Capítulo 29

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David Novikov

Once horas de vuelo y ya estoy en Rusia. Suspiro al llegar, me habría encantado estar con ella en su cumpleaños, pero debo hacer esto, debo resolver por mis propios medios mis dudas con respecto al bebé de Olivia.
Subo al auto que me espera en la pista y luego de dar los buenos días, pues aquí en Rusia ya es sábado, me llevan a mi departamento. Por supuesto que no me quedaría en la casa que compartía con Olivia, ella sigue viviendo ahí, de lo contrario ya la habría puesto en venta.

No se me hace extraño notar paparazzis afuera, Rob bufa cuando los nota y al bajar del auto no tarda en posicionarse delante de mí.
Subo al ascensor luego de saludar al vigilante y una vez paso la tarjeta de seguridad y alumbra una luz verde marco el código que me llevará a mi piso, es el último.
Un trabajor del edificio me ayuda dejando mis cosas en la entrada y luego Rob lo acompaña a la puerta.

Miro el reloj junto a la cocina, 8:20am, luego miro mi reloj de muñeca y aprieto mis labios, son las 6:20pm en Estados Unidos, mi pequeña de seguro debe de estar arreglando para salir a celebrar su cumpleaños. Espero que me haga caso y deje que Jake la acompañe, detestaría saber lo contrario.

Decido tomar una ducha relajante, no dormí mucho en el viaje y acostumbrado al horario americano dudo mucho que pueda mantenerme despierto todo el día aquí en Rusia.
Cuando el agua cae sobre mi cuerpo mi mente viaja a la reacción de Andrea al verme fuera de su casa con el ramo de flores, sonrío al recordar su rostro impresionado, sus ojos recien despiertos, su manía nerviosa de humedecer sus labios, su manera de evitarme pero de querer estar conmigo a la vez. Bufo. Bufo, porque sé que merece algo mejor que un idiota que ni siquiera se ha divorciado y que todavía tiene esperanza de que el bebé que espera no sea suyo.
No voy a mentir, por supuesto que quiero un hijo, me he ilusionado un poco con que alguien me llame papá pero me ha tocado compartir con Olivia desde que sé el embarazo y siempre he imaginado que existe una conexión entre el bebé y los padres, y yo, todavía no siento esa conexión, por eso dudo, dudo mucho que ese pequeño sea mi hijo.
Suspirando de nuevo saco el jabón de mi cuerpo y me coloco una toalla, salgo hacia mi vestidor todavía pensativo y luego de vestirme con una ropa cómoda me acuesto en la cama para intentar dormir un poco, pero antes de lograrlo cojo mi celular y la llamo, quiero escucharla.
No contesta, lo intento de nuevo y de nuevo no contesta, aprieto mis labios y marco una vez más.

-Joder, que insistente puede llegar a ser señor Novikov -escucho esa voz juguetona que solo aparece cuando mi pequeña bebe un poco de más.

-¿Debo llamar tres veces para que me contestes? -replico tratando de no enojarme.

-Bajame el tono de enfado, aquí todavía es mi cumpleaños.

-¿Dónde estás? -pregunto cuando escucho gente, risas, y un poco de música.

-Cenando con mis amigos.

-¿Y luego? ¿Irás a casa? -ríe y yo me siento, suspiro-. Sin juegos Andrea.

-Iré al club.

-¿Jake está contigo?

-Sí -me calmo un poco al escuchar su afirmativa.

-¿Debo preocuparme de algo?

-No.

-¿Segura? -insisto cuando la siento dudosa.

-Segura David... Oye Andre, gracias por invitarme ¿nos vemos mañana en lo de tu madre?

Mi ceño se hunde al escuchar esa voz masculina de fondo. ¿Brody? ¿Brody está en la cena de MI pequeña?

-Claro, nos vemos mañana -la escucho despedirse y me levanto de la cama caminado hacia la ventana, me invaden los celos joder, detesto que se vea con ese hombre-. ¿David? -dice ahora al notar el silencio de mi parte.

Como dice el JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora