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Capitulo 38 | Ian se da por vencido
—Hay que llevarla al hospital — intervino Ian
—Tú no tienes derecho a opinar — exclamó Robb aniquilándolo con la mirada.
Ema iba de un lado para otro con Ned en brazos, que no dejaba de llorar debido a toda la tensión emocional.
—¿Y qué te crees tú para advertirme sobre lo que tengo derecho o no?
—Su esposo
Ian frunció el ceño y suspiró volviéndose a su lugar.
—Ustedes dos — apuntó Ema — cayense la maldita boca — se acercó a Robb — y tú, ten a tu hijo por un rato.
Robb recibió a su retoño con manos torpes, temiemdo que el niño no cesara con su llanto, lo sostuvo en el aire de manera tensa, no obstante, el pequeño niño que tenía claramente dibujado sus rasgos en el rostro, dejó de llorar para contemplar al hombre frente a él.
—Hola — susurró Robb mientras Ian contemplaba la escena — Eddard.
—Es Ned — irrumpió Ian
Robb lo miró furioso.
—Si no te callas, te juro que...
—Robb... — Aurora abrió los ojos, pero antes de hacerlo el nombre de su esposo brotó de sus labios como un ultimo adiós, de modo que el ex Rey en el norte, se acercó a ella con Ned en sus brazos, la chica se sentó lentamente sobre la cama en la que yacía dormida hace un par de horas — Robb — repitió incrédula.
—Volví por ti, Aurora, estoy aquí, contigo... como te lo prometí
Ella sonrió mientras posó su mano sobre la mejilla de él.
—Jamás perdí la fe
Robb atrapó su mano y la llevó a sus labios para besarla.
—Lo sé — declaró.
A lo lejos, Ian observó la escena, cautivo de sus celos se movió lejos del cuarto de Aurora, llegó al comedor y metiéndose en la cocina sacó una cerveza del congelador, luego de destaparla, se acercó al ventanal apoyando el hombro en el umbral y mirando la estrellada noche.
La puerta del cuarto de Aurora se cerró y los pasos quedos, le avisaron que Ema también había dejado solos a los tortolos, no pasó mucho tiempo hasta que ella lo acompañara con una cerveza a su lado.
—Pensé que ya lo habías aceptado — dijo Ema
—Es diferente con él aquí, es más... real — Ian le dio un sorbo a su botella y luego se limpió la boca con la mano — antes, cuando ella lo mencionaba, me hacía sentir que podía existir una pequeña posibilidad de voltear el destino. Pero esto es diferente, caí de golpe en el pavimento... un ciego, sordo y mudo puedo darse cuenta de lo mucho que se aman.
Ema suspiró.
—Te entiendo, sé como te sientes
Ian miró a Ema con curiosidad.
—¿Te has enamorado, tú?
—¿Qué tiene? ¿Crees que no puedo? Soy una persona, con sentimientos. Por si no te has dado cuenta
—Creí que no tenías sentimientos
—¡Hey! — la morena pegó un golpe en el hombro de Ian — claro que tengo sentimientos.
—¿Y de quien te enamoraste, Ema? Distráeme, por favor — suplicó irónico.
—Hace mucho tiempo, no vale la pena remover sentimientos del pasado. Confórmate con saber que te entiendo
—Entonces podríamos decir que somos dos corazones rotos
—Personas rotas
—Perdidas — agregó él enfocando su mirada en los ojos marrones de Ema
—Solas
Ian asintió sintiendo una extraña necesidad de acercarse más a ella.
—¿Quieres salir de aquí? — le animó Ian
—¿Crees que sea buena idea?
—¿No lo quieres averiguar? — le instó él
—No soy esa clase de chica alocada
—Pues sé una esta noche — Ian dejó la botella sobre la mesa y extendió una mano delante de la morena — ¿Por favor?
Ema se mordió el labio dudosa, miró hacia la puerta donde estaban Aurora, Robb y Ned y luego volvió su vista a Ian.
—No creo que sea una buena idea
Ian giró los ojos.
—¿Prefieres quedarte sentada en el sofá viendo como esos dos derrochan su amor frente a los pobres? — Ian tomo la mano de Ema tomándola por sorpresa — ¿Te has divertido alguna vez, Ema?
—Creo...
Ian sonrió y le quitó la botella de las manos dejándola junto a la suya.
—Larguémonos de aquí
Siendo arrastrada por Ian,Ema le dio una ultima mirada a la puerta del cuarto de Aurora, ¿Bien o mal?¿Dejaría de pensar en lo correcto por un momento?
