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Capitulo 40 | Revelaciones.
El sonido de la cafetera hizo que Aurora apartara la embobada vista del hombre que frente a ella, sentado en una alfombra jugaba con su hijo; parecía increíble pero ahora que tenía ambos juntos podía notar las muchas similitudes entre ambos, el cabello intensamente rojizo de Ned hacía juego con las hebras rojizas del cabello de su padre.
Aurora suspiró; ¿Acaso eso podía ser real?
Vertió el café en su taza con cuidado cuando dos manos fuertes rodearon su cintura, el Stark dejó caer su mentón en el hombro de su esposa y aprovechó de aspirar su rico aroma a lavanda sales de baño.
—Te sienta bien esa cosa que llevas sobre ti
—Se llama "bata" Robb — sonrió ella depositando la taza sobre la mesa de la cocina, Ned gateó hacia su padre y lo tironeó de los pantalones
—Oh chico — le dijo tomándolo en brazos — ¿Es que no me dejas ni un rato a solas con tu madre?
Y tenía razón.
Desde que Robb llegó al siglo de Aurora, a su mundo, el pequeño Ned había dejado mucho que hacer, consiguieron conversar y contarse todas las cosas que habían pasado tras haberse separado, un par de besos que intentaron pasar al otro lado, pero... de ahí a eso, nada más. Ned se ponía pesado y pedía mimos de ambos como si hiciera las cosas a propósito y a pesar de que Aurora no podía más que sonreír ante el hecho caprichoso de su hijo, Robb parecía estar a punto de perder los estribos, demonios, qué todo lo que quería era un momento a solas con la mujer a la que no tocaba hace más de un año.
—Seguro tiene hambre — agregó Aurora extendiendo los brazos hacia Ned.
—Sí — musitó Robb echando un ojo al escote de la bata de aurora — papá también, ¿Sabes?
Aurora lo miró con unos enormes ojos desaprobatorios mientras recibía al niño, pero meneó la cabeza y se largó a reír nerviosamente cuando Robb encogió los hombros y se sentó para tomar el raro desayuno del cual todavía no estaba acostumbrado. ¿Cereales con leche? ¿Qué era eso? ¿Y donde estaban los huevos y la carne de cerdo?
—Estoy preocupada — dijo Aurora — hace dos días que Ema no me responde las llamadas, no es normal. Ni Ian me responde
—¿Crees que estén... juntos? — preguntó Robb con inocencia mientras se echaba a la boca una cuchara de cereal con leche
Aurora suspiró y recostó a Ned en sus brazos para que pusiera la boca en su pecho y comenzara a alimentarse a través de ella, Robb trabajó muy duro para apartar la vista.
—No lo creo, Ian no es la clase de chico que podría gustarle a Ema...
