Acto 13: Voraz cumplimiento y sensible catarsis -Escena 04-

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Los seguidores del mensajero de Perendia, eran pocos, destinados y seleccionados bajo las específicas instrucciones del mensajero; detrás de aquel artefacto. Habían surgido, tiempo después de conflictos llevados a guerras. Entre los últimos días, del fin, de lo existente; en respuesta a la desesperanza agobiadora. Un grupo, de pocos, como ahora. Llevados por el raciocinio creyeron firmemente en la salvación. No era un delirio de estos. Ante sus constantes avisos hacia el infinito, a través del artefacto, bautizado: Regjis, escucharon un chirrido, después una larga interferencia, y por último una voz grave y metalica, imponente. No creyeron en dicha respuesta inentendible. Comprobaron su origen en un lejano lugar del sistema solar. Cercas, pero sin ánimo de intervenir directamente en la atroz situación terrestre. Tangible, real, era lo que sentían. Quizá ante un punto critico, lo creían fielmente. No había nada más que perder. Aquella voz, dejo de hablar un lenguaje complejo a comprender y comunicarse con los miembros. Él, respondía con suma sabiduría. Ofrecía salvación a cambio de absolutamente nada. "El era el esperado". Seguir detenidamente sus instrucciones llevaba a cabo un lento avance de su sociedad. Al ser, en su mayoría científicos y militares en ese entonces; deseaban pruebas de que lo dicho por esa voz, fuese verdad y no un macabro engaño por los antiguos Ryzul. Asi fue, Perendia, como deseo que lo llamasen, ofreció conocimiento avanzado, que al ser analizado por los científicos, no podían refutar algo tan añorado por decenas de años. Sueños perdidos y esfumados en las mentes de los antiguos hombres. La medicina, la industria alimentica, la política, la ingeniería comenzó avanzar.

Se les pidió no revelar directamente la fuente, ni de la existencia de que los hombres mantenían un contacto cercano con el mensajero de Dios. Asi, fueron siguiendo sus instrucciones, ingresando a campos científicos, políticos y casi extinto, el campo militar. El mayor problema surgia en permancer en anonimato, y continuar con distintas generaciones. Perendia, ofreció de nuevo una manera de apoyar y resolver ese problema. Una selección minusciosa a base de ideologías, psicología, influencia e inteligencia; comenzaron a reclutar miembros jóvenes, para seguir con su legado por milenios, hasta que Perendia acabara poniendo un fin.

Aquellos conocimientos jamás fueron prohibidos, siempre se mantuvieron en una vitrina a lado de aquel artefacto, almacenado en regordetes huevos cristalinos.

En la actualidad, Gjon siendo el miembro líder, había logrado mantener un equilibrio constante durante su vida. Y al seleccionar personalmente a los miembros, logró un acierto al tener entre sus filas, a consejeros de los principales líderes de las naciones. Cientificos de su más alto calibre. Jóvenes, que recién comenzaban a demostrar su astucia en distintos campos. Al final, Perendia aprobaba a cada uno, para evitar que Gjon errara en su selección.

— ¿Qué es lo que proseguirá, líder Gjon?—preguntó el mas joven.

El hombre, con unos azulados ojos barria a cada miembro, asegurándose de su líderazgo.

—Al tener en perspectiva la condescendencia que ha aplicado cada miembro aquí; en sus respectivos puestos. Ha facilitado que los consejeros—miró con disimulo a unos morenos hombres enfrente suyo—, al estar sumergidos en los planes y al recibir una gran parte de responsabilidad ante las decisiones...—tosioóligeramente hacia un lado—podemos asegurar, que en gran medida, y estoy seguro de ello: Estaremos preparados. Y no solo eso, al estar actuando en conjunto con el grupo de científicos y al haber facilitado la invención de armamento letal—comenzó a lamentarse con amargura en su blanco rostro—. Lo sabemos bien, no deberíamos volver a confiar en estos abominables objetos. Pero, debemos cubrir cada programa planificado por los líderes y llevar una delantera. La confianza en alguien más, definitivamente atraería una mala decisión. Asi, de este modo, seguidores, nos será posible mantener lo que se ha construido hasta ahora... intacto.

Los miembros asentían, bordeando con las yemas de sus dedos, la insignia del rayo encerrado de sus respectivas camisetas. Estaban comprometidos. Uno de los más viejos, se levantó del piso, apoyando su mano en su rodilla, como soporte. El más joven, con amabilidad lo ayudó de inmediato.

—Líder. Nosotros, como guardadores del conocimiento militar antiguo, tenemos la encomendacion de permancer en las salas de investigación. Es ahí, donde entrariamos en contacto para ejecutar la posible amenaza. El plan alternativa, para ser mas concreto. Lo que me inquieta es, ¿quien tendrá la vigilancia, o el monitoreo de estos seres, en tierra?, sabe a lo que me refiero—se dirigió con la vista hacia el muchacho que le había yudado—. Siendo que esta generación de jóvenes, bien podrían pasar como meros espectadores en la llegada de estos. Nos mantendrían muy bien informados—de la blanca camiseta, con delicadeza extrajo una particula diminuta, que solo, a causa del reflejo de la luz solar, era destinguible. Continuo: —. El famoso ingerto, que usamos nosotros hace un par de años—se mostró de manera socarrón, recordando aquellos viejos tiempos.

Gjon imitó su sonrisa. Estaban en la misma sintonía. Los jóvenes, que recién se estaban enterando de una larga informacion a causa de la multitud de huevos metálicos. Estaban algo saturados. Uno de ellos, con educación le preguntó al líder directamente:

—Disculpe líder. Esta clase de injerto, ¿para... que podríamos utilizarlo?

—Ayudará bastante Ardit. Se pondrá dentro de la oreja, invisible ante cualquier sistema identificable. Comprobado por los mismos inventores de ambas tecnologías, aquí presentes. Solo se ha usado ante complicadas situaciones que requieran una comunicación inmediata sin riesgo a ser identificada por terceros.

—Al usarlas, ¿en que preciso momento, se comenzaría a utilizar?— preguntó Ardit.

—Al momento en que se desee comunicar. Será sencillo. Lo que resultará en algo, que ciertamente será difícil; es mantenerse como espectador de los acontecimientos en todo momento sin llegar a ser percebidos como "curiosos" cuando es de suponer que están en sus puestos del centro.

El militar, cansado y con ciertas ganas de que el día anhelado sucediera. A pesar de que se hallaba plenamente feliz en las no guerras. La sangre de guerrero que circulaba por él, se había perdido con la paz. Pero, siendo humano. El ominoso deseo de acción, alegraba en pequeños fragmentos, su mente.

—No les pido mucho, jóvenes. Solo que estar dentro de estas filas, deberán sacrificar ciertas ideas o conceptos que se fueron adoptando a lo largo de su vida. A veces, podrían pensar en arrepentirse. Sin embargo, luego de una amplia experiencia en el campo, entenderán lo cual grande y beneficio representa para su familia y el mundo. Aceptenlo, con alegría y fervor— enunció por último el militar desgastado.

Los jóvenes, con sus ansiados y agradecidos rostros aceptaron la dicha que se les encargaba.

Se habían preguntado si Perendia estaba escuchando. No había emitido ningún sonido. Ni mostrando aceptación o rechazo.

Gjon con una voz mas grave de lo normal, de manera lacónica mencionó:

—Mensajero Perendia, en símbolo de su creencia en nosotros como unidad, quisiéramos saber si se muestra de acuerdo en continuar al siguiente paso.

Hubo un largo silencio.

—<< Seguidores mios. Han mostrado una verdadera y admirable lealtad. He de felicitarlos. Me ha sido posible escuchar lo que se ha discutido. Y en efecto, pueden continuar. Sin olvidar: "Considerar cualquier acto que pueda amenazar nuestras ideas como merecedor de su aniquilación". No puden permitir que esta raza arredre la sociedad construida. No se dejen embaucar por estos. Mantenganse firmes a lo que nosotros, como un todo hemos logrado. Sigan fuertes y Perendia eshte i vertete >>— terminó cortando la comunicación en un estático silencio.

—De nuevo, nuestro mensajero, ha respondido a nuestra ayuda. Podremos continuar de acuerdo a lo hemos acordado. Perendia eshte i vertete. Sigan fuertes, seguidores.

Perendia eshte i vertete—terminaron los miembros, volviendo la reunión en una abrupta despedida.

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora