David Novikov
La cara de mi padre al escuchar todo lo que le digo a mi madre es indescriptible, hasta deja su café a un lado y mira a mi madre como yo, esperando una respuesta coherente que justifique todo lo que hizo junto a Eduard.
—Habla Melanie, yo también quiero escuchar tus absurdas razones para que nuestro hijo se hiciera cargo de un hijo que no es suyo —suelta mi padre con ese tono de voz ronco con el que tanto nos comparan.
Mi mamá nerviosa empieza a jugar con su collar de perlas y le cuesta decir sus primeras palabras, creo que todavía esta en shock porque ya lo sé todo.
—Yo... Solo lo hacía por el bien de la familia David...
—¿Bien? —repito incrédulo—. ¿Qué bien podía hacerme seguir en un matrimonio en el que no era feliz? —traga grueso y baja la mirada, sonrío— Lo hacías para no manchar nuestro apellido ¿verdad?
—David...
—¡Claro! ¡David siempre lo caga todo! ¡David no puede hacerse cargo del bufete en Rusia, David sale de fiestas todos los días, David no se ha casado, David no podrá manejar un bufete solo! ¡Todo lo hiciste para no machar más el apellido, todo por el qué dirán de las personas, todo por fingir que somos la familia perfecta cuando tú muy bien sabes que no lo somos, que nadie aquí es perfecto!
Sus ojos no tardan en llenarse de lágrimas y mi padre todavía incrédulo al ver que mi madre no responde se levanta y se pone justo a mi lado. Se guarda una mano en el bolsillo y enfrenta a mi madre.
—¿Todo es cierto Melanie? ¿Esos fueron tus motivos?
—Lo siento... Perdonenme por favor...
—Joder —dice mi padre y le da la espalda negando con la cabeza levemente.
—Estaba el importante contrato con Sergey... El desfile y... Un divorcio en estos momento...
—¡Sí Melanie, sí, habría sido duro, pero eso no es lo primero, no es lo primordial!
—¡Tú mismo nos decías que los negocios y la reputación era primero que nada...!
—¡Y gracias a Dios logré cambiar mi pensar! Me di cuenta que la familia y nuestra felicidad siempre serán primero que cualquier negocio, porque en la casa están los que te quieren por lo que eres y no por lo que tienes como en los negocios.
—Christian...
—Y me arrepiento porque gracias a esa actitud que tenía Eduard es como es —susurra mi padre y mi madre seca sus lágrimas.
—Lo siento... Lo siento mucho... —Dice mi madre observándonos, con sus manos rozando sus labios para contener un llanto— Yo solo quería protegerte David... Andrea podía ser una mujer como Oli...
—No —la señalo interrumpiendola y acercándome a ella despacio—. Que no se te cruce por la mente compararla con Olivia porque desde el primer momento sabías que Andrea era diferente.
—No...
—Claro que sí mamá —insisto—. Yo entiendo que querías protegerme de que nadie me engañara de nuevo pero, sabías que ella me hacía bien, sabías que ella no estaba por mi dinero y sin embargo ¿decidiste engañarme?
—Perdón hijo... Eduard también me puso a dudar de muchas cosas y...
—Claro, Eduard siempre tiene la razón ¿no? —bufo y me alejo.
—Tengo mucho en qué pensar —dice ahora mi padre—. Si antes te preocupaba que el divorcio de tu hijo manchara el apellido pues preocupate mucho más ahora. No serán uno sino dos divorcios, pues ahora no sé si quiero seguir casado contigo.
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Como dice el Jefe
Любовные романыDavid Novikov. Ruso. Volará de su país para hacerse cargo del bufete de abogados de su padre. Justo. Controlador impulsivo. Sentimientos no entra en su vocabulario, dice que es para débiles. Tres reglas: Ser puntual. Nunca interrumpirlo. No hacer pr...