con este atuendo también. De nuevo, la elegancia con que vestía su "uniforme" dejaba a muchos modelos desbancados. Su piel y su pelo hacían juego con el blanco impoluto de su camisa y la oscura perfección del traje. Se ceñía bien a sus anchos hombros y a su espalda.
Debe tener uno para cada día del año, toda su ropa parece nueva.
Dejé de mirarle por un momento para terminar de ponerme el calzado. Pero tan pronto lo hice, él se acercó a mí. Elevé mi vista hacia su perfecta mandíbula y después a esos brillantes ojos de tiburón que me encantaban.
-Si no paras de mirarme así, te atacaré de nuevo.
-D-debo darle de comer a Seda.
-No me des excusas.- sus rodillas se posicionaron a ambos lados de mi cuerpo y lentamente llevó mi torso a la cama mientras lo acariciaba con sutileza.
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Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]
Fanfiction¿Habéis leído "Cincuenta sombras de Grey"? Pues olvidad a Ana, mi nombre es Makoto Tachibana y esta es mi historia.