Acto 15: El anuncio -Escena 05-

32 19 0
                                    

Se acercaban los vehículos de los invitados al palacio. Talim había llegado, conversando con Julian por último. Simulaban ser más cercanos. Kella y la tripulación estaban a un costado del embajador líder. Luego, Talim le dijo acerca de la aprobación para comunicar acerca de los Ryzul, terminado su comunicado.

Finalizaron el visionado de la reunión. No comentaron nada. Sabían que el peligro caminaba sobre un delgado y frágil hilo. Lo sentían. Su estado de alerta estaba al máximo.

—Ardit, comunicale a Wilk y Terrar que se mantengan precavidos. Al tanto— dijo secamente, luego se dirigió hacia Reul y Kiro y les lanzó una mirada inexpresiva.

—Se los comunicaré— dijo Kiro.

—Haré lo mismo, Gjon—finalizo Reul.

Talim se mostró hacia la población humana, amigable. La luz tenue del anochecer provocaba que el visitante luciera más solemne. Detrás de él, se iluminó, ejerciendo de fondo, de una vista que provocaba un protagonismo hacia Talim. Y, una iluminación más suave bañaba a los Martyrianos.

El embajador dio un paso adelante y la luminosidad también.

Las personas, silenciosas, comenzaban a sentir un cosquilleo incontrolable en sus cuerpos; decenas de diminutos insectos recorrían su piel, mientras el embajador les miraba.

—<< Ciudadanos del planeta Tierra. Hoy, ante ustedes me presento como el embajador que, representa al planeta Martyr >>—caminó hacia un lado, sin quitar la vista de los humanos. El sonido de su voz hizo un ligero eco por el amplificador del palacio—<<. Les agradezco su presencia; esperando por nosotros mucho antes de nuestra llegada. Nos complace en verdad. Han demostrado devoción hacia lo desconocido, hacia nosotros, hacia lo quizás, improbable para algunos. Han dejado detrás la imparable idea de un desastre. Y estamos aquí, para demostrar que no haremos nada. Nos permitieron entrar en su hogar, extendiéndonos una maravillosa bienvenida. Al adentrarnos en su civilización; hallamos la grata sorpresa de un ser humano distinto a las expectativas, a lo que habíamos examinado. Experimentando una confianza. Que, nos condujo a reunirnos con sus líderes. Siendo flexibles, conscientes del bien de su sociedad. Les planteamos una idea: La unión de todos ustedes, en una unión de más civilizaciones. Será posible, para cada uno, un acceso a conocimiento y tecnología; evolucionando aún mas. Quizá, aún persiste la interrogante: ¿Por qué nosotros? Lo han hecho. Han progresado y aprendido de los defectos, que en su día, aquejaba a su civilización. Y para esta inclusión, como muestra de una correcta inserción. Necesitamos anunciarles; información de relevancia >>—prosiguió con un tono mas serio—<<. Nuestro planeta Martyr, se halla, de acuerdo a la distancia terrestre, a cuarenta y cinco mil años luz. La Tierra, encontrándose en el borde de nuestra galaxia, registra una dificultad para su ubicación. Sin embargo, la Voyager uno, o la sonda enviada por sus antecesores; cubrió una enorme distancia para encontrarnos. No antes, de haber pasado por una de las tantas fisuras de nuestro universo, que usualmente, llamanos como el vórtice de Gaeul. Fuimos quienes interceptaron esta sonda, no obstante, significa que no están solos en este vasto cosmos. El hogar que compartimos, nuestra galaxia, alberga demasiadas formas de vida que, aún nos falta por descubrir. Los Ryzul, ciertamente existen. Sin embargo, ahora, estarán próximos por merecer una sanción, incluso el exilio de la unión. No necesitan preocuparse, no queda rastro en ellos de su antigua civilización. Podran estar seguros de ello. Y ellos, en el periodo pasado, no podrían ingresar a la unión. Nosotros igual. Eramos una joven y sumisa cultura. El cambio, como a cada ser vivo, les hace crecer, decidiendo que camino tomar. >>

Los espectadores estaban tratando de digerir. Algunos rostros mostraba disgusto y negaban en su interior cada palabra que se emitia. La voz de aquella esfera, comenzaba a aturdir a varios de los presentes. En cambio, en su mayoría, abrazaba con dulzura el discurso del hombre visitante—para ellos— comenzaba a ser un individuo mas familiar. Talim continúo:

