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–¿Acaso no sientes vergüenza?

Preguntó Midorima de mal humor, caminaba casi tan rojo como un tomate y no sabía en qué dirección mantener la vista fija. ____ lo arrastraba de vuelta al coliseo agarrada de su mano.

–¿De qué estás hablando? Si no quisieras tomarme de la mano ¡ya te habrías zafado! ¿Ves? ¡Hasta me la aprietas!

Respondió ____ juguetona. Midorima la miró feo, pero tenía razón. Últimamente todos tenían razón menos él.

–¡No me he zafado porque sé que te enojarías!
–También me enojo con esos comentarios. ¿Quieres tomarme de la mano o no?

___ y Midorima pararon en la mitad del pasillo a tener una guerra de miradas. Las personas que les pasaban por el lado los veían divertidos. ___ intentó retirar la mano, pero Midorima se la sostuvo más fuerte. ___ sonrió y siguió jalándolo mientras Midorima negaba una y otra vez ¿En qué problema se había metido?
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–¿Alguna vez habías visto a Midorima así?

Preguntó Fumi (compañera de clase) a Sana, quien la miró con una sonrisa de oreja a oreja.

–La verdad es que a Midorima le hacía falta ____. Ahora habla un poco más, creo yo.
–Ver a Midorima ¿ cómo, Fumi-chan?

Preguntó Rena apoyándose en la puerta de brazos cruzados. Sana miró hacia otro lado, tratando de contener la risa. La verdad es que Sana siempre había pensado que Rena era una persona patética, desde que había descubierto su verdadera personalidad. Fumi-chan se movió incómoda.

–E-eh... lo qué pasa es que acabamos de ver a Midorima con ___. Se veían enérgicos, Midorima parecía otra persona.

Fumi trató de disimular su nerviosismo arreglándose el cabello. Las personas como Rena la intimidaban mucho.

–Ellos estaban tomados de las manos, supongo que Midorima por fin consiguió declararse.

Agregó Sana seria por fuera, pero con el diablo del sarcasmo y la provocación en el interior. Rena las fulminó con la mirada a ambas, incapaz de disimular la rabia que le generaba que una aparecida le hubiera quitado a "su" hombre. Algo se le iba a ocurrir, pero los iba dejar ser... por ahora.

–Ah.

Respondió secamente y salió en dirección al coliseo. De todas formas, tenía que verlo por si misma. Sana la vio alejarse divertida.

–El karma le llega a todos, ¿no crees?

Fumi se rió con nerviosismo y entró a sentarse en el salón.

–Tienes razón.

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Rena hizo que sacó su teléfono para hacer una llamada, camuflando por completo sus verdaderas intenciones. Se tomó un poco de tiempo haciendo charlas con otras personas a medida que avanzaba, hasta que llegó a la zona de deportes.

–¡Rena!

Un chico de apellido Akihiko la detuvo y se le puso en frente, bloqueándole el paso.

–¿Y ahora qué Honda?
–No respondiste el texto que te dejé. Duele un poco debido a que te la has pasado con el celular en la mano.
–Lo siento, ahora no tengo tiemp...

En donde estaban ubicadas las maquinas dispensadoras de comida, Rena vió que ___ se agachaba a recoger dos cosas que había comprado y que Midorima la miraba impaciente. ____ le pidió a Midorima que tuviera la bebida mientras ella abría el paquete de papas que había comprado. Empezó a comer y le ofreció a Midorima quien se negó, pero quien con cuidado estiró la mano para quitarle unas migajas que tenía en las comisuras de los labios. Luego, Rena dedujo que ___ le había dicho algo que lo que lo hizo sobresaltar y sonrojarse. ___ se rió a carcajadas de su expresión, con la mano apoyada en el torso de este.
La sangre de Rena hirvió y apretó los puños, Akihiko empezó a mirar a la dirección que ella veía extrañado.

¿Por qué lo toca como si lo conociera de toda la vida? ¿Por qué se fijó en ella? ¿Por qué él la está esperando? ¿Por qué están juntos? ¿Qué tiene ella que no tenga yo?

Midorima negó levemente y sonrió y... tal vez sin querer, la miró con dulzura. ___ se percató y le sonrió ampliamente, tomándolo de la mano y prosiguió jalándolo de vuelta al coliseo. Se les veía felices, pero definitivamente no por mucho tiempo.

–Por qué te les quedas mirando de esa forma?
–Nada en específico. En fin...

Desbloqueo su celular con un suspiro y leyó el mensaje que Akihiko le había dejado.

–Está bien. Nos vemos en el lugar de siempre el sábado.

Honda le sonrió y la vio alejarse. Hacía ya varios meses que mantenían relaciones sexuales. Él se había enamorado, pero ella no lo notaba. En fin, por ahora, le bastaba con eso.

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora