Capitulo 7

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Capítulo 7 | BONDADES DE UN LANNISTER

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Capítulo 7 | BONDADES DE UN LANNISTER

Mientras los días avanzaban y Robb enviaba cuervos a las casas abanderadas para reunirse próximamente en Winterfell, Aurora trataba de seguir un ritmo pacifico dentro del castillo; el único consuelo a su soledad era esperar cualquier momento del d...

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Mientras los días avanzaban y Robb enviaba cuervos a las casas abanderadas para reunirse próximamente en Winterfell, Aurora trataba de seguir un ritmo pacifico dentro del castillo; el único consuelo a su soledad era esperar cualquier momento del día en el que Robb apareciera para pasar tiempo con ella, pero los días se habían comenzado a volver tristes e incesantes y Aurora trataba de cuidar de Bran y Rickon.

Aquel día, había escuchado que un Lannister había llegado fuera de las murallas de Winterfell y que pronto estaría en las puertas del castillo, en cuanto supo que se trataba de alguno de ellos, rápidamente se puso nerviosa al pensar que podría tratarse de Jaime, pero su mente le dejó claro que él no tenía ni una sola razón para volver a Winterfell y además el Joven León como solían decirle o el Matarreyes, no se arriesgaría a visitar Winterfell cuando era el principal sospechoso del accidente de Bran. Así que, el Lannister que fuera, Aurora no quería verlo.

Por lo que, mientras Robb resolvía algunos asuntos como Lord de Winterfell, Aurora acompañó a Bran toda la mañana, en silencio mientras él dormía, pensó que en un momento así en su mundo, podría tener su móvil en las manos y pasar el rato mientras espera que el niño dijera alguna cosa, pero no estaba en su mundo, estaba en ese presente tan mágico y extraño del que no quería huir jamás.

Bran había dormido cerca de tres horas y Aurora ya estaba preparándose para despertarlo y mandar a pedirle su cena, incluso pensaba en ir por el pequeño Rickon que estaba al cuidado de una de las sirvientas que habían trabajado fervientemente para lady Catelyn, Aurora frunció el gesto al recordar que Lady Catelyn peleaba con el pequeño Stark ya que éste no toleraba a la sirvienta que lo cuidaba siempre.

Mientras Aurora pensaba en levantarse y pedirle a la vieja Tata que se quedase con Bran para ir en busca de Rickon, Bran despertó con un salto abrupto abriendo los ojos que casi se salen de sus orbitas, no bastó otro segundo más para que la puerta de su habitación se abriera rápidamente dejando entrar a un Theon más erguido sobre sí mismo que otras veces.

Al Aurora notar que solo se trataba del Greyjoy desvió los ojos de él y miró a cualquier otra cosa que no fuera Theon. Verlo le daba mala espina, como si supiera que Theon escondía su verdadero yo. Lo odiaba, era una de las pocas personas que podía tolerar en su vida.

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