—<< Martyr, podría serles ligeramente natural. Enseguida les mostraré el aspecto de el. Si me lo permiten >>—miró y el rostro sonriente de los mas cercanos, aprobó al embajador. Talim volteó su cabeza y le asintió a Heyna, ella con rapidez corrigió el fondo del palacio y lo amplificó en una figura tridimensional; colores sauves y fuertes se postraban arriba de las cabezas de los humanos, luego, una vista de paisajes deserticos a la mitad de una ciudad, un largo y ondulante árbol bailaba flotando cercas de un pequeño lago carmesí, una decena de niños caminaban tranquilamente mientras sostenían unas esferas a las cuales les hablaban, vehículos de dos ruedas salian disparados entre las delagdas calles de aspecto liso y sólido; una nave, distinta a los visitantes, aterrizaba en la lejanía—<<. Hay pequeños Martyrianos, ancianos igual. Nos procreamos similar a ustedes, con un ligero cambio en el aparato reproductor masculino; teniendo un testículo más. Hembra y macho. Tenemos una vida estimada, con respecto a su media de doscientos treinta y cinco. De seiscientos años. Contraemos una relación, única y de por vida. Aunque, por necesidad, nos unimos con mas mujeres. Y, como dicho antes, tenemos una estrecha relación con más razas, de otros grupos formados entre sistemas estelares. Llegando a que, nuestro cuadrante pronto tendrá nuevos miembros, se creará, eventualemente una federación. Estaremos ahí, juntos >>—sonrió, imaginándolo. Pauso. Sus ojos brillantes, se tornaron un poco mas opacos—<<. ¿Quién habría comenzado con el todo? ¿Quién creo a los Martyrianos o a los humanos? ¿Hacia donde iremos, como civilización? Nos hemos hecho las mismas interrogantes, al tener frente a nosotros, un mundo que apenas y satisface nuestro verdadero ser, a las estrellas que miramos en la mas oscura noche. Bien, la concepción que descubrimos al paso del tiempo, de nuestro anhelado cambio; resulta en una dicha que, se convierte en un sentimiento que nos adueñamos y lo hacemos mas intimo. Dios, creador del todo, omnipresente celestial. Ha recibido demasiados nombres, en Martyr Yuve, constructor. En definitiva, un ser que observa, y cuida desde cada rincón del cosmos. Creador del caos y el orden; minusciosamente construyó cada particula existente, para formar lo que llamamos vida. La materia sin su intervención figura en una inerte forma inexplicable. Creó consciencia y de aquella materia inerte nacimos nosotros, cada ser vivo. Tan bien organizado, tan fríamente puesto en el oscuro universo, donde pueda mirar de cercas sus creaciones. Esta en todos. El universo es su cerebro. Y aún, escapa todavía de nuestras miradas, dejándonos con la misteriosa duda: ¿Cuál es su consiencia? Después de habernos puesto sobre la tierra o el cielo, o en la nada, ¿qué figuramos dentro de sus planes? La evolución, la superación de una raza, un experimento exitoso. Para él, lo que antes conociamos como el bien o el mal, no significa absolutamente nada, solo una manera de catalogar las acciones de nosotros. Esas líneas que trazamos, se difuminan para él, y solo queda el todo, la creación. Mas tarde, creemos saber que crear vida, otros seres vivos, nos convierte en alguien similar a él y nos damos cuenta de la equivocación más alejada: seguimos en su eterno juego. Creamos otros seres vivos, sin todavía, aumentar nuestra consciencia, manteniendo nuestra ignorancia en el avance material. ¿Qué pasa cuando nuestro ser material termina su ciclo? Admitir la muerte de alguien a quien sinceramente quisiste, a pesar de conocer el verdadero significado, resulta increíble. Salir del cuerpo, la liberación concluye en una utopia propia, para después comprender en verdad que el cuerpo forma parte de una limitación para nosotros mismos. El constructor permite que una vez aceptado con fervor la muerte y su realidad tras ella nos admite convertirnos en constructores menores. Es una manera, no hay un solo camino, ya que simula una pauta única, para un individuo. Para una civilizacion completa, es necesario una constante aceptación de las desgracias y fortunas por igual, y el avance, hará que las hilos gruesos de nuestra concepción de la vida misma se desvanezcan, uniéndonos al constructor, como un todo, pronto toda una civilización se unirá a él, al mismo tiempo. Sin embargo, esto dicho, no significa una realidad que acepten a la brevedad. Un albedrio de creencias, puede seguir hasta aprobarlo totalmente >>—terminó Talim. Preocupado.

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora