¿Morir?-Wigetta-

¿Morir? Cap.33

Narra Guillermo:

Una verdad ya había salido a la luz. Me sentí como un tonto, me sentí avergonzado,  culpable de algo que no tenía ni un menor sentido, me sentí incompleto... Y ya había pasado un mes más en el que todos estos sentimientos aparecían cada vez que estaba sólo con, Samuel y en el que él solo me miraba con unos ojos que parecían estar ansiosos de decir algo pero que  jamas decían nada y no sé, tal vez solo era yo el que mal interpretaba todos esos movimientos o sucesos de esa manera cuando él solo lo ignoraba ¿Cómo podía seguir esperando algo de Samuel cuando estoy ahora con Frank? Mi cabeza simplemente quería volver a rozar con sus labios... Mi cabeza no, toda parte de mi cuerpo deseaba renacer aquellos sentimientos que desató cuando me beso, pero parecía que no iba a ser así y creo que lo podía entender como alguna vez fingí que verlo como amigo era mi deber a pesar de lo que me había hecho sentir.

Me senté en una banca del parque mirando la gente pasar. Era estúpido tener que meterme yo solo en estos líos y no poder escapar como habría que ser, capaz ni siquiera debería seguir vivo pero entonces ¿por qué mis intentos de suicidio fallaron? Mi vida esta casi completamente igual que antes. Tenía uno que otro amigo, mi padre seguía golpeándome por cualquier razón, Frank me defiende en todo lo que puede, mi madre me ignora y se olvida de que voy a estudiar, Andre continúa molestándome en todos los aspectos con los tres mosque tontos y ahora solo sigo procesando la porquería de vida en la que estoy.

Siempre había soñado con una familia feliz,  aun recuerdo mi infancia cuando desearía no haberlo hecho. Jamas he entendido la razón exacta de que mis padres tengan ese gran odio sobre mí,  entendía que perdieron a mi hermano y fue algo totalmente bajo para ambos  pero aun tenían otro hijo ¿por qué olvidarlo de esa manera? Todos los días, cuando pequeño, intentaba sorprenderlos con mis trabajos en la escuela o mis notas altas para que me notaran sobresalir o para verlos sonreír, quería llenarlos de orgullo pero ellos solo se atraparon en aquella burbuja de depresión y fue entonces que aquel sueño se fue desvaneciendo, y luego todo empeoro tanto en mi dichoso hogar como en la escuela. Y es que aun odio tener que ponerme a pensar qué fue lo que hice mal cuando tal vez yo no hice nada mal, pero algo que como un hijo no podía evitar pensar.

Un día había amanecido con otro intento de felicidad para mis padres en la cabeza, tenía como 6 años. Me levante a hacerles el desayuno a mis papás pero como era un niño lo único que sabía hacer era cereal y café frío. Incluso tenía que levantarme yo mismo porque a ellos les costaba una eternidad.  Cuando bajaron. mi papá enfureció por completo al ver aquel desayuno aburrido, la cocina un poco descombrada y un café frío. Si, un café frío. Me lanzo una cachetada gritando por el minúsculo desorden en la cocina,  en ese instante lo único que pude hacer fue llorar, llorar como un niño pequeño que acababa de caerse en la calle sin embargo a mí nadie me ayudaría. Llore desconsolado de aquel esfuerzo en vano, llore por primera vez un dolor real. Mi madre no dijo nada, y de nuevo mi padre volvió a golpearme por no dejar de llorar y entonces tuve que ir a la escuela con el cachete rojo, los ojos llorosos y la mano morada.

Recuerdo exactamente ese día como si hubiera sido ayer, yo solo era un pequeño niño triste y desolado que necesitaba un poco de amor y tal vez el menor reconocimiento, que necesitaba el abrazo de una madre y el "campeón " de un padre y lo que recibió fue nada mas y nada menos que el abuso de niños en grados superiores.  Fue desde ahí donde todas esas palabras que me decían se guardaron en mí provocando que me hiciera débil, tímido,  fácil de manipular, y más...si no hubiera sido por Frank seguiría siendo aquel.

Lance un suspiro al aire al recordar mi oscuro y secreto pasado, no pude evitar soltar una lágrima porque aquella herida seguía abierta en mí y me dolía cada instante. Todos ellos me veían y ven como un juguete, hacían lo que quería con mi pequeño cuerpo sin sentir ni un poco de remordimiento solo veía ese puto placer en sus caras ¡solo placer!