Capitulo 37

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Capitulo 37 | Un inesperado reencuentro

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Capitulo 37 | Un inesperado reencuentro

Ian acompañó a Aurora para ayudarla a abrir la florería, todo se sentía como si ellos jamás hubieran estado separados por varios días, como si no hubiera ni un tipo de confusión a su alrededor, el rubio cargó a Ned en sus brazos mientras Aurora se desenvolvía dentro de la tienda de flores, ordenando un par de facturas que habían tirado bajo la puerta y removiendo un par de jarrones que estorbaban en el camino, Ian elevó a Ned sobre su cabeza haciendo que el niño se riera como Aurora no lo había oído reír en varios días.

Ian quería tocar el tema del padre de Ned, pero sabía que Aurora no quería hablar de eso en ese momento, podía adivinar que la chica de ojos azules se ponía nerviosa respecto al tema, la inseguridad de volver a verlo la tenía alterada.

Pero no era eso de lo que Ian realmente quería hablarle.

—Yo ah... tengo una noticia que darte — Aurora lo miró mientras dejó un par de cajas sobre el mesón — es una noticia importante.

—¿Qué tipo de noticia?

—Me voy

Aurora lo miró como si el rubio hubiera dicho una broma, Ned agarró la nariz de Ian en un intento de arrebatársela.

—Si, claro...

—No estoy bromeando Aurora, de verdad... me voy

La chica pestañeo.

—Ian, acabas de... volver, si se trata de una broma tuya te juro que...

Pero el blondo meneó la cabeza.

—Hablo en serio Aurora, conseguí una beca en Harvard, me voy en dos semanas

Aurora tragó saliva con dificultad.

—Mientes — susurró — jamás me hablaste de una... beca.

—Nunca me preguntaste

La chica apoyó la palma de sus manos sobre la mesa y miró sus dedos.

—Bueno, eso es importante — musitó

—Quería decírtelo, pero como nos había dejad de hablar... creí que...

—No — espetó — dijo, está bien. Es tu vida. Si tienes que irte... solo, vete.

Ian soltó una risa nerviosa.

—Pero no me iré ahora mismo aurora — la chica también soltó una risita nerviosa y se pasó una mano por el cabello largo

—Lo sé, es que me pillaste de sorpresa — confesó y se aclaró la garganta, tratando de no ser tan sensible — ¿Y donde vivirás? — preguntó con la voz entrecortada.

—Oh — gimió Ian — si te pones toda sensible — bromeó accercandose a ella y rodeándola con su brazo libre — vendré fin de semana por medio así que vas a tener que recibirme en tu departamento obligatoriamente, no me iré para siempre.

—Lo sé — sollozó Aurora con la cabeza en el pecho de Ian — pero cada vez será menos y un día dejarás de venir porque habrás conseguido alguna chica y entonces, te alejarás definitivamente.

—Oh vamos, no seas exagerada

—No soy... exagerada — sollozó, Ned comenzó a gimotear en los brazos de Ian mientras éste aún abrazaba a la sentimental Aurora.

La campanilla sobre la puerta resonó en la tienda, Ian levantó el mentón que apoyaba sobre la cabeza de aurora y contempló a un hombre alto de cabello rojizo, lucía perdido y enfurecido.

—¿Qué pasa? — preguntó aurora levantando la cabeza escondida en el pecho de Ian.

—¿Es quien creo que es? — preguntó Ian trabado.

—¿Robb?

Aurora sintió pequeños puntos blancos, no solo los sintió. Los comenzó a ver y su cuerpo se comenzó a debilitar terriblemente, a tal punto que lo ultimo que vio antes de que Robb corriera a alcanzarla fueron sus ojos celestes que la miraban iracundo.

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