Acto 16: El camino -Escena 03-

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Reul ya no miraba más las ventanas. Desvio su vista hacia la penumbra del cielo, estrellado y glorioso.

—Un acto estupendo. Acorde a nuestros deseos—dijo él.

—Oh, por supuesto Reul. Asi lo fue—concordó Kiro.

—No nosotros. Nuestros hombres lo hicieron maravillosamente bien. Tan perfectamente ejecutado—dijo Gjon con un adéman con su mano.

—Si. Al final, pudieron revelarnos las intenciones que tanto nos inquetaba. La preocupación ahora, se ha ido. Esfumado en esta maravillosa noche—dijo Reul.

—Este alien... Lautaro, permanecera con nosotros. ¿Dificultará nuestros propósitos, los mismos de siempre? Comienza a ejercer sobre nuestra población un efecto positivo. Y lo encuentro fascinante. Solo que en menor medida, me provoca desasosiego; siendo que quizás, haga que nuestra forma de creer se vea nublada por sus acciones.

—Esta bien. En un prinicipio no contábamos con esto. Sin embargo, es muestra de una prueba más directa de Perendia. Y es, el como lo resolveremos, aunque represente un minúsculo problema—dijo Gjon, repasando en una de las ventanas como lidiaba Lautaro con la muerte de su hijo—. Él, requiere un apoyo. Se lo daremos. Necesitará gente que este con él. Se lo daremos. Si es necesario, nosotros mismos iremos. Y al final de los días, significara un evento mas, una parte de la historia, de la cual, la gente se acostumbrara. Se hará tan habtual ver a Luataro, que lo veremos como un miembro más. Y la gente le olvidara eventualmente, como solemos hacer con estigmas de la historia que representa un gran error para nosotros. O para ellos, para nuestra gente. ¿No es asi?

—Si. Lo usaremos para convencerle de seguir nuestra filosofía y que logre trasmitirlo a los demás. Necesitamos que ahora— se detuvo Kiro. Se acercó demasiado a las ventanas, mirando tras los pequeños puntos que dibujaba las imágenes, la gente reuniéndose en el palacio—, bajo la influencia de un ser exterior, logre convencerles de la creencia de un ser o éter que manipula nuestros destinos... Llevandonos a cabo tomar decisiones como esta, contra nuestra evolución. Creeran en el y mas tarde, como miembros del apoyo, sembraremos la extensa filosofía con la que hemos hecho avanzar a la humanidad. Independientes. No necesitaremos una unión o alguna federación de distintas razas y de distintas creencias que puedan afectar nuestro desarrollo.

Ardit, comenzaba tambalearse en su mente. Dudaba de si mismo. Dudaba de los seguidores. Dudaba de todo. ¿Qué podría hacer? Adaptarse, y tratar se seguir con su vida.

Si, el visitante Lautaro, logra convencerme... Si logra persuadirme con sus plabras y actos pueda, y digo, pueda que, continue mucho tiempo después su forma de creer. No lo se. Ahora me siento confundido; incapaz de hacer algo, de hacer algo que no tengo noción de que es. Es molesto pero acogedor a la vez. No lo se..., pensó.

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora