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–¿A donde me llevas ahora?

Preguntó el peliverde dejándose llevar de la pequeña mano de ___ a quien sabe dónde.
Habían pasado la tarde juntos haciendo diversas cosas, pero luego de que ella contestara una llamada se había puesto muy misteriosa y eso irritaba de cierta forma al chico.

–Te estás volviendo algo fastidioso preguntándome eso una y otra vez. Guarda silencio cinco minutos y déjame sorprenderte.

Midorima rodó los ojos con impaciencia pero no dijo nada más. "Mas le vale que sea bueno" pensó con algo de amargura.
Exactamente cinco minutos después dieron la vuelta en una esquina y Midorima ya sabía donde iba a terminar.
La pista de patinaje en la que se iba a llevar a cabo la final de la Grand Prix estaba a tan solo unas cuantas calles. Caminaron en silencio y una vez allá un guardia de seguridad se acercó con una medio sonrisa y les abrió las puertas guiñándoles el ojo.

–Gracia, Ayato.
–Con todo el gusto, querida. Mira, estás son las llaves de los casilleros.

___ le dio una sonrisa encantadora al guardia y se adentró en el establecimiento que se encontraba completamente desolado.

–¿Estas segura de que podemos estar aquí?
–No... gihehe.

La sonrisa maliciosa de ___ hizo que Midorima soltara una pequeña carcajada, de verdad que era una chica problemática...
Se adentraron a la sala donde estaban los patines y demás cosas y ___ prendió unas cuantas luces. Midorima se sorprendió de lo mucho que ___ conocía ese lugar. ___ agarró unos patines y tomó otros para Midorima, se los largó y él sin saber en donde se estaba metiendo los acepto y se sentó junto a ella para ponérselos.
Midorima se puso de pie tambaleante pues era la primera vez en su vida que usaba patines. ___ lo tomó de la mano y le dio una sonrisa tímida a Midorima, para nada la reacción que él esperaba... él esperaba que ella estuviese tirada en el piso riendo a carcajadas por su inexperiencia y algo de torpeza al caminar con ellos.
Con asombro, Midorima vio que las luces que iluminaban la pista antes oscuras, era tenues, acogedoras, íntimas.

–Este es el ambiente en el que más me gusta patinar...
–Creo que puedo entender el porqué.

___ sonrió, aunque se sentía un poco expuesta al revelarle esas cosas a él. Se apoyó en el borde de la pista y se quitó lo protectores y lentamente se dejó deslizar en la pista. Invitó a Midorima a que hiciera lo mismo con la mirada. El quitó los protectores con agilidad pero dudo por un momento en si era buena idea entrar a la pista. ___ le tendió ambas manos encantada y él avergonzado las tomó vacilante. Sintió una corriente de adrenalina por el cuerpo cuando ___ lo atrajo hacia sí lentamente, como disfrutando el momento.

–¡Joder!

Exclamó él cuando sintió que se caía. ____ rió y siguió moviéndose con él por toda la pista, Midorima se acostumbró rápido y cuando ___ sintió que estaba listo lo dejó ir. Él se deslizó por el hielo con elegancia y masculinidad y la chica de cabellos cortos sintió que le acababan de robar el corazón. "Maldición, me ha tocado un tipo bien guapo" pensó ella colocándose algo roja.

–¿Cómo se siente?

Le preguntó ella emocionada, Midorima lucía concentrado.

–... Creo que esto me ayuda a entenderte mejor.

____ sonrió encantada y con algo de velocidad no calculada se abalanzó sobre Midorima. Él, que no tenía ganas de caer de trasero en el hielo, echó su cuerpo hacia delante y el impacto hizo que ___ fuera la que cayera de cola y ella con algo de malicia pero también para evitar caerse, jaló a Midorima del abrigo haciéndolo caer a horcadas sobre ella.
Aunque la caída lo había hecho enojar, al fijarse en los ojos grandes de la chica, de cómo tenía la boca entreabierta, de cómo estaba sonrojada... de lo hermosa que se veía bajo esas luces tenues, por instinto y sin pensarlo dos veces, posó sus labios sobre los de ella delicadamente. Un beso casto primero en el que hizo una pausa para mirar la reacción de __ que por supuesto era de completa sorpresa y luego continuó con un beso más profundo, lento, uno que duró hasta que se quedó sin aire en los pulmones y tuvo que parar para reponerse. Abrió un poco los ojos para observar ___ que tenía los ojos cerrados, respiraba con dificultad y estaba sonrojada hasta las orejas, definitivamente la faceta más adorable que había visto de ella. Le dio otro beso casto en los labios y se incorporó con dificultad. Ella hizo lo mismo y se puso de pie para ayudarlo a él.

–Tengo la espalda mojada.

Musitó sin aliento. Midorima señaló tanto sus antebrazos como sus rodillas, él también estaba empapado. Divertido, se deslizó hacia ella y la tomó de la cintura acercándola a él y dándole de nuevo otro beso largo, por fin dejando la frustración de sus anteriores intentos fallidos atrás. Esta vez ___ lo tomó del rostro y profundizó el beso, otra vez hasta que ambos se quedaron sin aliento.

–¿Habías hecho esto antes?
–¿Tengo cara de que lo había hecho antes?

Midorima también estaba sonrojado hasta las orejas, pero se le veía sereno, satisfecho.

–No esperaba menos, Shintaro.

Se inclinó y puso su frente en la de la chica con una sonrisa enorme en el rostro, regalándole otro beso casto en los labios.

–No pensé que me alegraría tanto que me llamaras por mi nombre.

___ sonrió con timidez, acto seguido escondió la cabeza en su pecho.

–No quiero que te resfríes, ya va a ser de noche y llevamos un buen tiempo aquí...
–Tienes razón, le había dicho a Ayato-kun que no demoraríamos mucho.

Midorima asintió y se deslizó hacia la salida de la pista, ___ lo detuvo en el intento.

–¡Espera!

Lo agarró del cuello del abrigo y le robó otro beso que los dejó sin aliento. Ella sonrió satisfecha.

–Joder, quería hacer eso desde hace mucho tiempo.

Midorima negó la cabeza divertido mientras la veía colocándose otra vez los protectores... siempre tan impulsiva...

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora