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Capitulo 22: Valar Morghulis
POV Robb
Por un momento me quedé observando el lugar por donde ella había desaparecido, con la vaga esperanza de que pudiera aparecer otra vez. Cuando lo consideré, estuve de acuerdo conmigo mismo en que ella no iba a regresar, por mucho que esperanzas tuviera; el grito desesperado de las personas me sacó de ese trance doloroso en el que me encontraba y me hizo reaccionar rápidamente.
Tomé mi espada y corrí de vuelta al campamento, pretendía luchar y morir si acaso era necesario, pero cuando bajé la colina, la voz de una niña que me estremeció me llamó desde la oscura sombra de un árbol.
—¡Robb! ¡Robb! ¡Aquí! — gritó.
No podía verla con claridad debido a la oscuridad, estaba a un paso de meterme en el campamento y luchar y a otro de correr en dirección a la niña, ella agitaba sus brazos y daba pequeños saltos para hacerse ver, si Aurora hubiera estado ahí ella me hubiera dicho que debía ir por la niña.
Así que eso fue lo que hice, corrí de manera que llegué a ella rápidamente y antes de que pudiera detenerme ella corrió a mí y se abrazó a mi cuerpo mientras lloraba desconsoladamente, estaba perplejo, pero dejé de estarlo cuando ella levantó la cabeza para verme a los ojos.
—¿Arya?
Ella sonrió y apartándose se secó las lágrimas, ella estaba viva... a salvo.
—Escuchen, sentimentales de mierda... no hay tiempo para darse abracitos y contarse historias, si no nos vamos ahora van a matarlos a ustedes dos y yo no voy a hacer nada para evitarlo — un enorme hombre con una armadura negra y gastada salió detrás del tronco con la mano en su espada. Arya puso los ojos en blanco y cuando la tenue luz de la luna le dio en la cara al hombre pude identificarlo.
Sandor Clegane, el perro.
Empuñé mi espada ante él y empujé a mi pequeña hermana detrás de mí para defenderla.
—Aléjate, perro
—No tengo tiempo para tus niñerías niñito Stark
—Rey, Stark — le recalcó Arya y se volvió a invitándome a bajar mi espada — descuida Robb, él está conmigo.