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Narra Midorima.

Abrí los ojos despacio, pues los sentía más pesados de lo normal. El despertador decía que eran las 6:30am y ___ estaba pegada como hiedra a mi espalda, rodeándome con sus pequeños brazos. Cerré lo ojos de nuevo, avergonzado y permanecí en mi posición en silencio.
15 minutos más tarde noté que ___ se estiraba sin soltarme, se removió de un lado a otro y luego me abrazó fuerte y me dió un beso en la espalda que me provocó un hormigueo por todo el cuerpo. Puse de todo mi autocontrol para permanecer sereno y volví a cerrar los ojos. ___ se puso de pie, reunió algunas cosas y desapareció tras las puertas del baño.
Maldita mocosa. Su aspecto en las mañanas también era... adorable. Me senté en la cama con las piernas cruzadas y miré alrededor. El cielo todavía estaba un poco oscuro, lo que era extraño y hacía mucho frío. Me dejé caer en la cama y me arropé hasta la nariz. De fondo se escuchaba la ducha y la voz de ___ cantando Single Ladies de Beyoncé. Me reí para mis adentros mientras me la imaginaba imitando el baile. Cantaba bonito, también.
Hoy me sentía demasiado relajado y tenía una sensación de libertad muy agradable. Nada como el ambiente de mi casa.

–No sabía que eras un perezoso, Midorima.

Se acercó a mi y abrí los ojos. Tenía una toalla enrollada en la cabeza, una camisa de tiras negra y un jogger del mismo color. Se agachó para quedar cara a cara y me dio un beso en la frente.

–Hola.
–Voy a ir a arreglarme el cabello y las uñas... y eso, ya sabes. ¿Quieres ir?

Negué automáticamente. Sabía cómo era el proceso por Harumi. ___ rió.

–Lo siento.
–Sé que era mucho pedir jaja... Te ves adorable sin lentes.

Corrió de mi cara unos mechones de pelo con delicadeza. Maldita sea. Sonrojado fruncí el ceño. Pareció satisfecha y se puso de pie para ir a secarse el cabello. Cuando termino agarró uno de mis busos y se lo puso. Le quedaba enorme, pero se veía bien... toda de negro.

–Tomaré esto prestado.

Señaló el buso con una sonrisa y siguió:

–Te veo en unas horas.
–Cuídate.

Me lanzó una última sonrisa y cerró la puerta.
Me sorprendía su calma. Hoy le tocaba el programa corto. Harumi estaría corriendo de un lado a otro gritando órdenes y sacando a flote su lado más irritante. Volví a recostarme. El evento empezaba a las 4pm así que tenía tiempo para hacer lo que nunca en mi vida había logrado hacer: holgazanear.

A eso de las 2:45pm cuando estaba apunto de entrar a la ducha Harumi llamó.

–¡Eres un desconsiderado! No acompañaste a ___ ¡Se supone que eres su novio!
–Me parece que eso no es de tu incumbencia.

Mascullé irritado. Ahogó un grito, ofendida.

–¡Por supuesto que es de mi incumbencia! ¡Más cuando OTRO CHICO toma tu lugar!
–¿Qué chico?
–Es un chico más encantador que tu.

Colgué. Capullo ese.
Entré al baño y cerré de un portazo. No puedo quejarme pues fui yo el que se negó a ir pero, aún así... ese tipo quiere. lo que es. Mío.
Tomé más tiempo del de costumbre bajo la ducha tratando de calmar mi mal genio con el agua caliente. Una vez fuera me coloqué los bóxers y unos jeans negros.
Mientras miraba algunas jugadas de la NBA, tratando de distraerme y frotándome el cabello para que se secara un poco, ___ entró en carreras pero se frenó en la puerta escandalizada.
Y yo dejé de respirar.
Estaba maquillada y tenía una cola de caballo alta y lisa (*cual Ariana Grande*). Se veía hermosa, no había otra manera de describirla.

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora