Capítulo 4

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Perfecto. Estoy de nuevo plantado delante de mi ropa y el problema esta vez es ¡qué sólo tengo un traje! Lo vestí deprisa, con la camisa más nueva que tenía y una corbata que me compré la última vez que usé la vestimenta. Recuerdo perfectamente que compré esta indumentaria para la fiesta de graduación. Es de un gris oscuro que combiné con una corbata de un brillante verde carruaje y una camisa blanca, tal y como estaba haciendo hoy. Al mirarme al espejo vi como mi cabello estaba enmarañado de correr así que lo peiné con un poco de gomina a un lado para aparentar un poco de seriedad y evitar que el viento volviera a estropearlo. Cogí las llaves de mi viejo Chevrolet y salí disparado a la empresa aún no convencido con mi imagen. Quizá el traje estaba pasado de moda o el gris ya no se llevaba, o la corbata era demasiado sobria. No sé, no tengo ni idea de nada de eso.

Aparqué cerca del edificio y justo antes de entrar me detuve a fijarme en su grandiosidad. No sólo era el segundo o tercer edificio más alto de toda la ciudad sino que también era majestuoso en su apariencia. Parecía que cientos de espejos negros reflejaban la ciudad en él. El mármol negro y aquellos vidrios oscuros hacían una combinación perfecta y las letras que formaban "YAMAZAKI" en plateado eran la joya de la corona. El mismo edificio te presentaba todo lo que encontrarías después: elegancia. Tal cual. El suelo relucía tanto que nadie pensaría que en la mañana cientos de personas habían pasado por aquella enorme recepción. Parecía más un hotel que un lugar de trabajo. A la izquierda había unos sillones y pequeñas mesas de café exquisitamente adornadas. No me detuve mucho más mirándolas pues a la derecha había un mostrador en el que otras letras plateadas ancladas a la pared de mármol decía "INFORMACIÓN" y dos chicas que me atendieron alegremente.

Les pregunté dónde se estaba realizando la entrevista de trabajo para el puesto vacante. Una de ellas sonrió y le dio un codazo a la otra antes de moverse en su silla y volver a su trabajo. La otra chica apoyó sus brazos en el mostrador y se inclinó un poco sobre él indicándome que a la vuelta de donde ellas trabajaban estaba el ascensor que debía tomar hasta el piso 25 y unas indicaciones para que esperara a que me llamaran. Cuando volví mi vista para agradecerle la chica me guiñó un ojo y me deseó mucha suerte. Volví a agradecerle entusiasmado y corrí hacia el ascensor.

El piso 25, guau ¿cuántos pisos tendrá esto? Pues nada más y nada menos que 75 como pude observar en los botones del ascensor. Las puertas se abrían y cerraban y un sinfín de personas subía y bajaba del mismo. Cuando llegué al piso que correspondía me sentí aliviado. Había otra especie de recepción en la planta y justo enfrente unos cuantos chicos sentados y su aspecto no difería del mío. Trajes de chaqueta y corbatas por doquier. Incluso las chicas que hacían cola para ser entrevistadas estaban vestidas con faldas rectas hasta sus rodillas y formales americanas. El mármol en esta sala era blanco y unos ficus bien cuidados adornaban las esquinas de la sala de espera.

Una chica pelirroja y de bellos ojos carmines salió de la sala y cerró la puerta con cuidado a su salida.

-¿Ustedes dos también van a realizar la entrevista verdad?- nos dijo con una voz muy dulce a mí y una de las chicas que esperaba. Pude darme cuenta que éramos los únicos que no teníamos un papel y un bolígrafo en la mano.

Ella afirmó y yo asentí con la cabeza y la pelirroja nos tendió un formulario a cada uno. Sacó un par de bolígrafos de su bolso y nos ofreció uno a cada uno.

-Rellénenlo y lo entregan cuando sean entrevistados. Mucha suerte.- dijo amablemente y después salió disparada al ascensor.

Comencé a escribir mi nombre en el formulario. Lugar de estudios, dirección y todas las demás formalidades. Después pasé a las otras preguntas, algunas eran claramente psicológicas y otras para ver la capacidad de escape de distintas situaciones. Estaba tan concentrado en mi cuestionario que no me había percatado del murmullo que se había formado. Levanté mi vista y vi que todas las miradas estaban puestas en el ascensor así que giré mi cabeza hacia él.

Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora