Acto 15: El anuncio -Escena 03-

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Mas tarde, una vez que una completa imagen de firmes visitantes azules. El representante Julian, lanzó un mensaje, que no hizo más que, aumentar el entusiasmo de la población. Estaban sedientos, por mirar de cercas a ajenos seres. Que ya no formaban parte de historia antigua, que aunque, existiera cierta evidencia, dificultaba la total creencia en aquellos seres emplumados. Ahora, una raza tangible, frente a sus ojos; en un inngebale momento, rasgaba los hilos de la presunción humana.

Las personas, más que sorpresa, en algunos surgía una duda que mezcabla cierto disgusto y miedo: ¿Por qué se asemejan a los humanos?

Ardit, llevaba esa interrogante, eludiéndola por el temor de una respuesta. Entonces, ¿los humanos, ya no somos tan únicos?, pensó. ¿Cómo habrían reaccionado al vernos, tan similares? Estaba profundizado en zonas que quizás, resultarían en un complicado lio; sin embargo, con seguridad, no era el único ser humano que lo cuestionaba. Los mas pequeños, con facilidad, preguntarían lo mismo, ¿y que respuesta darían los padres?

Se habían adentrado en el palacio, pasando las imágenes de lo que sucedia dentro por la fulgurante pantalla.

—Líder Gjon, me resulta engorroso que Julian, no tenga la capacidad necesaria para dirigir hacia un buen camino, la relación con ellos—preguntó Ardit, poniendo sus manos hacia atrás de su espalda, contemplando las escenas de una conversación.

—Lo hará bien Ardit. Deberías preocuparte por continuar con tu labor, y procurando que las dudas y potenciales problemas los resuelva yo. ¿Si?

—Asi será—afirmó.

Ardit, trataba de cubrir innecesariamente en su mente los distintos puntos de la misión. Tanto el como Gjon deseaba que todo resultará en lo mejor y asi evitar la amenaza que proclamaba Perendia. No sentía culpa por dudar. Formaba parte ya de su mentalidad desde adentrarse con los seguidores del mensajero Perendia.

Continúo mirando con religiosa atención.

Del palacio, uno de los ayudantes de Julian emergió, Salter. Se posicionó en la esquina de un pilar y comunicó:

—Ardit, ¿que proseguirá con la petición de comunicarse con los líderes? Además que estarán próximos a partir en una exploración... en investigar sobre nosotros. Tengo entendido, durante estos momentos; debemos confirmar que el líder Gjon, se halle en planeación.

Ardit preguntó con rapidez a Gjon. Tener que hacerlo de esta forma—no directa—, ofrecia una dificultad de una fluidez de respuesta. No obstante, provocaba que la comunicación con Gjon no se saturase, y solamente recibir mensajes de gran importancia.

Dentro del edificio, entre las ventanas que exhibían imágenes de fuera del palacio, del gentío alegre. Se postraba Gjon, entrecruzando sus manos para después tomar un artilugio pequeño, de tamaño mediano con respecto a la palma de su mano; lo apoyo en su regazo, viéndolo, analizándolo cuidadosamente. La pantalla azulada mostraba una decena de caracteres, la primera presumía a Ardit, su última llamada. Recorrió en su mente de esa lista hacia abajo y el objeto copió la acción. Luego, con un comando en su mente, se seleccionó en una franja de color rojo, un pequeño grupo de caracteres.

—Estaría estupendo que, a la brevedad posible, se dirigan hacia el palacio. Estacionen su vehículo a la cercanía del palacio. Concretamente en el espacio designado para los Tar. Esperaran hasta que Julian aparezca—se levantó y guardó el artilugio en su bolsillo de la camisa. Caminó hacia un estante, y tiró de una pequeña palanca y guardo el líquido en una taza. Sorbió el agua y continuó hablando—. Ofreceran sus servicios, como guias de los nuevos visitantes. Es de interés que sigan encaminando la postura que se ha fijado mantener Julian. Ayuden al hombre asi como brindar comodidad a los invitados. ¿Si?

Uno a uno corto la llamada con un claro si como respuesta. Gjon asintió para el mismo, con una ligera sonrisa dibujada en su rostro. Luego le respondió a Ardit:

—Afirmativo, Ardit. Comuniqueselo—respondió Gjon. El joven seguidor de Perendia, transmitió la aprobación. Casi de inmediato, Salter se adentró en el palacio, con andares premuros—. Estarán un poco disgustados. Han estado luchando, en concluir, cual de las naciones ofrece una relación más estable y de mayor comodidad. Dentro de poco, extenderán su conflicto, en convencerse quien será el que pruebe a estos alienígenas de la confianza que se tienen a si mismos. ¿No crees, Ardit, que es completamente una muestra de la poca razón de los líderes?

—Oh—susurró en sus pensamientos—. Lo han sido siempre, ¿no es asi?

—Y seguirán asi. Empero, han sabido unirse y no negarse a los cambios. Aceptaron, reunirse con el alienígena; a pesar, de la ingenua manera de excesiva confianza. Julian, podría manejar esta situacin de forma mas adecuada. En realidad, es un hombre que dudaría, internamente de estos visitantes. Los líderes no. Ardit, en este momento, con más atención, vigila las actividades de ellos. Tendrás que volver adelantarte y conectarte al vínculo que existe en la sala de la próxima reunión... Jonas, ha advertido que en tablero de monitoreo de los sistemas automaticos del edificio, podrás vincularte ahí mismo. Sabrás reconocer el puerto.

—De acuerdo. Enseguida partire. ¿Y Wilk?

—Permaneceró en su lugar. Informale.

Ardit volvió su mente hacia el dispotivo de comunicación de Wilk. Le avisó y con suma velocidad, mientras andaba hacia detrás de unos árboles coloridos, de troncos viejos y húmedos, fue apartando a las personas con delicadeza en sus manos. 

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora