Capitulo 23

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Capitulo 23: Encuentro extraño

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Capitulo 23: Encuentro extraño.

POV Aurora

Tres meses después.

Nunca me gustaron los hospitales, al menos no desde que vi a mi padre dentro de uno. Desde entonces los odiaba, porque ninguna de las personas que trabajaba ahí había podido salvarle la vida. Cuando crecí mi odio no aumentó, pero si mi recelo hacia el lugar odiaba tener que ir solo para hacerme algún chequeo cuando me enfermaba.

Sin embargo, años después... quien diría que iba a tener destinada a estar en uno de ellos por toda la vida.

Cuando volví aquí, jamás me imaginé que la relación con mi madre iba a cambiar tanto, ella de alguna manera convenció a su esposo en mudarse a Nueva York y yo sinceramente no podía imaginarme la cara de su esposo con el fuerte cambio de un lugar rural a uno completamente distinto, ella compró un apartamento cerca de donde Ema y yo vivíamos y me visitaba constantemente. Me acompañaba a la reunión con el doctor cada vez que Ema no podía y tenía mi cuarto lleno de regalos para el nuevo bebé que venía en camino.

Su vida pareció cambiar para bien con mi regreso y tal vez el temor de perderme la hizo cambiar conmigo; sin embargo... mi vida carecía de sentido desde que había vuelto.

Tenía miedo de todo, incluso de comer, incluso de encender la televisión.

Había estado tanto tiempo en ese mágico lugar que la televisión incluso me daba miedo, prefería sentarme en mi cama e intentar escribir, lo hacía por las noches, pero nada me resultaba, ponía mis manos sobre las teclas y lo único que lograba escribir siempre era; Vuelve a mí, por favor... y luego empezaba a llorar por horas, Ema entraba en mi cuarto y me repetía que llorar no le hacía nada de bien al bebé.

Y entré en razón.

El pequeño ser dentro de mí era lo único que me quedaba de Robb, no podía volver a ver a su padre, pero teniéndolo a él iba a verlo cada día, verlo crecer y cada día parecerse más a él.

Pero aún así, aunque intentaba con todas mis fuerzas mirarme en el espejo y decirme a mí misma que debía superarlo y que lo estaba haciendo bien, me mentía a mí misma. No pasaba mucho tiempo antes de que volviera a sumirme en mi sufrimiento. Mi vida jamás iba a volver a ser igual y aunque pasaran los años sabía que jamás iba a poder superar todo lo que viví en ese lugar, que jamás iba a poder superar a Robb.

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