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— ¿Por qué lo hiciste?
Los azules ojos de Aurora estaban fijos e imponentes sobre los de la mujer roja, que parecía perdida y arrepentida, no solo de los echos que llevaron a Aurora mantenerse toda su vida alejada de su hermano mayor, tal vez, de otros echos que anteriormente le había fallado, después de todo, luego de la muerte de Stanis Baratheon se había sentido tan inservible.
— Tú madre me lo suplicó, ella lo hizo por el bien de ustedes
Ian, estaba detrás de su hermana, haciéndole guardia. Su nueva vestimenta, de armadura ligera y espada le sentaba muy bien ahora, que sabía de donde provenía.
— Pero ¿Por qué no hiciste nada para evitar que nos separáramos?
— Una no entiende los designios del señor de la luz, él lo quiso así y así es como pasó
Ian gruñó, haciendo a un lado a su hermana para enfrentar a la bruja, que bajó la mirada asustada.
— Sé que no es tu culpa, pero tú sabías todo... pudiste haber hecho algo y no hiciste nada.
— ¡Les hice un favor! — exclamó — si se hubieran quedado aquí, Tywin Lannister los hubiera perseguido hasta matarlos, tener bastardos no formaba parte de su criterio, con suerte soportó al gnomo de su hijo.
— Esa no es excusa para haberte quedado callada por tanto tiempo — agregó Ian — supiste quien era Aurora en el momento que viste los recuerdos de Robb, lo sabías y no se lo dijiste.
La bruja se quedó callada, Aurora tomó el brazo de su hermano y lo jaló hacia atrás, cuando unas fuertes pisadas sobre la nieve hicieron que todos giraran sus cabezas al Rey del norte, Jon Snow se abrió paso por el pasillo con su característica expresión nula.
— Melissandre — espetó , la bruja miró al Rey como si supiera lo que iba a decir — ¿Es cierto que asesinaste a la hija de Stanis como sacrificio para tu maldito dios?
Los ojos de la bruja se cristalizaron, Jon tenía las manos convertidas en puño. No tenía nada en contra de la mujer, ella lo había traído de vuelta a la vida, le debía mucho, pero Davos tenía razón, ella era malvada y estaba loca y por mucho que Jon sintiera que le debía algo importante, tenía que alejarla.
— Sí — asintió con pesar
Jon respiró, deseó no haber oído aquello. Sus ojos vagaron hasta Aurora, verla le parecía una encrucijada, nunca estuvo enamorado de ella, pero tenía que admitir que era una belleza andante, su presencia en Winterfell era como un anima, Jon se encontraba exaltado cada vez que la veía.
— Entonces, es mi deber, como Rey del norte, desterrarte de mis tierras y del norte, márchate... antes de que me arrepienta de ser misericordioso contigo — ordenó, Ian titubeó, la bruja era la única que sabía sobre el paradero de su madre.
— Tu madre murió, niño — le dijo la bruja, adivinando su pensamiento
Aurora cerró sus ojos y su agarre se hizo más fuerte alrededor del brazo de su hermano.
— Lo... siento — murmuró Jon acercándose a ella — sé que tenías asuntos con ella, pero tenía que hacer lo correcto.
— Ya no tengo asuntos con ella, ya no más — respondió abriendo los ojos
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— ¿Mami? — Ned tironeó del vestido de su madre mientras se encontraba a un costado de ella — ¿Qué sucede?
Aurora bajó la vista hasta su pequeño que había crecido considerablemente con el tiempo.
— Jaime Lannister ha venido — le contó con una sonrisa poco alegre — ¿Erla? ¿Puedes llevar a Ned adentro?
Su doncella asintió y tomó la mano del pequeño para llevárselo.
La mano de Robb apretó la suya en un intento de calmarla.
— Conserva la calma, amor — le susurró con suavidad.
Aurora sonrió.
— Estoy bien — murmuró, pero en realidad no lo estaba.
Habían pasado años, nuevamente sin saber nada del Lannister, lo último que supo que fue se había convertido en el guardia personal de Cersei y que se iba a unir a ellos en la batalla contra los caminantes blancos. Lo que no sabían todos, era que Jaime Lannister iba a llegar solo.
Ian apareció junto a su hermana, con la mano en el mango de su espada.
— Al fin llegó el día, ¿No?
Aurora asintió.
— El día en que nuestro hermano mayor, sabrá de nuestra existencia
Ambos bastardos se miraron fijamente y asintieron, al mismo tiempo que Jaime Lannister, entraba montado de un caballo, por las puertas de Winterfell y todo... permaneció en un terrorífico silencio.
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— Así que esa es la razón por la cual sentía esa misteriosa conexión contigo — comentó Jaime, observando a Aurora fijamente a los ojos, luego miró al chico a su lado, su altura y su postura lo hacían recordar a su fallecido padre, incluso sus facciones eran parecidas a lo que Tywin Lannister fue en su juventud — y tú — se acercó a él, tomando los brazos de Ian y sintiendo la musculatura — mírate, eres fuerte y te pareces a él.
— Si crees que diciendo eso, voy a llorar, pierdes tú tiempo — exclamó Ian furioso — él nos quería muertos.
— Tal vez — musitó soltandolo — así que... son bastardos, mis bastardos hermanos.
Jaime se alejo hacia la chimenea pensativo, su corazón se sentía pleno de la noticia, pero aún asi tenía miedo del porvenir.
— Jaime... — sintió los dedos delgados de Aurora en su hombro y se giró para encontrarse con sus ojos, lo único que Aurora había heredado de los Lannister había sido el caracter y la fiereza — Solo queríamos que lo supieras, sabemos que tienes que ir con Jon para conversar sobre lo que pasó en desembarco, pero... necesitaba, que lo supieras.
Él apretó sus manos devolviendole el gesto.
— Me hace feliz saberlo — respondió mirando a su hermano también — me hace feliz tenerlos a los dos.
Ian asintió en respuesta, pero se tragó un nudo en la garganta. Todo estaba siendo un poco duro para él, todabía le costaba trabajo asimilar su nueva vida, pero cuando pensaba que ahí era donde pertenecía y donde perteneció siempre, lo olvidaba, como si vida en el otro mundo, jamás hubiera existido.
— Te quiero, Jaime — le dijo Aurora — siempre he sabido que te quiero.
Jaime acarició el rostro de su hermana menor y se sintió orgulloso.
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GUARDA PROMESAS | Robb Stark |
Fanfiction"Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama". Alfred de Musset Créditos a @Sleepingkylo, por el hermoso book cover ❤