Anastasia, Éstas Son Las Verdaderas Sombras [Free!] [SouMako]

Capítulo 43

Han pasado 84 años...

Siempre tengo que disculparme, soy muy repetitiva pero realmente lo siento. Pasaron muchas cosas que me quitaron tiempo e inspiración. Disculpadme de verdad u.u

Pero en compensación va a ser un capítulo con mucha información así que lean despacio :3

Os dejo leer tranquilos.

— E-esto... ¡No debí decirlo así! Es una pregunta, por supuesto. No significa que tengas que salir conmigo por obligación. — s-salir ¿con él? ¿ha-habla en serio?... Paulatinamente un pitido de creciente volumen taponó mis oídos. Aún así podía escucharle y sentir su nerviosismo en el habla. — O sea, solo si tu quieres, claro. D-dicho esto si tu quisieras parar con nuestro contrato pues... Mierda, no sé como hacer esto. Es nuevo para mí pedirle esto a alguien, yo... — Sousuke sobó su nuca. El puente de su nariz estaba levemente sonrojado y una gota de sudor corría por su sien. Evitaba mi mirada hasta que se obligó a sí mismo a mantenerla sobre mí y no sobre cualquier cosa del despacho. — Sé que puede sonar precipitado, pero querías cambiar las cosas y yo no quiero que eso ocurra. Necesito que estés a mi lado así como hasta ahora.

La mirada de Sousuke se movía a uno y otro lado de mi rostro, había hablado muy rápido. Sus manos temblaban sobre mis rodillas. Estaba agazapado frente a mí como un animal indefenso. Nunca había visto que perdiera así la calma ¿se estaba arrepintiendo de lo que acababa de decir o...?

— ¿L-lo haces por la prensa?

Mi voz apenas se salió como un suspiro de mi garganta pero estaba tan cerca que pudo percibirla sin problemas. Apenas procesé decirlo en alto. Estaba tan asustado que no había cabida a pensamientos. Llegados a este punto quería realmente saber qué sentía él.

Tras un breve silencio, detuvo repentinamente su mirada sobre mí. Sus pupilas se habían convertido en agujeros negros que mantenían a los míos dentro de su gravitación. Sus iris eran mi cielo, siempre lo habían sido.

—N-no... — susurró, ¿por qué tiembla aún más? ¿Por qué tiene esa misma mirada? La misma que cuando se marchó de mi casa aquella vez, con la sonrisa triste, la misma que cuando descubrió sinceramente sus intenciones para conmigo. Pero, esta vez no me dejó solo, se quedó a mi lado y su mano se acercó a mi rostro tomándolo, cosa que no ocurrió ese día. Pasó sus nudillos por mi mejilla, rozó mi mentón, no se fue. — Makoto, hago esto porque estoy cansado de fingir ante todos que no somos nada.

Humedecí lentamente el borde de mis labios. Mi corazón latía descontroladamente pero el pequeño miedo aún no se había marchado de mi pecho.

—Lo dices... ¿de verdad? —no lo creía. No creía estar viviendo una bonita historia de amor, ni creía merecerme a Sousuke.

—No jugaría con esto. No jugaría con mis sentimientos y mucho menos con los tuyos. —¿los míos? Tan obvio. Mis retinas comenzaron a sentir el fuego. Mi mandíbula comenzó a temblar sin previo aviso. En ese instante, me había dado cuenta de que me había convertido en todo un llorón. Más bien, era por Sousuke, hacía que todos mis sentimientos se vieran magnificado. —¿Makoto? —llamó mi atención. Antes de que ninguna lágrima se escapara, él sonrió de la manera más dulce, sus iris se había vuelto de un bonito color turquesa y sus largas pestañas negras no hacían más que embellecerle. —Esta es mi propuesta. —susurró. — ¿Quieres ser mi novio o quieres seguir resistiéndote a darme un maldito abrazo donde quieras?

Mordí mi labio inferior para encerrar los sollozos y quedaran en mi garganta. Maldición el llanto era casi inminente pero tenía que darle una respuesta antes de que la presión en mi pecho impidiera cualquier sonido.