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"Cuando patinaba sobre hielo sentía que volaba.
Era duro, pero cada caída lo valía."

Abracé a Tonya y me quedé viendo su espalda hasta que entró a la pista, luego giré la cabeza hacia la televisión y ahí estaba ella, se le veía impaciente en el buen sentido de la palabra y eso me gustaba mucho. Comencé a trotar por el pasillo, ya casi era mi turno.
El programa corto del día de ayer me había dejado en Segundo puesto, de nuevo, a diferencia de tan solo un punto. Tonya había quedado tercera.
Ayer estaba en medio de un remolino de emociones que moría por expresar y hoy... me siento tan tranquila. Midorima está en el público con mamá y papá, como ayer. ¿Los haré sentir orgullosos?
Luciano estaba en silencio, observando el programa libre de Tonya casi hipnotizado.
Hoy habían estado agarrados de la mano... me pregunto si ya estarán juntos.
Se escucharon vítores, el programa había finalizado y Tonya se deslizaba con gracia para enfrentarse al kiss n cry.

–Es hora, cariño.

Asentí.
Me siento tan ligera, pero a la vez tan llena. Tan tranquila, pero a la vez tan ansiosa...

–No te voy a decir mucho, ya sabes que hacer. Hoy... tienes en tus manos todo lo que necesitas, es cuestión de que lo uses sabiamente.

Asentí y le di un abrazo. Cuando me quité los protectores y me adentré un poco a la pista, escuché que el resultado de Tonya la había dejado en el primer lugar. Sonreí, way to go girl!

Me giré a ver a Luciano de reojo, él también estaba sonriendo.

–Tus ojos en mi, pendejo.

Me reí y él también. Me alejé y me puse en el centro a lo que saludaba a las personas presentes una vez más.
Luego me puse en posición, luego la canción.
"Cuando patinaba sobre hielo sentía que volaba..."
Sentía que volaba muy alto. Miré hacia un costado, mi padre estaba agarrado como hiedra al brazo de mi madre, llorando. Mi madre junto con Midorima que estaba a su otro lado estaban inexpresivos, pero se les veía ansiosos.
No voy a fallar, no se preocupen...
Hoy lo voy a dar todo de mi.
Dejaré 1 salto para la primera mitad y meteré los otros 5 en la segunda... eso definitivamente me va a meter en el primer puesto.
No me importa si estoy al borde de la muerte... porque esto es para ustedes... Todo para ustedes.

Todo pasó tan rápido que ni siquiera me di cuenta de que ya estaba posicionada en la pose final. Caí al hielo de rodillas... es el programa libre más duro y perfecto que he hecho hasta la fecha.
La cabeza me daba vueltas y sentía ganas de vomitar. Había roto mis límites.
Me puse de pie con dificultad y agradecí al público.
Midorima estaba de pie mirándome alarmado. Mamá y papá estaban llorando. ¿Es eso orgullo? Sonreí y con las pocas fuerzas que me quedaban patiné hasta el borde y me dejé caer sobre Luciano.

–¿Por qué has hecho eso?

Me ayudó a ponerme los protectores y luego me llevo a la banca del kiss n cry.
Joder... estaba demasiado sudada.
Luciano me puso la chaqueta sobre los hombros y me pasó el brazo por la espalda, coloqué la cabeza en su hombro completamente rendida.

–... su puntuación es ###.##
–¡Joder!
–¿Ah?
–¡Has roto el récord! ¡___!

Sonreí de oreja a oreja.

–¡Joder!

Exclamé y me abalancé sobre Luciano hasta el punto que casi hago que el banco se voltee. Tonya corrió a mi y me abrazó también apenas me separé de Luciano.

–Vas a tener mucha prensa encima ahora...

Tonya me guiñó el ojo coqueta y se fue contoneando las caderas hacia camerinos.
Bueno... ahora estoy segura de que eso no era para mi. Luciano se puso de pie sin quitarle la vista de encima.

–Volveré... luego.

Dijo él sin mirarme y salió disparado detrás de ella.
Divertida, me puse de pie para dirigirme a camerinos también pero los medios de comunicación llegaron a mi alcance. Sonreí a las cámaras y traté de responder sus preguntas lo más apropiadamente posible. En mi chaqueta estaba mi celular que estaba vibrando con violencia. Midorima.

–Lo siento, tengo que contestar... es mi novio.

Guiñé el ojo a los paparazzi que se hicieron a un lado sorprendidos creo yo y contesté.

–Hola. ¿No puedes vivir sin mi, Shintaro?
–No, no puedo... bien hecho, ___.

Sonreí bobaliconamente al teléfono y me adentré a una habitación vacía.

–Pues gracias... aunque todavía no sé si ganaré, la otra chica es muy buena.
–... ganarás.
–Lo sabré en unos cuantos minutos de todas formas.
–Eso es cierto.
–...
–Te quiero.

Casi me atoro con mi propia saliva.

–... También te quiero.
–Te veo cuando ganes.
–Sí.

Colgó y yo di un pequeño brinquito de felicidad del que me arrepentí al instante.
¡Maldición, calambre!
"Era duro, pero cada caída lo valía"
Bueno... pues sí.

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Two chapters left.

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora