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Capitulo 32 | Esperanzas
—Mam... mamá
—¡Lo dijo Ema! — gritó Aurora desde la cocina, la morena no tardó en aparecer corriendo.
—¡Demonios! — maldijo — me lo perdí otra vez.
Aurora sonrió mientras grababa con la cámara al pequeño Ned que acababa de decir su primera palabra como por enésima vez.
No había pasado mucho desde que Ian había dejado de ir a verlas, Aurora no podía culparlo, ella se lo había dicho, respetar y ser amigos o alejarse y no serlos y al parecer él había escogido la segunda opción. No obstante, ella siguió con su vida como de costumbre y con los días, Ned había dicho su primera palabra y ya había comenzado a gatear por todas partes, los meses pasaron más rápido de lo que ella hubiera esperado.
Ema tomó en brazos a Ned mientras lo hacía reír, Aurora dejo un café sobre la mesa para su amiga.
—No vayas a perder tu vuelo — le recordó, Ema asintió tras depositar un beso en la cabellera rizada de Ned
La madre de Aurora había vuelto a Irlanda y había vuelto a la casona que había comprado en la pradera, el plan de Ema era viajar hasta allá con el collar de Aurora e intentar aplicar el hechizo, no estaba segura de si acaso podía hacerlo funcionar, pero si lo hacía... ella podría hacer contacto con Robb y o traerlo o llevarle a Aurora.
—Deberías ir — le dijo Ema dejando a Ned en la alfombra dentro del corral, el pequeño gateó hasta un caballo de madera ambas mujeres lo miraron detenidamente
—No creo que sea seguro para Ned, no está acostumbrado a los viajes largos...
Ema se llevó la taza humeante de café a los labios.
—Parece como si supiera de donde viene — meditó Ema tras ver a Ned.
Aurora sonrió.
—Parece que sí
Al cabo de un rato y luego de terminar su café, Ema fue por sus maletas mientras Aurora le llamaba el taxi, tomó a Ned para despedirse de él.
—Cuídate pequeño colorín — le dijo — no me extrañes, que volveré pronto.
—Mamm... mammá — masculló el niño estirando los brazos hacia su madre
Aurora se rió.
—Parece que se enojó contigo — bromeó — no quiere que su tía Ema lo deje.
—Hay mi pequeño colorín — le dijo — todo esto lo hago por ti.
Ambas amigas se despidieron en la puerta, Ema miró hacia atrás antes de subirse al taxi y vio al pequeño Ned decirle adiós con su diminuta mano, la cara de Aurora le recordaba que de ella dependía su felicidad y que tenía que hacer lo imposible por volverla a encontrar con su amor.
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