Acto 13: Voraz cumplimiento y sensible catarsis -Escena 08-

34 19 0
                                    

—...Si, asi es. No muestran intención en la actualidad. Han mostrado solidaridad ante sus ciudadanos de una manera admirable. Su base de su sociedad reside en la profunda conexión entre el avance de tecnología, al llegar a un punto donde no necesitan, que sus ciudadanos continúen con labores que consuman su tiempo. Ahora, ellos tienen esa libertad—puntuó Talim.

—<< Quisiera creer que todo se trato de un cambio para bien. Ahora que igualmente nosotros avanzamos hacia un punto en donde la correcion del pasado, y la propia reflexión de eso nos a ayudado a progresar >>—refirió Julian. Estaba con sus grandes ojos, mirando a Talim—<<. Y en verdad que nos alegramos el de contar con su visita, podría decirse, que la soledad había llegado a muchos.... Un total alivio. Un total honor. En muestra de nuestro agradecimiento, nos gustaria que nos acompañase usted y sus miembros hacia una deliciosa comida. Por supuesto, contando con su aprobación y con toda seguridad puede analizar cada elemento de los platillo s>>—sonrió.

Talim comenzaba a comprender lentamente el ser humano; entendía que entre ambas razas se estaba ahuyentando la tensión y el minuscioso cuidado de proteger lo que mencionaban. Es cierto... Han evoluciado. Y contrario a su agradecimiento, me siento bastante honrado. He estado pretegiendo nuestro planeta y ganando aliados, no vale la pena seguir solos; sabiendo el adago sentimiento que se presenta. Es bueno; conocen los sentimientos, se preocupan por su bienestar, pero igual forma el perdonar parece figurar entre sus acerrimos pensamientos. Sonrio para si, demarcando una pequeña cicatriz en el lado izquierdo de su labio inferior.

—Por supuesto aceptaremos—miró a los miembros. Todos asintieron. Giró su vista hacia su cientifica y preguntó: —<< ¿Es seguro extraernos el casco del traje? >>

—Los bajos niveles de Arjun podría perjudicarnos. Pero tenemos la opción de tomar el comprimido de baqa. Nos sería posible permanecer bajo estos dificiles niveles por un largo periodo y el de tener mas facilidad de ingestar esos alimentos con mayor seguridad—dijo Heyna—. Lo que se debería tomar como obligación; seria portar en todo momento el traje, y contar con la cápsula del casco en todo momento—terminó.

—Esta bien—dijo Talim, observando pasivamente a los humanos—. Las precacuiones que nos ponen limites, hará que la invitación sea mas placentera—volteó hacia Julian—. Muy bien, parece que todo estará en orden.

Julian alargó su sonrisa. Se puso de pie y mencionó al hombre de su costado que podrían poner cuidadosamente los alimentos. Así fue; se dirigieron hacia una zona redonda, de aspecto frio, teniendo en la mitad una mesa rectangular; era brillante, y la textura lucia de un flexible material. Tomaron asiento en una esférica forma que colgaba de su luminoso techo.

Enseguida, un hombre pálido, de ojos cansados pero con una fingida sonrisa bajaba desde un piso superior con una gran caja en la parte trasera donde traia un transporte hueco de un espacio considerable. La puso sobre la mesa y repitió constantemente: —Que lo disfruten— mientras entregaba un hondo plato con formas irregulares de color verdoso y rojizo.

Heyna se adelantó y tomó aquel comprimido, se quitó el delgado casco y lo redujo a una pequeña capa azulada. Probó un bocado; y en efecto, estaban protegidos temporalemente.

Julian se alegró y dijo en voz alta:

—<< Espero que sea de su agrado. Disfrutenla y que pasemos una deliciosa cena. >>

Heyna entregó a cada miembro un comprimido, lo tragaron y repitieron el proceso que había hecho. Comieron aquellos platillos crocantes y extrañamente deliciosos.

Luego de una fina comida; de un gusto universal. El hombre pálido con ahinco retiró los platos.

Los Martyrianos y los representantes agradecieron con gentileza.

Julian se levantó de su esférico asiento satisfecho. Los Martyrianos volvieron a ponerse su casco y esperar que dijiera algo el hombre.

—<< Estaría muy complacido si nos acompañan a una caminata>>—mencionó mientras una corrediza puerta se abria del lado trasero de la sala, revelando un brillante patio.

Talim accedió. 

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora