Sus cálidas manos bajan acariciando mi abdomen, llegan al botón de mi pantalón y lo suelta con facilidad. Me quito las sandalias cuando empieza a bajar mis pantalones junto a mis bragas y un segundo después suspira.
-Podría pasar todo la noche observándote -susurra ronco y yo muerdo mi labio. Me toma por mi trasero y con cuidado me acuesta en su enorme cama. Escucho cuando se deshace de sus pantalones y luego se hunde en la cama-. Tienes unos senos preciosos -se inclina y se lleva uno a la boca jugando y chupando a su antojo-, no te contengas -sonrío sin dejar de morder mi labio.
Su boca sube hasta mi cuello y toma un poco de mi piel chupando fuerte.
-No dejes marcas -le ordeno y él se aleja de mi cuello para acercarse ahora a mi rostro.
-¿Qué has dicho?
-Sin marcas -repito sintiendo sus labios cerca. ¡Quiero verlo joder!
-¿Me estás dando una orden? -susurra ronco y me quedo callada pues en menos de un segundo me gira sobre el colchón y me posiciona en cuatro. Escucho el sonido de la protección rasgarse y luego de proteger su miembro se introduce sin cuidado dentro de mí.
-Joder... -Me quejo y me azota la nalga derecha.
-Basta de darme órdenes Andrea... Yo soy el jefe, yo mando -muerdo mi labio y mis manos se enredan entre las sabanas, recibiendo sus fuertes estocadas que quieren llevarme al límite en un segundo-. Dios... -Jadea- Me encantas... -Eso último lo dice en ruso.
Que manía de no querer que lo entienda.
-No puedo entenderte...
-Es mejor... -Sostiene más fuerte mis caderas para entrar y salir a su manera y no me puedo contener, incluso muerdo la sabana para evitar gemir y él se da cuenta-. No te resistas -azote en la misma nalga-, vamos, serás mía de todas formas.
-No...
-¿Cómo? -dice bajando su ritmo y moviéndose despacio, esto hace todo más placentero, jodido ruso.
-No soy tuya...
-Repitelo.
-No soy... -Acelera sus movimientos sin piedad y yo simplemente no puedo contenerme más, su manera de tomarme, sus gemidos y su miembro divino hacen que llegue al límite gimiendo fuerte su nombre- Dios David...
Puedo escucharlo sonreír y sin darme tiempo a nada me gira, tomo aire tratando de recuperarme de uno de los mejores orgasmos de mi vida. Siento su mirada consumiendo cada espacio de mi cuerpo y con muchas ganas de verlo llevo mis manos hasta la corbata y hago el ademán de quitármela.
-No -dice firme y me aparta las manos de mis ojos-, no hemos terminado.
Joder, mierda, joder.
Un segundo después se clava en mi interior y apoyando su peso en sus antebrazos entra y sale de mí manteniendo su rostro junto al mío.
-Fue el mejor gemido que pude haber escuchado -susurra sobre mis labios y ya lo puedo imaginar con una estúpida sonrisa en el rostro, pongo los ojos en blanco en mi mente y luego siento que muerde y tira de mi labio inferior-. ¿Qué he dicho sobre ese gesto? -mojo mis labios ¿acaso lee mentes?- No leo mentes, pero sé que tuviste toda la intensión de poner los ojos en blanco ¿verdad?
Coloco mis manos en sus mejillas y recibo cada estocada de él, me está volviendo loca.
-¿Quieres volverme loca?
-¿Se siente horrible verdad?
-Dios... -Halo su cabello cuando estoy cerca de nuevo.
-¿Otro gemido? -dice en tono burlón pero sin aire como yo-. Vamos, dame un tercero.
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Como dice el Jefe
RomanceDavid Novikov. Ruso. Volará de su país para hacerse cargo del bufete de abogados de su padre. Justo. Controlador impulsivo. Sentimientos no entra en su vocabulario, dice que es para débiles. Tres reglas: Ser puntual. Nunca interrumpirlo. No hacer pr...