–Te has vuelto a cortar el cabello.
Musitó Tonya asombrada, la dejé entrar.
–Ahora entiendo cuál es la necesidad de las mujeres de cambiar algo de su aspecto al terminar una relación.
Hice una mueca, sintiendo de nuevo ese dolor en el pecho que se me estaba haciendo tan familiar.
–___... llevas una semana entera sin ir a la escuela. ¿No piensas volver?
–No lo sé, Tonya... siento que me he humillado lo suficiente, me daría mucha vergüenza.Me dejé caer en el sofá recordando con amargura todos los rechazos que había tenido por parte de Midorima. Recordando ese día...
"Damien entró en la pequeña habitación con una expresión que a decir verdad me dio algo de miedo. Me agarró de ambos brazos y me chocó con cierta violencia en la pared, entré en shock.
–Primero te olvidas de mi, luego resultas con un novio imbécil, que a juzgar por cómo te mira es seguro que ni siquiera te quiere y luego le regalas un programa como ese. ¿A qué estás jugando?
Agarró mi cintura, luego mi rostro y se pegó a mi. Fruncí el ceño. Quería moverme, quería quitármelo de encima, pero no podía reaccionar, estaba temblando del miedo.
–Yo... yo no estoy jugando a nada... ¿Por qué haces esto?
–Viajé de tan lejos... solo para verte... tú todavía me quieres...Negué. ¿Cómo podría seguir queriéndole después de que desapareció por tanto tiempo? ¡No creo que siquiera le conozca!
¡Suéltame!–Damien...
El sonido de la puerta sonando con fuerza me regresó los sentidos. La cara abatida de Midorima nos miraba a ambos fijamente.
–Mi-Midorima...
Los ojos se me aguaron y me zafé, por fin podía moverme.
Todavía estaba temblando, pero logré moverme un paso, Midorima retrocedió, con asco, dolido. Tragué saliva y las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas. Se dio la vuelta sin vacilar y salió dando grandes zancadas y cerrando la puerta detrás de él.–¡Midorima!
Salí corriendo detrás de él, gritando su nombre, pero Damien volvió a agarrarme de un brazo.
–¡No vayas!
–Yo... ¡no te conozco! Así que ¡suéltame!
–Pero tú me quieres... él está jugando contigo ¡Me lo ha dicho!
–¡No! ¡Suéltame!La lagrimas corrían sin parar por mis mejillas, intenté zafarme una vez más pero me agarraba el brazo con demasiada fuerza. Luciano cruzó el pasillo, buscándome y cuando me vió le dio un puñetazo a Damien, que lo hizo soltarme. Corrí hacia la salida trasera, el guardia se quedó viéndome sorprendido.
–Ya se fue, muchacha.
Sollocé fuerte y el guardia me palmeó la espalda. Frunció el ceño cuando vio que Luciano estaba sacando casi a patadas a Damien.
–¿Qué ha pasado, ___?
Preguntó Luciano entornando los ojos. Negué y Luciano lo soltó, Damien se incorporó rápidamente y salió. El guardia hizo el ademán de agarrarlo pero lo detuve. No. No quiero eso. Volteó la vista para verme una última vez y se fue sin más. Volví mi vista a Luciano.
–Él... luego Midorima... se fue...
Dije con dificultad, sorbiendo la nariz de una manera para nada femenina. Luciano me alzó como princesa y fuimos por mis cosas, luego al auto, luego al hotel. En el camino no dijo nada, me dejó llorar.
En la habitación las cosas de Midorima no estaban, las de Harumi tampoco.
Se había ido...
Me había dejado..."–Eso no te lo voy a negar, ha sido un mes de mierda.
Asentí y me abracé las piernas, otra vez tenía ganas de llorar.
"–Midorima, solo necesito que hablemos... no te quitaré mucho tiempo... yo...
Me fulminó con la mirada, alargué la mano para tocarlo pero se quitó de inmediato.
–¡No me toques, maldita sea!
Gritó sobresaltándome, los chicos del equipo se voltearon a verlo sorprendidos. Me hice pequeña y me tragué el orgullo.
–Por favor...
Se me cortó la voz. Midorima seguía sin mirarme a los ojos.
–Ya no tengo asuntos contigo, lárgate.
Espetó y retrocedí. Sentí como si me hubiera dado un bofetón en la cara. Corrí lejos de él... esta es la última vez... que te voy a rogar."
–He hecho entrega de todos los trabajos y proyectos de la semana y le he dedicado mucho tiempo al patinaje. Viajo a Rusia en tres días, de todas formas.
–Bueno, eso es verdad. Y por cierto, no puedes dejar que te afecte este tema como te afectó en aquella competencia.Bufé, mi programa libre al día siguiente fue una basura. Me las arreglé para conseguir oro, pero tuve casi que morir para reponer los puntos que había perdido a causa de las dos caídas que había tenido por estar en las nubes.
–Para mi, lo más importante es el patinaje... estaré bien.
Comencé a llorar. Tonya me abrazó.
–Lo sé...
–Ay... siento como si me hubieran quitado una parte del corazón. Sonará ridículo... pero... no recuerdo... c-como eran las cosas antes de él...
–Te ha pegado duro, lo sé...Me acaricio el cabello hasta que me calmé. Tonya había hecho este proceso, todos los días, desde que había terminado con él. Estaba muy agradecida de tenerla como amiga, y a Sana también, que fue capaz de hacerme reír muchas veces para calmar mi llanto.
El timbre sonó, sobresaltándonos a ambas. Me hice bolita y Tonya suspiró, colocándose de pie para abrir la puerta.–¿Qué crees que estás haciendo aquí? ... no, vete...
Me puse de pie y me froté los ojos dirigiéndome a la puerta arrastrando los pies.
–___...
dijo y frunció el ceño con tristeza. Me abracé, sintiéndome débil, Tonya se puso frente a mi.–¿Qué haces aquí?
Musité sin ganas.
–No has respondido mis llamadas en un mes... y yo... necesito hablar contigo. Déjame hablar contigo...
–No. Vete.
Respondió Tonya con desprecio. Damien frunció más el ceño, pero solo me miraba a mi.–___, por favor...
–Déjalo entrar, Tonya.Tonya se giró a verme con mala cara. Yo más que nadie sabía lo feo que es rogarle a alguien.
Yo no quería ser la orgullosa en esta situación.
Me senté en el sofá individual y Tonya en el de al lado, Damien tomó asiento en el grande de en frente y se frotó las manos con nerviosismo.
Mierda.

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Cuando te tengo a mi lado...
Fanfiction____ creyó que tuvo todo lo que siempre deseó hasta que conoció a Midorima Shintaro.