Acto 5: Contacto con el mandatario -Escena 02-

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Había cogido su vehiculo para tomar a su hijo. Se llevó una sorpresa de la ausencia de el. Preguntó a varios jóvenes, nada, y ninguna pista de su paradero. Su corazón se tranquilizó al escuchar la voz de Thiyya por su auricular. La mujer confirmó la presencia de su hijo en el laboratorio. Como científica sentía la necesidad de mostrar la apasionada rama de la biosfera espacial. Lautaro se molestó un poco para reiterar que recogería a Tavin en un rato.

Se estacionó debajo de un anillo fluorescente, que llevó el automóvil hacia un lugar subterráneo, explicando la razón del vacío existente alrededor del centro de investigación. Observó una estructura con ventanas translúcidas y una curvatura pronunciada en los bordes; en la cima del edificio se alumbraba con neón: Centro de investigación científico de Martyr, abreviado como CEICIM; enormes plantas con tallos largos salían a saludar del tejado y una capa de agua violeta desbordaba toda la edificación. En la puerta principal se encontraba un anuncio que denotaba un abierto tan llamativo como si tratase de juzgar la vista de las personas. Una mujer se encargó de recibir a Lautaro, era mas baja que el actor, apenas llegaba al vientre, alzó su cabeza y observó al hombre, echo un grito de excitacion y después se sereno, dio instrucciones a una caja que flotaba a su derecha. Se movió dejando un zumbido atrás. La mujer acompañó a Lautaro hacia un lugar de estar. Leyó en las paredes el título de una de sus películas mas aclamadas y entendió aquel grito de la mujer. Ella se despidió no antes de recibir una imagen dentro de aquella caja flotante. Espero tranquilamente y vio entrar por la puerta principal a Kella, ella recogió un par de artefactos luego de escribir sobre una hoja. Miró hacia la sala de estar y encontró la mirada de Luataro en ella. Sonrió y fue con él.

—Vaya que sorpresa.

—Vaya que si, tu amiga me provocó un gran susto.

— ¿Thiyya? Esa mujer es asi—suspiró y se avergonzó, sus pómulos relucieron un brillante morado—. La tendrás que disculpar más de una vez. Si ahora me pusiera a contar todas las veces que me haya hecho cosas. No acabaría—desvió su miada hacia la pared, observó la imagen de Lautaro—. ¿Y bien cual es la razón de tu susto?

—Tiene a mi hijo aquí.

—Ahora creo que si se ha metido en un gran lio. Vamos te acompaño.

—Excelente.

Aquella mujer bajita se encontró con asombro con la respuesta de Kella, el acompañar personalmente a Lautaro.

—Si mal no recuerdo ¿Kella? ¿No será una molestia que me lleves hasta alla?

—Asi es y no hay de que preocuparse, Thiyya esta muy cercas de mi laboratorio. ¿Alguna vez llegaste a visitar este lugar?

Lautaro prestaba atención a la conversación de Kella mientras asombrado miraba aquellos pasillos decorados con un serpientes de plástico por el piso, decenas de ellas caminaban por las orillas. Cada sección del centro era enorme, se declaraba especial cada zona, el departamento de investigación genético mostraba cientos de símbolos del ADN de doble helice, a una escala más grande que el propio Lautaro. Lo que le sorprendió fue el detalle de esta, con una precisión se grababa los diferentes códigos en ella. Siguió observando al frente y pareciera que cada departamento quisiera sorprender mas. Colores nuevos y elementos nuevos. Personas diferentes, cada científico vestía una bata distinta, en color y textura.

Lautaro respondió a Kella:

—Nunca, nunca tuve el tiempo de hacerlo. Y realmente encuentro grandioso la ciencia, he leído uno que otro artículo tuyo y eso me recuerda, ¿qué ha pasado con la daga de Canviss?

Kella se disgustó con la pregunta y de mala gana contestó:

—Deberías preguntarles al departamento timae, ahora creen que deben saber todo.

Lautaro se avergonzó.

—Podrian saber demasaidas cosas, y muy bien expuestas. No obstante, la daga de Canviss es un hallazgo tuyo ¿no? Pretendo alegrarme si tu nombre se muestra como autora principal. He tenido la curiosidad de saber sobre aquella civilización, parece que es una época sin mucha información. Se que existe una dificultad de rastrear informacion acerca de una era de hace mas de quinientos ciclos solares, pero la incertidumbre de los hechos...

—No sabía que habias leído acerca de ello—sus ojos brillaron y mostró sus dientes destacando los frontales que eran mayores—. Es bueno saber que te gusta. Te avisare cualquier cosa acerca del avance de la investigación y te aseguro que solo verás mi nombre en la siguiente publicación—entraron a una habitación, con el nombre de departamento de investigación espacial. Kella saludo a Thiyya y se despidió.

—Gracias Kella—acomodó su camiseta, la ajustó justo en las mangas y arrugo su frente—. Bien Thiyya, ¿no crees que fue un poco imprudente no haberme avisado?

Thiyya silenció a Lautaro y dejó que viera como Tavin estaba fascinado obsvervando un enorme contenedor. Le explicó:

—En un momento hablamos. Quiero que veas como tu hijo encuentra sorprendete el aceleramiento de partículas atmosféricas—guardó unas gafas en su bolsillo—. Tavin tu padre esta aquí.

Tavin se quitó del contenedor y con una sonrisa dibujada de oreja a oreja pidió disculpas a Thiyya.

—Ya encontré la razón de mis equivocaciones en la presentacion. Te lo agradezco—tomó la mano de la científica y la movió de arriba hacia abajo.

Thiyya como una niña negó haber hecho algo.

Un destellenate anuncio apareció en la pantalla del ordenador de Thiyya. Lautaro leyó las letras grandes, no eran buenas noticias.

Thiyya calmó su sonrisa y comenzó a revisar enseguida el mensaje, mostró angustia en su rostro y reenvió el mensaje a los departamentos restantes.

Después de pasar por los diferentes ojos y analizarlo, la información se dirijió al portal científico abierto al público, la información llegó tal como había aparecido. El mensaje redactaba acerca de un cuerpo que en poco tiempo tocaría suelo Martyriano.


ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora