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____ suspiró por quinta vez por lo que Tonya tuvo que preguntar.

–Nunca te había visto así en un entrenamiento.
–¿Así cómo?

Preguntó ___ extrañada, quien le sonrió y dio un pequeño giro en la pista.

–Así.

Y la señaló. ___ se miró de pies a cabeza, buscando algo fuera de lo normal. Si sabía lo que tenía, pero le gustaba tomar del pelo a Tonya. Tonya se rió de ___, sí que le daba gracia.

–Las cosas van muy bien en el amor, eso es todo.
–¿Midorima ya es tu novio?

___ se sonrojó como un tomate.

–¿qué? ¡No! Ahhh...
–Eres demasiado evidente, ___-chan.

___ se rió con nerviosismo y luego cambió por completo su expresión y sonrió cabizbaja. Una sonrisa que Tonya no le había visto jamás. Le pareció hermosa, por lo que le dio una pequeña palmada en la cabeza y siguió su camino llena de risitas.

–¡Gambate!

Le dijo unos cuantos metros después, y se enfocó en su coreografía.
Luciano también había notado su cambio y le gustaba, decidió no decirle nada hasta verla en acción. Necesitaba saber que tanto cambiaría su forma de interpretar las canciones en pista.

–Está bien ____. Quiero que te coloques estos audífonos y me muestres la coreografía entera. Empecemos por la corta.

___ asintió enfocada y se puso los audífonos.

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Por otro lado, Midorima estaba parado frente a la entrada a la pista. Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había repetido el proceso de si debía entrar o no en otras ocaciones, pero esta vez era distinto, pues era evidente que había llegado demasiado temprano y si su hermana lo veía, lo iba a notar. Puso los ojos en blanco recordando los nuevos métodos a los que  su hermana estaba recurriendo para que hiciera lo que ella quisiese. "Vaya, onii-chan, ¿otra vez temprano para ver a ___-san? ¿Quieres que la llame? ¿O nos quedamos simplemente un poco más mirando a las chicas?"
Midorima bufó y metió las manos a los bolsillos del abrigo que tenía puesto, el día era frío. Entró junto con un grupo de chicos ruidosos que supuso eran de segundo año, reconoció a algunos de la escuela, entre ellos, los chicos que los vieron saliendo de los bebederos la noche anterior. Frunció el ceño irritado.

–¡No puedo creer que estemos aquí! ¡Fuiste muy hábil en averiguar los horarios de Tonya-chan!

Exclamó uno de los chicos golpeando en la espalda a uno de sus amigos.

–Ustedes quieren ver a Tonya, yo quiero ver a ___.
–Creo que pierdes el tiempo, está saliendo con Midorima Shintarou.
–Eso es imposible, ya vais a ver.

Entraron entre risas, Midorima apretó los puños. Malditos acosadores. Tomó aire, tratando de guardar la calma y entró sigilosamente, sentándose lejos del grupo de chicos en la parte más alta de las gradas.

–... empecemos con la corta.

Escuchó que le decía el entrenador a ___, ella tomó unos audífonos completamente sumergida en su mundo, Midorima la vio casi hipnotizado. Hoy se veía particularmente diferente.
Divisó a su hermana saliendo de la pista con una compañera. Al menos de ese ángulo ella no iba a poder verlo.
Antes de empezar, Midorima vio como ___ le lanzaba una sonrisa fugaz a su hermana. Los chicos seguían de escandalosos, pero se calmaron un poco cuando vieron que ___ iba a empezar a hacer algo.
____ empezó con su presentación y a medida que avanzaba Midorima se sintió sumergido en un remolino de emociones. Tenía rabia, pues lo que ella hacía era demasiado erótico, demasiado para un público como el que tenía el día de hoy. Vió de reojo como el grupo de chicos casi babeaba por ella, lo que provocaba en el un impulso de idiotez. El impulso de ir a golpearlos a todos en la cara.
Se sentía incómodo, porque después de todo el también era un hombre, se cruzó de piernas y trató de esconder su cara sonrojada tapándosela con una mano.
Se sentía anonadado. En realidad, todos se sentían de esa forma. Las chicas con las que compartía la pista dejaron de moverse solo para verla.
Se sentía feliz, feliz de verla destacar, bueno, feliz de verla en general. Aunque no tan feliz como se sentía Luciano, pues esa era la actitud que estuvo buscando en todos los entrenamientos que habían tenido.
Pero en fin, sobre todo, se sentía maravillado. Casi tan maravillado como Harumi, a quien le brillaban los ojos de pura admiración. En realidad fue sorprendente.  Todos los detalles fueron perfectos. Según lo que Midorima sabía de patinaje sobre hielo, sus saltos tenían dificultad y le había dado a todos, sus movimientos definitivamente causaban impacto y pensó en que si todos hubieran oído con ella la música, todo hubiera sido mucho mejor.
____ retiró uno de los auriculares y se apoyó en sus rodillas, agotada.

–Maldición.

Bufó. Las gotas de sudor eran visibles. Luciano la aplaudió encantado y lo siguieron los demás. ___ se sonrojó por lo repentino que había sido el aplauso.

–¿Qué pasó?

Preguntó ___ un poco asustada.

–Fue perfecto ___, ¡¡¡me encantó!!!!!

Luciano entró a la pista, deslizándose con agilidad. La tomó de los cachetes con una mano y le regó de besos la cara. ___ se rió de su comportamiento. Tonya se iba a enojar.
___ se deslizó hacia la salida, con eso terminaría el entrenamiento del día. Cuando se iba a sentar en la gradería por un momento, se fijó que en la parte de arriba, Midorima la miraba, pero no supo decir si su expresión era buena, o mala... así que le hizo una seña para que bajara.

–Vaya show.

Le dijo Midorima sonando un poco más duro de lo que quería. ___ no dijo nada. Solo lo tomó del brazo y apoyándose en él caminaron hasta vestidores. Midorima se giró de reojo a ver al grupo de chicos que los miraban con la boca abierta. "Sí, está conmigo" fue lo que él les dejó en claro antes de desaparecer con ella tras la puerta.

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora