Mis dos competencias asignadas:
Rostelecom Cup: Segundo puesto.
China Cup: Tercer puesto.–¡Has clasificado de cuarta a la final de la Grand Prix!
Rodé los ojos con impaciencia.
—Ya me lo has repetido unas 50 veces, Luciano.
–No puedo creer que hayas perdido por un punto en la Rostelecom Cup...
–Yo tampoco... ¿Cuanto dices que este vuelo tiene de retraso otra vez? ¡Esto es el colmo!
–1 hora ¿Por qué estás tan afanada?
–Solo quiero volver a casa...Sonrió con malicia y me pasó el brazo por los hombros.
–Has estado mucho más tiempo fuera de Japón, ___... hemos estado solo 1 mes fuera.
Fruncí el ceño y me cruce de brazos de mala gana, pues esperar tocará. Luciano lucía tranquilo, aunque yo también sabía que él moría por volver, lo había escuchado tener conversaciones muy íntimas con Tonya y sabía que él quería verla a como diera lugar.
Y hablando de la reina de Roma... contesté.–Hola Tonya.
Disimulé una risa cuando vi que Luciano giró bruscamente la cabeza en mi dirección.
–H-Hola... uhm... hace una hora me dijiste que había un retraso de una hora entonces... me preguntaba si... ya estaban en camino...
–¿Por qué suenas tan nerviosa?Me puse de pie para alejarme de Luciano.
–¡No estoy nerviosa!
–Lo siento Tonya, nos han dicho que les tomará otra hora acomodar el vuelo por el clima.
–Uhm... ya veo. ¿Cómo está Luciano?Me reí, por favor Tonya.
–¿Por qué no se lo preguntas a él? ¿Te lo paso?
–¡NO! Yo... no, por favor.
–Ustedes tienen una relación muy extraña.
–Pues la tuya no es exactamente común y corriente.Me reí con tristeza.
–Pues sí. Yo te haré saber cuando vayamos a abordar, no te preocupes.
–Gracias...
–Bye bye.Me senté de nuevo, acomodándome para dormir, Luciano se removió inquieto.
–¿Qué te ha dicho?
–Pregúntale a ella...Y me quedé dormida.
3 horas y 48 minutos es lo que dura un vuelo de China a Japón. Sacudí a Luciano ligeramente cuando ya las personas empezaban a ponerse de pie para salir del avión.
–Has dormido como un tronco.
Le sonreí y me puse de pie para estirarme, él hizo lo mismo y agarró el equipaje de mano.
–Salgamos de aquí, tu padre ya debe de estar afuera.
Recogimos el resto de maletas una vez fuera y nos dirigimos a la salida donde desde lejos, podía ver a mi padre agitando la mano con alegría.
–¡Mi niña! ¡Te he extrañado mucho!
Me abrazó y me levantó exageradamente, le devolví el abrazo con dificultad.
–Hola, pa. ¿Cómo te ha ido?
–¡Sin ti nada es completamente bueno!Empezó a llorar y me reí palmeando su espalda y llevándolo hacia el auto. El recorrido no fue muy largo, dejamos a Luciano en su casa y luego fuimos directamente a la mía.
Entramos el auto al garaje y cogí la mitad de mis maletas comenzando a subir de dos en dos las escaleras.–Hola, cariño.
–¡Mamá! ¡Has vuelto!Solté las maletas y corrí a abrazarla cual niña de 5 años. Le rodee con piernas y brazos y ella se tambaleó y trató de no caer.
–¡___! ¡Eso no es comportamiento de una señorita!
–¡Oh mamá! ¡Te extrañé tanto!Me bajé de mi madre y la recorrí con la mirada, luego la habitación... Midorima estaba sentado en el sillón, observando.
–Hola.
Dijo y se puso de pie. Mi padre entró a la sala de estar segundos después. Me entró un ataque de risa que disimule enseguida, recordando el segundo encuentro que había tenido papá con Midorima.
"–Oye... queda media calle para llegar a mi casa... ya puedes bajarme.
–¿Quien me asegura que no te vas a devolver corriendo a golpearla?
–Te odio.Divisé el portón de mi casa y el auto de papá estacionarse. Me reí para mis adentros.
–¿___?
La voz de papá se escuchaba sorprendida, Midorima frenó en seco.
–Hola pa.
Me doblé para saludarlo, Midorima me bajó al instante.
–Vaya... buenas noches, muchacho.
–Buenas noches.Oh Midorima... estaba rojo tal cual tomate.
–Entraré en un momento a casa.
–No tardes mucho.Miró con los ojos entrecerrados a Midorima, lo sentí tensarse tras de mi y sonreí.
JAJAJAJAJAJ"Midorima estrechó la mano de papá y yo me balanceé de un lado a otro.
–No esperaba verte aquí.
Le dije a Midorima con una sonrisa, él frunció levemente el ceño. Seguí hablando:
–Subiré con él a mi habitación ¿Está bien?
Mamá sonrió divertida por la situación y papá frunció el ceño, pero ambos asintieron. Tomé de la mano a Midorima y lo jalé escaleras arriba hacia mi habitación. Cerré la puerta y él se quedó plantado en la entrada, observando la habitación con detenimiento.
–Puedes sentarte en donde quieras...
–Gracias.
–Has crecido.
–Bueno... sí.Se sentó en mi cama en silencio.
–¿Por qué has venido?
–Quería verte.
–¿Y estás feliz de verme?
–Sí.Vaya, hoy está de buen humor. Me senté a su lado y me miré las manos.
–¿Por qué no respondiste a mis llamadas, ___?
–... Estaba ocupada... Igual no somos novios.
–¿Disculpa?
–Me dijiste que lo sentías, más no que querías volver conmigo.Me fulminó con la mirada y yo me alejé disimuladamente de él. ¿Pues si no me lo dices cómo lo voy a saber? ¡Soy una persona muy densa!
Se pellizcó el tabique con indignación e irritación.–Vuelve conmigo, por favor.
–¿Estás de broma? ¿Qué tipo de proposición es esa?
–¿Acaso estabas esperando que me arrodillara y te besara los nudillos y que luego te dijera "¿Quieres ser mi novia de nuevo?"?
–Sí.
–¡Pues entonces tú estás de broma!Solté una carcajada cuando noté un temblor en su ceja.
–Te van a salir arrugas.
–Cállate.
–¿Quieres que sea tu novia?
–... Sí.
–Está bien, si insistes...Con una mano apretó mis mejillas con fuerza, obligándome a mirarle a los ojos.
–¡AUCH!
–¡Deja de jugar conmigo!
–¡Está bien! ¡Lo siento!Me reí y el sonrió por primera vez en toda la tarde y cuando lo hizo... sentí que me derretí.
Te extrañaba mucho, Midorima.
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Cuando te tengo a mi lado...
Fiksi Penggemar____ creyó que tuvo todo lo que siempre deseó hasta que conoció a Midorima Shintaro.