Capítulo 19

436K 19.3K 18K
                                    

Mi hermano me escucha desde el taburete junto a la pequeña encimera y yo estoy recibiendo mi quinto shot doble de vodka. 

—Entonces todo esto es por un ruso imbécil que ocultó estar casado —niega con la cabeza y mira la botella—. Que oportuno soy al traer la bebida alcohólica típica de ese país.

Sonrío y bebo el contenido de mi pequeño vaso.

—Lo peor es que al llegar, Daniel y yo nos lo topamos en el ascensor. Iba con una zorra que formará parte del bufete de aquí.

—¿Te provocó?

—Durante todo el maldito trayecto.

—No me gusta que digas esa palabra.

—Lo siento, el alcohol me pone así. Pero tú la dices cada vez que te enojas.

—Exacto, yo. En una mujer se escucha horrible y mucho más en mi hermanita. —Dejo los ojos en blanco y sonríe—. Entonces sí te provocó —se levanta con su trago en mano y se acuesta a un lado de mí—. No tendrá sexo con ella.

Arrugo mi ceño y él bebe un trago.

—¿Cómo lo sabes?

—Soy hombre, amamos provocar, molestarlas, producirles celos, hacernos los más desinteresados para volverlas locas y mucho más si a la que queremos se encuentra saliendo con otro.

—Que hijos de puta...

—Ustedes viven provocandonos, es justo que no nosotros lo hagamos cuando no nos quieren cerca. —Aprieto mis labios para no Sonreír— Lo menos que hará ese ruso será tocarla. Te apuesto lo que sea a que esa mujer ya no se encuentra en su suite.

—No lo sé —me acuesto cubriendo mi rostro con una almohada—. Él se veía muy seguro.

—Quiere jugar con tu mente, que siempre pienses en él —lo miro y sonríe—. Funciona ¿verdad?

—¿Por qué son tan crueles?

—Porque ustedes nos vuelven locos.

—Suenas como si estuvieras de su lado.

—Por supuesto que no lo estoy, eres mi hermana joder siempre estaré de tu lado enana —sonrío y besa mi frente—. Solo que por otro lado lo entiendo, él quiere intentarlo contigo pero eres dura como piedra y sales con otro delante de él.

—Daniel y yo solo somos amigos.

—Pero coquetean y David solo verá eso, no le importará las veces que le digas que son amigos.

—Joder —suspiro—, mi vida es un desastre.

—Estarás bien —se levanta y se quita la camisa, los zapatos y los pantalones. Lo miro extrañada y sonríe—. Recordaremos viejos tiempos —se acuesta y sonrío—, dormire contigo hoy.

—Que lindo eres —digo mirándolo tierna y acercándome a su lado de la cama.

—No te creas importante, solo lo hago porque no puedo volver a casa con todo lo que bebí.

—Idiota —golpeo su pecho y riendo me hala y me acuesta junto a él.

—Sabes que miento —besa mi cabello y yo sonrío abrazándolo—. Sabes que estaré siempre para ti princesa, no soy mujer pero me gusta escucharte y aconsejarte. Si ese ruso te miente de nuevo o se mete contigo para lastimarte, no dudaré en matarlo.

—Te amo.

—Te amo —deja otro beso en mi cabello y suspiro, siempre ha sido así conmigo, siempre me ha cuidado y siempre me dejó dormir con él cuando tenía pesadillas, miedo o me sentía mal, como ahora.

Como dice el JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora