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–¿Qué fue eso?

Preguntó Takao aguantando la risa. Midorima se giró enojado, caminando con pasos fuertes hacia el salón de clases. Toda persona que lo veía se hacia a un lado para dejarlo pasar, porque daba miedo, mucho miedo. Takao iba detrás de él repitiendo la escena una y otra vez en su cabeza, tratando de idear un chiste para enojarlo más. Cuando llegaron al salón de clases Midorima pidió su traje a una de las chicas y se lo dieron de inmediato.

–Wow! Una chica que no te ignora en el día!

Exclamó Takao sin poder aguantar la risa un minuto más. Midorima agarró el traje con fuerza y se dirigió al baño, casi llevándose a Takao con el cuerpo, no le dirigió la palabra, siquiera lo fulminó con la mirada.

•Sí que está enojado...

Pensó Takao ya no tan divertido. No valía la pena si no se sobre actuaba como usualmente lo hacía.
Midorima se puso su ridiculo traje e hizo su trabajo tal y como se lo pidieron, quería salir de allí lo más rápido posible.

–Midorima-kun, necesito que compres otro de estos sobres para hacer de nuevo un té tranquilizador.

Le pidió Rena con una mirada coqueta. Midorima tomó el dinero y asintió de mala gana, ignorándola por completo. Una vez más tenía que pasarse con un traje tan ridículo por toda la escuela.

–Pero hace un momento no te vi con afán. ¿De verdad tienes que ir a salón de clases ahora mismo? Mejor ven conmigo, ____-chan.

Midorima giró la cabeza de inmediato y vio la cara de enojo total escondido detrás de una sonrisa forzada... la típica cara pasiva-agresiva de ___. Dio dos pasos adelante repitiéndose a sí mismo que no le importaba un carajo hasta que escucho a ___ decir "Por favor, quítame las manos de encima"; entonces se vio a sí mismo agarrando la muñeca del imbécil que la tenía agarrada a ella y sin dirigirle la mirada a él, pero si apretándolo lo suficientemente fuerte para que se retorciera un poco de dolor, exclamó hacia ____ molesto.

–¿Qué estás haciendo idiota? Vas treinta minutos tarde y por tu culpa he tenido que hacer trabajo de más, tu trabajo. Muévete.

El chico soltó a ___.

–Lo siento.

Le dijo ____ a Midorima. Midorima fijó su fulminante mirada en el chico y soltó su muñeca, el chico apresuró El Paso hacia otro lado, lejos de él.
Midorima ahora fulminó a ___ con la mirada y siguió su camino sin decirle nada. ____ se maldijo a sí misma.

–Gracias, Midorima...

Musitó, pero Midorima la oyó y se detuvo en seco. Lo pensó unos segundos y luego se devolvió.

–¡Yo no soy el bipolar aquí! Todas, absolutamente todas las situaciones que tienen que ver contigo concuerdan con mi humor porque, tú, tú, estúpida eres la bipolar.
–No soy yo, ¿eres tú? ¿Eso es lo que me estás tratando de decir?

Midorima recuperó la compostura, aunque seguía irritado. ___ solo se quedó viéndolo sin saber que decir y al cabo de un minuto suspiro sobándose las sienes.

–Mira, no te estoy diciendo que tienes que quedarte a ser mi amigo o algo por el estilo. Si de verdad te molesto tanto, cada uno por su camino y ya está. Se acaba el problema.

___ carraspeó avergonzada y dio vuelta para seguir su camino, Midorima observó que ella ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos, la agarró del brazo y ahora él se maldijo a sí mismo.

–No.
Dijo irritado.
–No, ¿qué?
–No me molestas... demasiado.

____ soltó una mini carcajada y lo vió a los ojos, con algo de anhelo.

–¿Qué demonios significa eso?
–Significa que "somos amigos o algo por el estilo".
–Entonces ¿cuál es tu problema?

La verdad es que Midorima no tenía ni idea de cuál era el problema, ___ mucho menos. Cuando Midorima estaba apunto de responder, Rena apareció de manera "inoportuna".

–Midorima-kun, ¿el sobre de té que pedí?

Midorima frunció el ceño molesto, lo que le sorprendió de alguna manera

–Me entretuve... lo traeremos enseguida.

Rena estaba escandalizadamente molesta. Usualmente Midorima la miraba fijamente a los ojos, pero en esta ocasión, no le había quitado los ojos de encima a ___, también la tenía cómodamente agarrada del brazo. Rena tenía ganas de aplastar a ____, más que nunca. ¿Quién se creía que era esa aparecida? Midorima era suyo.

–La verdad es que vine por ___-chan, Sana-Chan cree que es hora de darle más volantes para repartir.

___ se compuso de nuevo y ahora era ella quien fulminaba a Rena con la mirada. Era cierto que ___ no entendía que estaba pasando, pero si sabía que iba a pasar algo importante.

–Oh, en serio Rena, ¿ahora mismo? Que no ves que tengo al menos 100 volantes en esta mano.

__ sacudió los volantes casi en la cara de Rena lo que la hizo enojar todavía más.

–Sana-chan fue quien dijo, no yo. En este momento no hay 100 chicos en la escuela así que estoy de acuerdo con ella. Debes ir a por más. Y Midorima, hay que comprar más cosas así que iré contigo.

Midorima soltó a __ e inconscientemente subió una de las mangas del traje de ella que dejaba al aire uno de sus hombros.

–Este es el maldito problema, p-por eso te siguen los chicos. Arregla este traje de manera decente ¿quieres?

___ se sonrojó y se tapó con ambas manos el busto. Rena casi sintió que le salió humo por las orejas, ella también se había sonrojado inconscientemente (de la rabia).

–Midorima estamos retrasados. Vámonos ahora mismo.

Salió con pasos firmes y pesados en dirección opuesta al salón de clases con Midorima pisándole los talones. ___ los vio alejarse, frustrada. "Maldita perra entrometida" pensó mientras cabizbaja caminaba hacia el salón de clases.

Cuando te tengo a mi lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora